Capítulo 2

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Tras hablar con Furgencio, vuelvo a meterme en Internet para mirar si hay autobuses que vayan de aquí al puerto o no, que en caso de que no, tendría que llamar a un taxi. Por suerte hay uno que pasa justamente por en frente de mi edificio y va hacia allí. Miro también el horario y veo que va a pasar uno en quince minutos, por lo que me levanto del sofá y salgo de mi casa cerrando la puerta con llave.

Al salir del portal, observo la parada del autobús en frente de la puerta. Me dirijo a ella y espero de pie a que venga. Podría sentarme, pero no me gusta esperar sentada al autobús, prefiero estar de pie y evitar distraerme para no perderlo. Mientras tanto, camino de un lado a otro y de vez en cuando miro mi móvil para ver la hora. Me doy cuenta de que tengo un mensaje de un número desconocido con una ubicación. Furgencio me ha pasado la dirección del puerto como me dijo.

Después de quince minutos justos, veo aparecer el autobús y puedo leer perfectamente el cartel de arriba que pone "Puerto". Cuando está a unos pocos metros de mí, levanto el brazo para indicarle al conductor que se pare y me recoja. El conductor abre la puerta y le pregunto cuánto cuesta el billete.

—Cuesta un dólar —me contesta muy amable.

—Gracias —saco el monedero, le doy la cantidad justa y me da el billete.

Me siento en el asiento que hay justo detrás del conductor y de camino voy observando el paisaje. La playa pasa ante mí a la velocidad suficiente como para observarla entera. Las olas siguen sacudiéndose con fuerza hacia la costa al igual que hace un rato y sonrío para mí misma maravillada por esa escena tan relajante. Aprovecho y cojo mi móvil para buscar ciertos contactos de mi trabajo anterior y bloqueo todos los números, pues no me gustaría seguir manteniendo el contacto con esa clase de gente. No quiero que me encuentren y no quiero hablar con ellos.

Al cabo de unos quince minutos más, el autobús se detiene y por la ventana enseguida veo que se trata del puerto. Salgo del autobús y miro la ubicación que me ha enviado Furgencio. Según donde estoy yo, tengo que ir recto y luego girar a mano derecha para encontrarle. Sigo exactamente lo que me indica la ubicación y me encuentro con un hombre de avanzada edad con el pelo hasta los hombros, gafas de sol y va vestido con unos pantalones marrones, una camisa gris y unas zapatillas del mismo color que su camisa.

—Buenas —saludo al hombre cuando estoy frente a él—. ¿Es usted Furgencio?

—El mismo —me responde él—. Supongo que tú eres ____, ¿no?

—Sí, soy ____.

—Muy bien, pues acompáñame y te cuento —me dice haciéndome una seña para que lo siga.

Asiento con la cabeza y sigo a Furgencio hasta una especie de caseta, donde al entrar veo un mostrador y al lado una estantería con propagandas. Furgencio busca entre el mostrador un papel y me lo entrega.

—Esto es una ficha donde tienes que indicar algunos datos personales y ya estarías registrada como que trabajas aquí —me explica.

—Vale, perfecto.

—Para trabajar, necesitas un traje de buzo y una bombona de oxígeno, muy importante la bombona —dice—. La bombona la puedes comprar en cualquier tienda y el traje te lo damos aquí.

—Muy bien, pues muchísimas gracias.

—De nada, ____.

Relleno en un momento la hoja, la cual me pide mi nombre completo, mi fecha de nacimiento, mi número de teléfono, país de origen y el número de mi cuenta bancaria. Tras terminar, se la entrego a Furgencio.

—¡FURGENCIO! —escucho una voz masculina desde el exterior de la caseta.

Pocos segundos después, aparecen tres hombres. El que ha llamado a Furgencio tiene el pelo negro casi hasta la nuca con algo de flequillo, lleva un jersey naranja a cuadros, unos pantalones marrones y unos zapatos del mismo color. Otro de ellos tiene el pelo castaño oscuro en forma de cresta, algo de barba y va vestido con una chaqueta blanca, pantalones oscuros y zapatillas marrones. y el tercero tiene el pelo castaño oscuro como el anterior y un bigote y su vestimenta consta de una chaqueta roja, pantalones militares y zapatillas marrones.

Espina Clavada (Jack Conway y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora