La mujer de nadie:Capítulo 9

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-Creí que Justin vendría a vernos antes -expresó Katina con aire pensativo mientras se servía unas pocas cerezas -. Debe estar demasiado ocupado.

-Hmm -respondió ______[tn] sin comprometerse. Ella también esperaba la visita, pero por razones distintas que no le había comunicado a su amiga.

Ya habían transcurrido diez días desde su último y ardiente encuentro con el hermano de Katina, y ______[tn] los había gozado a plenitud. Las dos chicas se habían adaptado con facilidad a la vida sin prisas; tomaban el sol y nadaban, dormían una siesta durante las horas de más calor y cenaban en la terraza mientras observaban la partida de la flota pesquera y veían elevarse la luna en lo alto del cielo.

Fueron unos días idílicos, durante los cuales la clara piel de ______[tn] adquirió un ligero tono bronceado y su cabello se sembró de destellos de rubio pálido. Tenía muy buen aspecto y se sentía de maravilla.

El pequeño pueblo de Aghia Renagia era un paraíso y, en lo que a ______[tn] concernía, cuanto más tiempo permaneciese la serpiente en Heraclión, ¡mejor!

-A ti no te cae bien Justin, ¿verdad? -inquirió Katina con desilusión evidente.

Oh, Dios. ______[tn] dirigió una mirada a su amiga. Algo debía haber leído en su rostro. Luego se encogió de hombros y tomó un sorbo de café.

-Lo que pasa, Kati, es que no me gusta la idea de que te escoja marido -por primera vez desde su llegada a Creta, hacía mención del tema que, con toda seguridad, ocupaba los pensamientos de Katina.

-Cuando tía Irini me lo dijo, a mí tampoco me gustó la idea, pero... ya me he empezado a acostumbrar -permaneció pensativa un momento-. Ahora que no hago falta en casa, podría buscar trabajo. De hecho, eso es lo que pienso hacer cuando vuelva. La otra alternativa, sería quedarme como ama de llaves de Justin, pero él siempre se ha cuidado bien a sí mismo; además, me imagino que tiene su vida organizada y no le gustaría que yo interviniese -______[tn] pensaba lo mismo, aunque quizá no por las mismas razones que su amiga-. Pero en realidad -prosiguió Katina-, lo que siempre he ambicionado es casarme y tener mis propios hijos a quienes amar y cuidar, viéndoles crecer y ser felices... -efectuó un ligero encogimiento de sus esbeltos hombros -. Tal vez, después de todo, no sea tan malo aceptar al candidato de Justin, pues con toda seguridad ha escogido a alguien que le es simpático y en quien confía.

-¿Y lo aceptarás... así si más? -preguntó ______[tn] con asombro-. ¿Por qué no mandas al demonio tanto a tu hermano como a su amigo? ¡Nadie te puede obligar a casarte con un hombre a quien no conoces! -pero Katina no lo haría, y Justin lo sabía tan bien como ______[tn].

-Debo complacerlo en este asunto -la joven cretense contemplaba sus manos -. Como me dijo tía Irini, es lo menos que puedo hacer para retribuir todo lo que él ha hecho por mí.

-Kati, yo no puedo aceptar eso -expresó ______[tn] con gentileza-. Está bien que te sientas agradecida y se comprende tu deseo de complacerle, pero no en algo tan importante como el matrimonio. Se trata de tu futuro; y todavía no tienes ni siquiera dieciocho años.

-Pronto los cumpliré -Katina parecía sorprendida-. Y no es una edad prematura para el matrimonio... para una chica griega cuyo futuro marido puede costear el matrimonio o cuando la familia de ella los ayuda a instalarse.

-En parte tienes razón -concedió ______[tn] .Pero no podía aceptar una boda por obligación-. Según lo que te dijo tu tía Irini, se deduce con facilidad que Justin ha tomado en consideración sólo sus propios intereses, ¡no los tuyos!

-Pero... -la jovencita titubeó, al parecer, ordenando sus pensamientos-. No puedo culparle por desear lo mejor para los dos... ¿Sabías que Justin tenía sólo veintidós años cuando se ahogó nuestro padre? Acababa de terminar el servicio militar, así que no tenía mucha experiencia en el negocio, pero eso no le impidió aceptar su responsabilidad, a pesar de que tío Yorgos le aconsejó que vendiese, pues creía que Justin era demasiado joven e inexperto para hacerse con el respeto y la lealtad de los trabajadores; sin embargo, Justin estaba determinado a triunfar...

-Me alegro -dijo ______[tn] desprestigiando el mérito de Justin, ya que consideraba que todo lo que el joven había tenido que hacer era sentarse y recoger las ganancias.

-¡No fue nada fácil! -prosiguió con cierto reproche en la voz de la otra chica -. Claro que entonces yo era muy niña, pero después mamá me contó cuánto tuvo que trabajar para que la empresa no dejara de funcionar; hizo cursos de administración y marketing y estudiaba por las noches. Mientras otros jóvenes de su edad se casaban y empezaban a formar una familia, Justin dedicaba su tiempo al trabajo y a buscar nuevos mercados para sus productos textiles.

Una sonrisa torció los labios de ______[tn] ante el entusiasmo de Katina.

-Es afortunado por contar con una hermana que le admire tanto -opinó.

-No es que sea afortunado... se lo merece:-corrigió la chica griega-. Ha trabajado muy duro para hacer realidad sus sueños. El año pasado firmó un contrato con Producciones Vayne para suministrarles toda la tela que necesiten durante los dos próximos años...

-¿Producciones Vayne? ¿La empresa cinematográfica? -la sorpresa obligó a ______[tn] a interrumpir, al fin impresionada-. ¡Cielos eso sí es un gran logro!

Katina sonrió ante su nota de genuina admiración.

-Chigwell Vayne cogió una casa para las vacaciones aquí, en Creta... y así descubrió Textiles Bieber, ¡pero te aseguro que el contrato no fue ningún regalo! -la suavidad de su voz estaba impregnada de emoción-. Y ahora, después del ingreso de Grecia en la CEE, Justin ha empezado a hacer planes para expandirse por Europa, así como para abrir una sucursal en los Estados Unidos sin soltar a la industria del cine.

-Eso es maravilloso, Kati -______[tn] se sirvió otro trozo del delicado pan griego. Se había imaginado que el negocio familiar no pasaría de un pequeña fábrica local.

La mujer de nadie(terminada) Justin y tn_.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora