La mujer de nadie:Capítulo 3

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—Lo siento, pero no tengo la menor idea de lo que me habla —la indignación la hacía ruborizarse y le aceleraba el ritmo cardíaco—. Tengo veintitrés años, soy soltera y el color de mi cabello es natural.

—¡Ya veo! —fue la ácida respuesta, lo cual la enfureció más y la hizo desear borrar la cínica sonrisa de ese hombre por medio de una bofetada. En lugar de ello, exhaló un largo y trémulo suspiro, en un intento de recuperar el control.

—Creo que usted me debe una explicación —le desafió con frialdad—. Tenía entendido que me esperaba.

—Al contrario, usted es quien debe dar explicaciones —su mirada le produjo a ______[tn] un escalofrío—. Cuando le pedí a mi tía una descripción de usted, supuse que ella la conocía. Como es obvio que no era así, concluyo que cuando mi tía habló por teléfono con usted para discutir el asunto, la descripción que le dio de su persona fue con el descarado propósito de causar una buena impresión en mí, y de obtener mi aprobación.

—¿De verdad? —su calma se evaporó como un riachuelo bajo el fuerte sol del verano cretense—. Si hubiera sabido de su extraño fetichismo por las viudas ancianas, habría llevado su anuncio a las pensionistas de algún asilo, ¡en lugar de apresurarme a cambiar mis planes para darle gusto a usted! —le espetó, el brillo de los ojos de Justin y su forma de morderse un labio, no prometían nada bueno, pero ______[tn] levantó la desafiante barbilla—. Yo tenía la impresión de que lo que importaba eran las necesidades de Katina... ¡no las suyas!

—¡Y yo soy quien decide cuáles son esas necesidades!

______[tn] se dio cuenta de que sus palabras alimentaban la furia que se agitaba bajo la superficie, al notar su impaciencia.

—Como sin duda usted sabrá, tengo una pequeña villa costera, en las afueras de Heraclión, y ahí es donde mi hermana desea pasar el verano. De ninguna manera me gustaría que estuviese sola, porque por la zona se acaban de inaugurar un hotel internacional —la contempló con calculada impertinencia —. Por desgracia, y como es común en estos casos, un buen número de mujeres jóvenes... procedentes de países europeos con clima más frío... se han dado cita en ese lugar y se sientan atraídas por el... ardor y la masculinidad de nuestros jóvenes griegos.

—Eso lo debe saber usted muy bien... —musitó ella con señalada mofa. La mirada que él le dirigió la habría fulminado si no hubiera estado preparada.

—Como un alud —continuó ignorando la interrupción—, se ha presentado un dramático aumento de jóvenes que se dirigen a la costa en busca de diversiones. Además, los turistas varones procedentes de otros países, no siempre se dan cuenta del respeto con que nosotros tratamos a nuestras mujeres. ¿Comprende?

—-Creo que sí —______[tn] tomó la determinación de conservar la calma por el bien de Katina—. Y basándose en nuestro breve encuentro, ha llegado a la conclusión de que yo no soy una compañera adecuada para su hermana.

—¡Exacto! —exclamó en tono triunfante —. Basándome en eso y en su deliberado encubrimiento del hecho de que usted es una mujer joven y hermosa. Con franqueza, sus motivos para venir aquí me parecen cuestionables, por decirlo con suavidad.

—¡Vaya! —demasiado encendida, ______[tn] ni siquiera prestó atención al cumplido que ocultaba la acusación; se puso de pie y dio un puñetazo sobre la mesa—. Pues bien, permítame decirle que no le he ocultado nada a nadie —rugió--.Su tía no me pidió en ningún momento una descripción personal, ni me dijo que usted deseaba una acompañante madura para Katina. La señora se limitó a confirmar los términos del ofrecimiento.

De hecho, la pobre mujer estaba tan preocupada porque su esposo acababa de coger la varicela en vísperas de su planeado retorno a Creta, que no había mostrado ningún deseo de hablar.

—¿Entonces fue mi tía quien me mintió? —su voz era gélida y sus cejas se arquearon en un gesto escéptico—. ¿Y con qué propósito supone que lo habrá hecho?

—¿Y cómo voy a saberlo? —exclamó ______[tn] —. Si mi aspecto es tan importante para usted, ¿por qué no le preguntó a Katina o a su primo Petros? A él lo he visto varias veces.

—Porque no pude verle en el momento adecuado, y mi discusión con Katina ya había terminado.

—Entonces... —su voz vaciló. La tía Irini debía haberle pedido a Katina una semblanza física de ______[tn], y la chiquilla, consciente de los prejuicios de su hermano, así como de sus incalificables planes para el futuro y desesperada por volver a su patria, le había dado una descripción que sabía sería aceptable. Era de suponer que había pensado que su autoritario hermano tendría que aceptar un fait accompli...

No debía hacer evidente la culpabilidad de Katina, ni siquiera para justificarse a sí misma, ni tampoco deseaba que la furia del «hermano mayor» recadera sobre la vulnerable joven griega.

—¿Entonces? —insistió él con calma.

—Entonces debe tratarse de un mal entendido —completó con voz débil, enojada consigo misma por haber malinterpretado la situación en el aeropuerto, lo que había precipitado esa tormentosa bienvenida.

Había planeado asumir una actitud de justificada indignación cuando conociera al hermano de su amiga. Pero se había encontrado en el puesto de la acusada, en lugar del de acusadora, eso la mortificaba.

Dado que cualquier intento por interceder en favor de Katina acarrearía más daño que beneficio, la única acción digna que el quedaba era retirarse. Por lo menos, se consoló, su objetivo principal... acompañar a Katina en su viaje a casa... lo había cumplido. Levantó los hombros en un gesto de impotencia.

—Bien ya que ha dejado ver con claridad patente que no soy bienvenida, ¿sería tan amable de hacer los arreglos pertinentes para mi regreso? —contempló a su severo interlocutor con orgullo, esperando que los cheques de viaje que había llevado para sus gastos personales fuesen suficientes para cubrir el importe de su pasaje de vuelta.

Hizo una gran esfuerzo para no demostrar ira en su voz, modulándola con gran cuidado. Esa entrevista era una pesadilla, dolorosa y humillante, y cuanto más pronto escapara de la inmerecida furia de Justin Bieber, mejor para todos.

—No será necesario —Justin ignoró su petición—. Tal vez haya alterado su descripción con el propósito de obtener un puesto de confianza, pero no le voy a facilitar que eluda las tareas que ha aceptado —Justin dejó que sus ojos la recorrieron con abierto interés, deteniéndose con insolencia en los turgentes senos de ______[tn] antes de pasar hacia su sensual boca, para finalmente encontrarse con la mirada color avellana de la chica—. No dudo que se ha aprovechado del cariño y la de la inocencia de mi hermana, para poder venir aquí a divertirse; pero permítame dejar muy claro esto, ______[tn] Voegele: ¡usted no va a satisfacer sus propios deseos a expensas de mi bolsillo y de la felicidad de mi hermana.

Hola guapas,espero les haya gustado y comenten para que las conocerlas,hablenme de ustedes,para que me conozcan quiero contarles que soy de Chile y aparte de Justin Bieber también me gusta Ed Sheeran,Bruno Mars,One Direction,entre otros,tienen algún otro cantante preferido? <3

La mujer de nadie(terminada) Justin y tn_.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora