Capítulo 31 "Me las vas a pagar"

53.6K 3.8K 512
                                    

Llevo solamente tres días trabajando sin parar y parece que ya comienzo a tener alucinaciones por falta de sueño. Me ha parecido ver un unicornio en la entrada del instituto. 

He tenido que faltar al examen de historia para coger más horas y así tener el dinero para la semana que viene. Espero que aún así me dé la nota o me deje hacer el examen antes de las evaluaciones. 

Camino por los pasillos con cero ganas de ir a la clase de matemáticas. Estoy demasiado cansada incluso para pestañear, pero no me puedo rendir. 

Voy hacia mi taquilla para coger los libros y una voz me despierta un poco. 

—¡Aj! ¡Pero serás imbécil!

Giro la cabeza para saber de dónde proviene esa horrible voz y veo como Shidney está con sus amigas mientras Sophie, una de las chicas de mi clase, está a su lado con la mirada hacia abajo.

 —¡Me acabas de tirar el móvil al suelo! —grita Shidney provocando que todos miremos hacia ella. 

—No... yo... fue sin querer, no quise... me choqué contigo y... 

—¡Déjate de tonterías! ¡Vas a pagarme el móvil! 

—Pero... no tengo dinero para... para... un iPhone —dijo la chica tímidamente mirando hacia el móvil nerviosa. 

Se notaba que estaba apunto de llorar. Lo sé porque muchas veces me he sentido así ante Shidney. 

—¡Me da igual! ¡Tenía todo en ese móvil y por tu maldita existencia lo he perdido todo! 

Espera... eso significa que... ¡ha perdido la foto que tenía junto con Pierce! ¡Eso es una muy buena noticia! 

—Lo... lo siento. 

—¿Qué lo sientes? ¿Eres tonta o qué? ¡Qué me lo pagues venga! 

—¡Oye Shidney! —intervengo viendo que nadie más lo hace. 

¿Pero qué le pasa a la gente? Desde luego que la gente de mi edad la entiendo cada vez menos. 

—¿Y tú qué quieres Collins? 

—Pues que la dejes en paz, ella no te tiene que pagar nada —me mantengo firme. 

Noto como ahora todas las miradas están centradas en nosotras. Sophie se pone detrás de mí.

—Mira Grace, mejor no intervengas porque puedo contar tu secreto  —me dice alzando las cejas. 

—Pues dilo, no tienes ninguna prueba —sonrío mirando su móvil roto. 

Ella intenta sacarse el móvil de su bolsillo pero se da cuenta de que no lo tiene. Se ha olvidado que está en el suelo. 

—Esto me la vas a pagar Grace, no te vas a salir con la tuya. 

—No me amenaces que tienes testigos —le señalo al resto de compañeros. 

Shidney me envía una mirada de odio y se larga junto con sus amigas. Me vuelvo hacia Sophie que se encuentra un poco nerviosa y la trato de consolar. 

—Hey, ¿estás bien? —le pregunto preocupada. 

—Si... solo es que... Shidney siempre es así conmigo y estoy harta de tener que soportarlo. 

—Iba a decirte que la enfrentaras pero yo hace algunas semanas ni lo podía hacer... ¿quieres sentarte con Harper y conmigo durante la comida? 

—No tienes que ser amable conmigo Grace  —me dice decepcionada. 

—No intento nada, solamente quiero conocer más de ti —le dedico una sonrisa amistosa. 

Ella sonríe también y yo me alegro de conocer a alguien nuevo. Va a mi clase desde hace unos meses y todavía no he hablado con ella, desde luego que vivo en mis mundos. 

Pierce 

Ver como Grace ha defendido a una de sus compañeras hace que me enamore más aún de ella.

Sophie Moore es una de las mejores estudiantes que he tenido, y me gusta que haya estado en manos de Grace. 

Entro en la sala de profesores quitándome la cara de enamorado y me dispongo a preparar las notas de la primera evaluación. 

Es una de las cosas que más odio hacer, porque yo seré el primero en saber quién suspende y entregar suspensos no es satisfactorio. Los alumnos comienzan a llorar o a pedir que les ponga un 5 raspado, pero yo soy muy estricto y si es un 4,9 en el boletín pondré un 4. 

Me siento y empiezo a hacer las medias cuando Javier, el profesor de historia, se acerca hacia mí. 

—¡Hola señor Allen! ¿Qué estás haciendo? 

—Poniendo las notas finales —contesto de manera fría, haciéndole saber que estoy muy ocupado, pero parece ser que no capta las indirectas. 

—Yo ya he puesto las notas, ¿quieres verlas? Así igual le subes la nota a alguno para que no tengan dos asignaturas suspensas. 

—Yo nunca apruebo a nadie a no ser que se lo merezca. 

—Pues sin duda eres el único aquí. Mira, te voy a enseñar las notas. 

Este hombre es muy pesado. ¿No ve qué estoy ocupado? 

—Solamente Harper Moon ha conseguido llegar al 10. 

Cojo la hoja de mala gana y me pongo a buscar rápida y disimuladamente el nombre de Grace.

No puede ser, tiene un 5. 

—¿No se ha equivocado con ninguna nota no? 

—Nunca me equivoco, ¿por qué lo pregunta? 

—La señorita Collins tiene un 5. Si no recuerdo mal, ella había sacado un 10 en el anterior examen. 

—Ella es una de mis mejores alumnas, pero faltó al examen y le tuve que hacer la media con el diez del examen anterior y con el 0 del último.

—¿Faltó? —pregunto confuso. 

¿Grace? ¿Faltar a un examen? Imposible. 

—Sí, supongo que tendría que trabajar y no pudo ir al examen —comenta muy tranquilo. 

—¿Y no se lo vas a repetir? 

—La asistencia a clase es muy importante en este instituto señor Allen, si alguien falta, los padres del alumno tienen que justificar la causa de dicha ausencia y solo así se podrá realizar el examen, pero Grace no tiene padres y es menor de edad para justificar su ausencia. Ella sabe que es importante asistir a los exámenes, si trabaja es su responsabilidad, no la nuestra. 

Desde luego que este hombre es la persona menos comprensiva que he conocido. Grace necesita un buen expediente para conseguir una beca a la universidad. 

—Lo siento por ella pero para recuperar esa nota tendrá que hacer un par de trabajos nada fáciles, y sólo por su situación, si no le dejaría la nota como está. 

Eso me ha aliviado, todavía tiene la esperanza de recuperar ese 10. Pero lo que no me explico es porqué trabajó durante la mañana, si su turno es por la tarde...

El profesor AllenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora