Capítulo 13

966 58 24
                                    

Volkov y Leónidas nos llevan al hospital para comprobar si Paola presenta algún tipo de daño físico. Al llegar allí, ayudo a Paola a salir del patrulla y le paso un brazo por la espalda a la vez que cojo su mano para tranquilizarla. Las dos avanzamos hasta la recepción y la misma doctora que atendió a Conway ayer se acerca a nosotros.

-Buenos días- saluda Volkov a la doctora -Esta chica ha estado a punto de saltar de un puente y venimos para que la revisen y descartar posibles daños- le explica.

-Por supuesto- asiente la doctora -Por favor, acompáñeme- le dice a Paola.

-¿Puede estar ella con nosotras?- le pregunta Paola a la doctora señalándome a mí.

-Lo siento, pero debemos estar sólo tú y yo- le responde con lástima -Pero ella no se irá a ninguna parte, te esperará aquí.

-¿Me lo prometes?- sus ojos se desvían hasta mí con miedo.

-Claro que sí, no tienes de qué preocuparte- le respondo dándole un apretón afectuoso en la mano.

Paola se despega de manera dudosa de mí, pero la doctora la ayuda cogiéndole de la mano y se la lleva a una sala. Mientras tanto, me pongo a dar vueltas por recepción muy preocupada por ella, pues no quisiera que tuviera ningún tipo de daño. A la que me doy cuenta, Leónidas se coloca frente a mí, por lo que paro mis pasos y me quedo mirándolo a los ojos, a la espera de que me diga algo.

-¿No te gustaría ser policía?- su pregunta me pilla por sorpresa, ya que me esperaba cualquier cosa menos eso. Pienso durante unos pocos segundos hasta que le doy una respuesta.

-Bueno, nunca me lo había planteado, ¿por qué?- le pregunto con curiosidad.

-Me he enterado de que salvaste a Conway cuando lo secuestraron y ahora has salvado a una persona a punto de suicidarse- dice Leónidas -Tal vez, se te dé bien.

-En realidad yo no salvé a Conway, lo salvamos entre cuatro personas- le contesto -Y lo de hoy...- pienso -Simplemente he actuado por instinto, tenía que intentarlo ya que Conway no podía hacerse cargo de la situación él solo.

-Pareces una persona muy humilde- me sonríe -Estoy seguro de que serías buena policía y me encantaría tenerte como compañera.

-Gracias, Leónidas- le sonrío de vuelta -Me lo pensaré- un recuerdo me llega a la mente ahora mismo. Horacio me había dicho que lo llamara porque quería hablar conmigo, entonces saco mi móvil y echo una mirada de disculpa a Leónidas -Perdona, tengo que hacer una llamada.

-Adelante- asiente a la vez que sonríe.

Me alejo del policía y salgo del hospital para detenerme en un lateral de la puerta. Busco el contacto de Horacio y me llevo el teléfono a la oreja después de marcar su número. Espero unos pocos segundos hasta que escucho su voz al otro lado de la línea.

-____.

-Hola, Horacio- lo saludo de manera fría -Dime, ¿qué querías?

-No puedo decírtelo por teléfono, ¿estás en tu casa?

-No, estoy en el hospital.

-¿En el hospital? ¿Te ha pasado algo?- su tono de voz suena preocupada, pero eso no hace que olvide lo que me hizo.

-No- contesto de manera rotunda -He traído a una chica que lo necesitaba.

-Ah, vale- dice aliviado -En ese caso, puedo ir allí y hablamos- propone -Si te parece bien, por supuesto.

-Sí, pero date prisa porque en cualquier momento la chica saldrá y nos iremos.

-Vale, en dos minutos estoy ahí, que estoy con Gustabo y Segismundo en el coche.

Espina Clavada (Jack Conway y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora