Capítulo 29 "¿Qué voy a hacer contigo?

56K 4K 1.6K
                                    

-Y entonces va y proyecta un vídeo de su madre delante de toda la clase -empieza a partirse su amigo.

-Mi madre había borrado mi presentación y puso un vídeo suyo sin querer -aclara Pierce avergonzado.

-Al menos alegraste toda la universidad, tu madre contando cómo hacer unas galletas fue increíble.

Pierce se tapa la cara con los manos sintiendo mucha vergüenza.

-En serio Grace, este hombre fue el chico más popular de la universidad, todas las chicas iban detrás de él -contó David bebiendo de su copa.

Se notaba que estaba bebiendo más de la cuenta, su cara roja lo delataba y no parada de reírse con todo. Aunque yo también me encontraba extraña, solo he bebido un poco de vino y ya empiezo a ver un poco borroso. Un poco de alcohol no me debería de afectar tanto.

-Y dime Grace, cuéntame un poco sobre ti -me dice intrigado.

Miro a Pierce no muy segura de responder. ¿Qué le digo? ¿Qué soy una estudiante cuyo profesor de literatura está plantado enfrente mía?

Iba a responder algo coherente hasta que siento que pierdo el control de mi cuerpo.

Todo a mi alrededor empieza a dar vueltas.

¿Qué llevaba ese vino?

-Grace, ¿estás bien? -me pregunta Pierce preocupado.

-Voy un momento al baño -digo al sentir unas ganas tremendas de vomitar.

-¿Quieres que te acompañe?

-No, no, vosotros seguir con la charla -me levanto procurando mantener el equilibrio y me dirijo al baño con dificultad.

Como ya he dicho antes, he cometido el error de llevar estos tacones. Entro al baño y empiezo a ver todo borroso de nuevo. Los lavabos comienzan a moverse y mi cuerpo empieza a tambalearse. Me sujeto en la encimera y cierro los ojos. ¿Qué me está pasando?

A continuación entra alguien y noto como se acerca hacia mí. No puedo ver de quién se trata porque mis ojos se mantienen cerrados, si los abro sé que me caería al suelo.

-Hey Grace ¿estás bien? -me pregunta David.

-Ah sí, en seguida salgo.

-¿No quieres hacer antes algo? -me toca el hombro.

-Aliviar este dolor de cabeza -suelto sin percatarme de que David está en el baño de mujeres.

-Si quieres yo te puedo aliviar -se acerca más a mí y me bloquea contra los lavabos.

Noto como sus manos paran a mi cadera y como su boca se acerca a mi cuello, soltando su aliento para provocar una sensación en mí.

-¿Pero qué haces? -cuestiono sin moverme.

-Venga vamos, hacemos uno rapidito, que no lo sepa Pierce.

Su boca deja mi cuello para posicionarse en mi boca.

-Oye creo que te estás equivocando, yo no quiero nada contigo -mi cabeza vuelve a la realidad e intento alejarme de David, pero veo que es imposible.

-No te niegues, si lo estás deseando mujer -sonríe y me planta un beso.

Encima con lengua. Qué asco me da éste tío.

Lo empujo hacia atrás con todas mis fuerzas y consigo mantener una distancia de al menos un metro.

-Nadie me rechaza cariño -vuelve a posicionarse en su sitio y esta vez me agarra por las muñecas.

¿Pero qué le pasa a la gente conmigo? ¿Acaso soy un imán para subnormales?

Pierce

Entro al baño de hombres para saber si David está bien. Sé que ha bebido más de la cuenta y cuando está borracho suele hacer muchas estupideces. Al ver que mi amigo no se encuentra en los baños, me dirijo a la de las mujeres, Grace tampoco es que se mostrara firme durante la cena. Nada más entrar observo como David tiene a Grace entre sus manos.

David se aleja de ella arrepentido de lo que acaba de hacer y Grace lucha por no llorar. Corre hacia mí con la intención de buscar protección y lleno de ira le planto un puñetazo a David en el ojo.

-¡No quiero que te acerques más a nosotros! -levanto la voz lo suficiente para hacerle saber que hablo en serio y salgo del restaurante con Grace.

Acabo de perder una amistad, pero al menos ya soy consciente de qué tipo de amigo tenía. A saber si trataba a sus novias de esa manera.

Noto como ella está temblando y no precisamente del frío.

-¿Estás bien? -pregunto alejándome del restaurante. Lo que necesita ella es dar un paseo.

-Sí, estoy bien, no te preocupes -dice.

-¿Quieres contarme lo que ha pasado? -cuestiono sabiendo lo que ha sucedido, pero quiero escucharla y saber todo detalle.

-Emm... entró y quería hacerlo conmigo... creo que me drogó con la esperanza de aprovecharse de mí, no he bebido casi nada.

-No me extrañaría, David siempre fue muy mujeriego, siento mucho haberte implicado en esto, es culpa mía.

-No tienes culpa de que algunas personas sean gilipollas -sonríe para calmarme.

-Grace -me planto delante suya-, múdate conmigo -cojo sus manos con nerviosismo esperando su respuesta.

Sé que me estoy precipitando, pero realmente no la puedo dejar sola un segundo.

-Pierce, no digas tonterías -suelta una pequeña risa -¿Cómo me voy a mudar contigo si apenas nos conocemos? Creo que también te ha drogado a ti.

-No puedo dejar que vivas sola sabiendo que cualquier hombre puede hacerte daño. Además, no necesito conocer todo de ti para saber que eres una persona increíble.

-Puedo ser una asesina en serie y tú no lo sabrías -bromea-. Lo mejor es conocernos un poco más y no precipitarnos.

Bajo la mirada decepcionado por su respuesta.

-Viendo que la cena de hoy se ha estropeada... -cambia de tema-. ¿Te apetecería pedir algo en el McDonald mientras nos sentamos en un parque?

-¿McDonald? ¿Qué es eso? -pregunto confuso.

-¿Me estás diciendo que no sabes lo que es el McDonald?

Niego con la cabeza preocupado por su expresión. ¿Realmente debería saber lo que es el McDonald?

-¿Qué voy a hacer contigo Pierce? -me coge de la mano y nos encaminamos supongo que ese tal McDonald tan famoso.

El profesor AllenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora