El profesor Allen

Capítulo 4 "Preferencias"

Pierce

Mientras veo como Grace se aleja desde el pasillo, me dirijo hacia la sala de profesores para ver cuál es mi segunda clase.

Entro en la sala y observo como los profesores están en un círculo sentados. Se me había olvidado de que tenía reunión.

Maldita sea.

Me siento avergonzado por mi tardanza y la directora empieza a preguntar a cada profesor por cada alumno. 

Como odio estas estas reuniones.

—Muy bien Ethan, dime como va Andrew en matemáticas —manda con un tono aburrido.

—Últimamente anda muy despistado en clase, tendré que separarlo de Marine, andan todos el tiempo juntos.

—¿Y a qué esperas? ¿A qué suspenda el primer examen? No lo tenías que estar pensando, mañana sepárales —su tono se eleva a uno enfadado.

Trago saliva nerviosa, esta directora es muy exigente.

Va nombrando alumnos y luego le pregunta a su próxima víctima, la profesora de filosofía.

Nunca me había fijado en ella, es realmente atractiva aunque algo tímida. Ella responde un nerviosa. 

De un momento a otro veo que todas las miradas se centran en mí.

—Señor Allen, te estoy llamando.

Dirijo mi mirara hacia la directora y puedo notar su enfado.

—Sí perdón.

—Dígame, ¿qué tal está Julia?, es una chica de sobresaliente por lo que supongo que bien, ¿no?

Todavía no me acuerdo mucho de los nombres, pero temo que me clave cuchillos  en mí, por lo que responderé sin saber nada.

—Sí, es muy lista en clase y participa siempre en todo.

—Qué raro, esa chica es más silenciosa que mis peces —comenta el profesor de historia.

Sonrío para integrarme.

—Vale, ¿Shidney Cooper? —ignora el chiste y suspira.

—Bueno, da algunos que otros problemas en mi clase —responde sabiendo perfectamente quién es.

Veo como algunos profesores niegan con la cabeza. Como advirtiéndome de algo.

—¿Seguro de que es ella? Mi nieta nunca se mete en problemas.

Con que su nieta...

—¡A no! ¡Esa no! La chica rubia esa sí, es muy lista, demasiado —hago ademán de arreglarlo.

Ella sonríe satisfecha y me pregunta más alumnos, hasta que llega a Grace.

—Grace tiene dificultades en la materia..., es como si le hubieran lavado el cerebro —decir el nombre de Grace hace que sienta cosquilleos en el estómago. Igual es hambre.

—Es normal, después de lo que le pasó, hay que tener mucha paciencia con ella y ayudarla en cualquier duda —dice la profesora de filosofía.

—¿Qué le pasó? —pregunto intrigado.

Veo como los profes se miran entre ellos y la directora hace ademán de cambiar de conversación.

—Vale, ya hemos terminado por hoy, podéis ir preparando las clases de mañana —se levanta con cara de pocos amigos y sale de la sala.

Suspiro aliviado. Al fin puedo respirar sin que me señalen con un arma.