Capítulo 24

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CAPÍTULO 24

Nunca había visto tan de cerca una casa como esa, para empezar, se localizaba a diez minutos en carro de la casa más cercana, en la cima de la colina. Todo era normal hasta llegar al gran portón gris que Hyunwoo abrió con un botón dentro del carro, dejando ver un camino entre césped que conducía a la moderna casa. Era de dos pisos, blanca, llena de grandes ventanas, una larga escalera en medio de ésta llevaba a la puerta principal, aunque a los costados también había puertas, ¿o eran solo ventanas?

Hyunwoo apagó el motor y lo miró, él seguía boquiabierto.

—¿Vamos? —preguntó, posando su mano en la rodilla de Kihyun.

—¿Es seguro? Quiero decir, ¿nadie puede vernos?

—No, por Dios —rio como si fuera la cosa más obvia—. Valoro mucho mi privacidad, por algo está ubicada hasta la cima de la colina, rodeada por un gran muro, con un portón que solo yo puedo abrir--

—Bien, bien, ya entendí.

—Y un excelente sistema de seguridad —concluyó—. Además, deje que el personal se fuera antes, no hay nada de lo que preocuparte —agregó rápido, girando en su asiento para abrir su puerta—. Espera, no abras —le dijo al menor al ver que también abriría su puerta; se bajó, rodeó el carro y entonces abrió desde afuera la puerta del fotógrafo, tendiéndole la mano—. Por aquí, señor —bromeó.

—Si me llamas así me haces sentir más grande de lo que soy. —Tomó su mano sonriendo.

—¿Entonces debería llamarte señorito? —Hyunwoo lo condujo con la mano en su espalda baja por el camino hacia la escalera que daba a la entrada principal.

—Hay mejores formas para llamarme.

—Mm sí, he pensado en algunas. —Llegaron a la entrada, Hyunwoo abrió la puerta, dejando que el pelirosa entrara primero.

Quedó aún más impresionado, el interior era todavía más bonito, iluminado por la luz natural una gran sala gris claro frente a una pequeña chimenea y en frente un balcón con dos sofás, la cocina y el comedor a un lado de la sala, separados por una puerta corrediza de vidrio. La vista que proporcionaban esas ventanas llamaba su atención, era muy bonita, podía ver el comienzo del atardecer sin problema.

—Mira eso —se acercó lentamente a la ventana, consiguiendo una vista de la colina, los árboles y las casas a lo lejos.

Solo los fuertes brazos rodeando su cintura lo pudieron distraer, logrando pausar su respiración unos segundos. Un camino de besos lo recorrió, subiendo desde su cuello hasta su mandíbula. Ladeó la cabeza para dar más acceso, entreabriendo los labios y dejando salir un suspiro. Un brazo rodeaba su cintura haciendo un poco de presión contra el cuerpo que tenía atrás y el otro recorría su pecho por debajo de su chamarra.

—Pero, ¿qué pasa con mis modales? —Hyunwoo sacó la mano de la ropa y aflojó el brazo que rodeaba su cintura— ¿Quieres beber o comer algo? —dijo, poniendo su rostro a la altura de la sonrosada mejilla del pelirosa.

—Te quiero a ti. —Se giró para quedar de frente al mayor, quien lo miró con una sonrisa que no terminó de formarse porque se agachó para llegar hasta los labios del pelirosa.

—Sígueme, quiero enseñarte algo. —Cortó el beso y tomó la mano de Kihyun, llevándolo escaleras arriba.

El pelirosa notó la gran cantidad de habitaciones cuando subían, sin poder imaginar qué había detrás de las puertas, además ni siquiera se esforzó ya que no prestó tanta atención a otras cosas como a la gran mano que rodeaba la suya, conduciéndolo por los pasillos hasta cierta habitación al fondo de un pasillo.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓  // SHOWKI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora