Capítulo 11

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Al poco tiempo, Gustabo, Horacio, Segismundo y los dos agentes cruzan la puerta que separa este pabellón y recepción. Después de mirar por última vez a Conway a través de la ventanilla de la puerta, me alejo y camino hacia ellos. Viktor e Ivanov se cruzan conmigo para llegar hasta la puerta de la UCI y ver por la ventanilla. Creo que estaré un par de días sin dirigirle la palabra a Viktor, ya que su comportamiento me ha dejado bastante decepcionada, al igual que Ivanov.

Cruzo mis brazos por debajo del pecho y me centro en Gustabo, Horacio y Segis, quienes están en la misma postura que yo. Los cuatro esperamos que el superintendente salga bien de esta.

-Antes me he cruzado a la doctora- les comento a los tres.

-¿Y te ha dicho algo?- me pregunta Segis.

-Sí, le he preguntado cómo se encontraba Conway y me ha dicho que debe permanecer bajo control, pero que está estable- respondo.

-Uf, gracias al cielo- dice Horacio.

-Sí, menos mal- interviene Gustabo.

-Por cierto, ____- mi atención se fija en Segismundo -¿Cómo has sido capaz de decirles a estos dos todo eso?- pegunta señalándome a Viktor e Ivanov y refiriéndose a lo de antes.

-Simplemente me ha salido del alma- contesto -Se notaba que sólo querían comerle el culo a Conway.

-Totalmente- coincide Gustabo conmigo -Seguro que cuando se despierte se pondrán a hacerle la pelota en plan: "Uh, superintendente, ¿está usted bien? Uh, pégueme con la porra, que me encanta. Soy su perrita"- dice con tono de burla. Horacio, Segis y yo nos partimos de la risa.

-¡¿Quién de vosotros ha traído al superintendente?!- ni cuenta me he dado de que la doctora había vuelto a la UCI, pues acaba de salir por la puerta. Ella pasa la mirada entre todos los presentes y me mira a mí.

-¡Nosotros, nosotros!- le dice Horacio acercándose a ella. Gustabo, Segis y yo avanzamos hacia ella también.

-Pues os tengo que felicitar porque Conway ya está fuera de peligro- me llevo las manos al pecho y dejo escapar un suspiro de alivio aún mayor. ¡Gracias, por Dios! ¡Gracias! -Si no hubiera sido por vosotros, probablemente estaría muerto.

-Muchas gracias, doctora- le dice Gustabo -Es usted la primera persona que nos dice algo bueno desde que estamos aquí- comenta echándoles una mirada turbia a los policías.

-Tal cual- dice Segis -Esos dos nos han estado gritando y echándonos la bronca todo este tiempo- señala a Viktor e Ivanov.

-Pues han hecho un buen trabajo, de lo contrario, Conway no la contaba- les dice a los agentes, pero ellos se quedan callados. Les jode, pero no me importa -Por cierto, creo que alguien la reclama- dice la doctora dirigiéndose a mí.

-¿A mí?- le pregunto frunciendo el ceño en señal de no entender. Ella asiente sonriéndome -¿Quién?

-Venga conmigo- me hace una seña con su mano para que la siga hacia la sala UCI. Gustabo, Horacio y Segis nos siguen también -¡Sólo ella, de momento!- les dice a mis compañeros, por lo que ellos se quedan fuera junto con los agentes.

Tras cerrar la puerta al pasar y mirar al frente, veo a Conway totalmente dormido sin el tubo de oxígeno, pero aún tiene puesto el gotero del suero. Tampoco se me pasa por alto el hecho de que está sin camiseta y admiro sus abdominales bien marcados, así como los músculos de sus brazos, pero no es momento de fijarse sólo en eso.

-Puede acercarse, que no pasa nada- no me había percatado de que me he quedado cerca de la puerta, así que avanzo hacia la cama y me coloco en el lado donde Conway me da la cara -¿Está usted segura de que sólo trabaja para él?- la pregunta de la doctora me hace centrar mi mirada en ella.

Espina Clavada (Jack Conway y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora