Ya era tarde cuando ______[tn] despertó a la mañana siguiente. Los recuerdos de la noche anterior volvieron con toda nitidez a su mente: cómo el aburrimiento y la desilusión se evaporaron en el momento en que ella y Justin se reunieron con el pequeño grupo que estaba sentado a la mesa; la habilidad con que él, con su dominio de inglés, la había hecho participar en la conversación; la emoción de bailar con Justin y ser estrechada por sus fuertes brazos mientras se movían en perfecta armonía al ritmo de la música.
Ni siquiera el horror que le producían los planes que tenía para Katina, y la sensación de vacío que experimentaba cada vez que pensaba en Yana Theodaxis, lograron romper la magia de la noche. ¿De qué habían hablado? se preguntó mientras contemplaba el cielo raso de su dormitorio. Sus pensamientos habían volado tan alto al sentirse embriagada por la aceptación de sus sentimientos hacia su altivo acompañante, ¡que no podía recordar ni una sola palabra!
Al levantarse de la cama, aún mareada por la inesperada revelación de la naturaleza auténtica de sus emociones, se sintió horrorizada ante la creciente necesidad de justificarse a sí misma ante Justin. Hasta entonces, siempre había sido independiente y respetada por ello. Si cuando estudiaba en la universidad siempre había rehuido a los grupos de mujeres que se organizaban para vociferar a favor de la liberación femenina, no era porque pensara que estaban equivocadas, sino porque había estado convencida de que se tiene derecho a esa libertad, sin necesidad de lucha. La gente escuchaba sus opiniones, juzgaba sus argumentos por su valor en sí, y a sus conclusiones siempre les prestaban la misma atención y consideración que a las emitidas por sus compañeros varones.
Su feminidad era un hecho circunstancial. Algo que ella nunca había necesitado negar ni explotar. Siempre había tratado de persona a persona con sus amigos y condiscípulos... no de mujer a hombre. Hasta... hasta la aparición de Justin.
Furiosa, se puso a hacer la cama. Después de su primer encuentro, él la había visto sólo en términos sexuales y, lo que era aún peor, la había clasificado dentro del estereotipado papel de chica liberada inglesa, dispuesta a tener amoríos con cualquier hombre.
Suspiró. Aquel absurdo encuentro en el aeropuerto, cuando aún no sabía quién era él y le confundió con alguna especie de donjuán, había empezado las cosas. ¿Qué oportunidad tendría de convencerle de que su experiencia con los hombres era casi nula, cuando su propio cuerpo negaba aquella inocencia mientras estaba entre sus brazos? Si se tratase tan sólo de una atracción física, habría sido capaz de enfrentarse a esa indeseada complicación. Pero era algo más. La dolorosa verdad era que aunque él, la provocara con sus reaccionarias actitudes, ella admiraba su aptitud para los negocios, su carisma y la fortaleza de su carácter.
¡Oh, era imposible! Abrió el grifo y apretó los dientes al sentir el agua fría sobre su acalorada piel. Ella no le importaba en absoluto a Justin. Tal y como él mismo había expresado, no era una de «sus mujeres», sólo una visita casual. Una de aquéllas con quienes se divertían los lugareños durante el verano.
Al salir de la ducha y envolver su cuerpo desnudo con una toalla, ______[tn] se obligó a enfrentarse a la verdad. A pesar de que Justin no había hecho ningún intento por negar la inminencia de su matrimonio, aún no era inmune a la atracción física de otras mujeres. El modo de besarla que había tenido la noche anterior no dejaba lugar a dudas. Aquel apasionado beso que la había llevado al borde del éxtasis, había sido producto del desdén que Justin sentía por ella y por todo lo que ______[tn] representaba para su arcaico punto de vista.
Muy confusa, exhaló un fuerte suspiro al terminar de secarse y empezó a ponerse su vestido floreado. Ya que no podía darle la espalda al hecho de que estaba enamorada de Justin, tenía que decidir cómo ocultarle sus sentimientos. Si se enteraba, estaría perdida, pues quedaría expuesta a abusos aún mayores que los que ya sufría.
La única solución que se le ocurrió para irse de Creta y regresar a Inglaterra, aduciendo una súbita ansiedad por retomar su carrera profesional.
Katina ya estaba bien adaptada, así que Justin no insistiría en mandarla también a Inglaterra y, en realidad, no le quedaría ninguna excusa para retener a ______[tn]. Además, debía estar deseando llevar a cabo los planes que le dejarían libre para vivir a su propio albedrío.
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La mujer de nadie(terminada) Justin y tn_.
FanfictionEsta novela no es mía,pero es una de mis favoritas.