La mujer de nadie:Capítulo 25

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Sentada junto al muro que rodeaba la piscina olímpica del hotel, ______[tn] admitió que no era el lugar ideal para tomar el sol. Todas las tumbonas estaban ocupadas por los huéspedes.

Hubiera ido a la playa, pero el domingo era un día familiar y estaría atestada de bulliciosos grupos.

En otras ocasiones, le había gustado contemplarlos. Abuelas vestidas de negro, voluptuosas madres jóvenes y chiquillos de ojos oscuros. Siempre la conmovía observar a los orgullosos padres griegos, bronceados y musculosos, que jugaban con sus hijos, mientras las mujeres contemplaban la vida con calma.

Aquellas escenas de playa sólo la harían recordar el tradicionalismo de Justin, así que prefirió entretenerse con los kamaki, quienes se paseaban frente a las rubias suecas y alemanas.

Un espasmo de hambre le recordó que no había comido nada desde el día anterior, pues a la hora de la cena se sentía demasiado confusa y alterada para acompañar a Katina y Justin, y no había querido bajar.

Cuando se aburrió de estar en el hotel, se dirigió hacia la playa. A cada paso le salían niños corriendo y de pronto, sintió que un brazo la rodeaba la cintura.

—¡Ah, parece que después de todo no he hecho el viaje en vano!

—¡Bob! —la sorpresa y la turbación la invadieron al reconocer al joven—. No sé cómo tienes el valor de volver a dirigirme la palabra, ni cómo has sabido dónde encontrarme.

Bob Grafton la soltó.

—Si estoy aquí, es por mera casualidad —sonrió—. Y, si aún estas enfadada conmigo, dame una bofetada... si crees que me la merezco.

—Pues yo creo que sí, ¿no te parece? — A ______[tn] le pareció imposible una acusadora mirada—. Viste que Justin Bieber se aproximaba, y me pusiste en una situación comprometedora, aposta.

—No, encanto —sacudió su leonada cabeza—. El que se puso en una situación comprometedora fui yo, pero quería ver cómo reaccionaba él y si es muy fuerte lo que siente por ti.

—¡No siente nada por mí! —aseguró ______[tn].

—Lamento haberte causado un problema, pero estoy dispuesto a decirle a Bieber que lo que pasó fue en contra de tu voluntad.

______[tn] se encogió de hombros.

—Me temo que has sufrido un malentendido, ya que entre Justin y yo no hay nada personal. Si le molestó, fue porque pensó que era un mal ejemplo para Kati. Eso es todo.

—Bueno —Bob le dirigió una mirada quisquillosa—. Por lo menos no muestras señales de castigo.

—¡Es un tirano, pero no un bruto! —aseguró entre risas.

—Te sorprendería saber lo que cualquier hombre civilizado es capaz de hacer por celos. Considera mi caso. La mujer que me ha sorbido los sesos se fue con otro hombre... ¡pero yo haría cualquier cosa para recuperarla!

—¿No me decías que ya era demasiado tarde porque iba a casarse con Justin? —tal vez la boda no fuese un hecho, pensó con esperanza.

—Ese es el plan, pero creo que tengo la oportunidad... mientras no hayan firmado el contrato.

—¿Está confirmado? ¿Te lo ha dicho Justin?

—Ayer los vi juntos en un restaurante. Esperé a que él fuese a pagar la cuenta y entonces me acerqué a Yana.

—¿Y? —______[tn] apenas si podía disimular su ansiedad.

—No quiso ni escucharme. Me dijo que todo había terminado entre nosotros y que ella y Bieber se iban a casar tan pronto como él terminara sus asuntos familiares. Yana y yo fuimos amantes durante dos años. Nunca creí que pudiera separarnos ningún hombre —su semblante reflejaba amargura—. Pero aún no me doy por vencido. Lo que necesito es verla en algún lugar apartado y a solas —dirigió a ______[tn] una mirada de soslayo—. Eso es, en parte, por lo que he venido aquí. Para preguntarte si tienes alguna idea de dónde está la casa que Justin le compró. ¿Sabes algo que me ponga sobre la pista?

—No, nada —no iba a actuar como celestina. Yana era libre de hacer lo que quisiera. De súbito, trastabilló sobre la suavidad de la arena y gustosa aceptó la mano que Bob le ofreció para evitar la caída.

—Me parece que ya te ha dado demasiado sol —hizo un ademán hacia uno de los pequeños restaurantes que bordeaban la playa—. Vamos, te invito a comer para demostrarte lo arrepentido que estoy.

En silencio, ______[tn] se dejó conducir hacia el restaurante. Mientras tomaba asiento, pensaba que con toda seguridad Yana le había relatado a Justin su encuentro con Bob, y que por eso aquél había llamado a Katina esa mañana ordenándole que se reuniese con él en Heraclión. Le expondría su relación con Yana y la chantajearía insinuándole que si no aceptaba a Stephanos, se quedaría sin hogar en Creta.

______[tn] sintió que un cuchillo se le clavaba en el corazón. La noche anterior casi había llegado a creer que Justin era sincero respecto a sus propósitos de bienestar de Katina. Pero en ese momento hasta dudaba de que Stephanos se hubiese aproximado a él; tal vez todo había sido idea de Justin para salvar su conciencia.

—Y a todo esto, ¿por qué no estás con Katina? —inquirió Bob al entregarle el menú, que ______[tn] dejó sobre la mesa sin leer.

—Esta mañana Justin la ha llamado por teléfono para pedirle que fuera a Heraclión —contempló el mantel—.Se ha ido en taxi —permaneció pensativa al recordar la felicidad con que su joven amiga había hecho los preparativos para acudir a la cita. Qué tragedia sería si tanta alegría resultase precursora de las peores premoniciones de ______[tn].

—¿Ya has decidido lo que vas a comer? —preguntó Bob. Para hacerle justicia, tenía que reconocer que Bob Grafton era un compañero muy agradable. Al terminar de comer, y mientras tomaban una segunda taza de café, ______[tn] le interrogó sobre su guión cinematográfico.

—¿Te refieres al de Hércules? —la boca de Bob se torció en un gesto de burla de sí mismo—. Ya está listo. Como información confidencial, te diré que ha quedado convertido en un «duodecatleta».

—¿Un qué?

—«Duodecatleta» —repitió Bob con paciencia—. Participante en doce deportes. Las doce hazañas de Hércules, ¿entiendes?

—Me gusta la idea —rió ______[tn] con genuino deleite, a la vez que aplaudía con aprobación—. ¿Sería muy osado preguntarte cuáles son las otras dos disciplinas que le has añadido al decatlón?

—Boxeo y natación —respondió Bob con aire satisfecho—. Será una gran película... una combinación de Tiburón, Carros de Fuego y Rocky. Inteligente, ¿verdad?

—¡Brillante!

Reían muy contentos, con los rostros un poco enrojecidos por el vino, cuando una sombra fatídica cayó sobre la mesa.

La mujer de nadie(terminada) Justin y tn_.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora