Ha costado bastante esfuerzo conseguir que le dieran el alta a Jack, puesto que los médicos no accedían. Teniendo en cuenta la cantidad de sangre que ha perdido, que hace dos horas ha recibido una tranfusión y que debe guardar reposo, entiendo la postura de los sanitarios. Sin embargo, yo no he podido hacer nada. Además, Jack es tan cabezota y tan persistente, que al final se la han concedido. También le han dado unas muletas y a mí me han pedido que esté pendiente de él y que lo cuide, y es lo que voy a hacer.
En estos instantes, Horacio va conduciendo el Audi amarillo. A su lado está Paola y en los asientos de atrás estamos Jack y yo. De vez en cuando, nos dedicamos unas miradas que realmente no tratan de decir nada, sino que sólo se sostienen por largos segundos o incluso minutos. Entrelazo una mano con la suya para tratar de comunicarle que todo va a salir bien. Realmente no puedo afirmarlo con rotundidad, pero es lo que quiero creer y por lo tanto, también quiero que él lo crea.
-A propósito, Horacio- le dice Jack al de la cresta.
-Dígame, superintendente- le responde él.
-Te tengo que dar las gracias por haberme donado sangre- una sonrisa se me escapa al escucharlo. Estoy tan agradecida de que Horacio se hubiera ofrecido a donarle su sangre y que la transfusión haya resultado todo un éxito, que no quepo de la felicidad.
-No es necesario que me dé las gracias- dice Horacio -No iba a dejarlo morir sabiendo que podía donarle- mi crestas es una persona verdaderamente humilde y modesta, y por ello me siento orgullosa de tenerlo como amigo.
-Aún así, te las doy- le responde Jack -Gracias.
-No hay de qué- le dedica una ligera sonrisa por el espejo retrovisor.
-¿Creéis que Gustabo estará bien?- nos pregunta Paola tras unos pocos minutos de silencio.
-Yo espero que sí- le responde Horacio -Al fin y al cabo, Gustabo es como mi hermano y no me gustaría que le pasara absolutamente nada.
-A pesar de que en estos momentos es Pogo quien está tomando el control de su cuerpo y de su mente, yo también espero que se encuentre bien- comento yo.
-Estoy seguro de que así será- nos dice Jack. Por el tono de su voz, no lo veo muy convencido, pero sé que después de haber salido del hospital, no está en condiciones de expresarse alegremente.
-¡Ah, voy a avisar a Segis de que ya vamos para allá!- dice Paola.
-Ah sí, nos dijo que le avisáramos- le digo yo a ella -Avísalo, por favor, Paola.
-Sí.
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Una vez que llegamos a la iglesia, Horacio aparca el Audi junto al patrulla en el cual iban Segis, Michelle y Volkov. Horacio y Paola salen apresuradamente del coche para dirigirse hasta la entrada de la iglesia, mientras que yo salgo y rodeo el coche por detrás para ayudar a Jack a salir. Él pasa un brazo por mis hombros y consigue ponerse en pie sobre el asfalto. Me doy cuenta de que Horacio no se ha esperado a que saliéramos nosotros para cerrar el Audi y que no nos lo roben, pero supongo que lo que más le importa es ver a Gustabo.
Nada más aparecer Jack y yo por la puerta, todos los presentes se percatan de nuestra presencia y voltean la cabeza para mirarnos. En el que más me fijo es en Gustabo (o Pogo), quien continúa vestido con ese traje de payaso y ese maquillaje. Su sonrisa malévola destaca entre toda la expresión de su rostro y no me produce buena vibra. Al contrario, me da más miedo que nunca. No sé lo que se esconda en su mente, pero esto no me gusta ni un pelo.
-Pero mirad a quién tenemos aquí- dice Pogo con sorna mientras observa con prepotencia a Jack -Pero si es nada más y nada menos que el superimbécil Conway.
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Espina Clavada (Jack Conway y tú)
Fanfic____ Watson llega a Los Santos desde Londres, donde sabrá lo que es un lugar con ciudadanos completamente diferentes a los de su ciudad natal. Por culpa de algunas malas influencias, ella termina delinquiendo, pero cuando el policía más conocido e i...