La nujer de nadie: capítulo 13

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Al darse cuenta de que el extraño brillo en los atractivos ojos de Justin provocaba un caos en su sistema nervioso, ______[tn] bajó la mirada. ¿Por qué tendría la desconcertante sensación de que deseaba un conflicto con ella?

Pues bien, ésa sería una satisfacción que le negaría... de momento.

—No sobre este punto —negó con frialdad—. Nunca he tenido la intención de tomar el sol en top less, sin importarme lo que usted opine. No es una cuestión de modestia, sino que veo las cosas por el lado práctico.Tengo la piel muy clara y se me broncea con facilidad, por lo que sería una estupidez por mi parte exponer al sol del Mediterráneo aquellas partes de mi cuerpo que durante todo el año se mantienen cubiertas.

—Me parece muy aconsejable —la castaña cabeza de Justin asintió, aunque apretó la boca. Era imposible ignorar la complacencia tras aquella respuesta, lo que indicaba que él se creía el causante de su rendición—. Y ahora que estamos de acuerdo —continuó Justin ignorando el mudo antagonismo de ______[tn]—, puedo decirle que el verdadero motivo por el cual he venido aquí es para llevarla a comer.

—¡Oh! —al ver liberado su hombro, ______[tn] se dio un masaje para aliviar la sensación que aquel contacto le había dejado sobre la piel. Esta invitación era su manera de disculparse por tacharla de mentirosa.

Por los menos, admitió en su favor, había tenido el detalle de aceptar que había descubierto la verdad. Pero ni aún así quería pasar en su odiosa compañía más tiempo del necesario, aunque, por otra parte, quizá fuese conveniente demostrar cortesía, ¡lo que sería un buen precedente entre ellos!

—Gracias —aceptó con cierta rigidez—. Acepto encantada.

Aun cuando Justin había llegado a nado, al enterarse de que ella lo había hecho a pie, insistió en que el regreso lo hiciesen caminando, y su cercanía, tal vez deliberada, turbaba a ______[tn]. Para evitar un rodeo, saltaron hacia una roca que emergía del agitado mar. Él le tendió una mano para ayudarla, pero ella, queriendo evitar cualquier contacto, saltó sola; resbaló y cayó al agua.

Justin reaccionó con una rapidez asombrosa, se lanzó al mar y detuvo a ______[tn] por las axilas para evitar que se golpease contra las rocas. Por instinto, la joven se aferró a él, y de pronto, sin saber cómo, se encontró entre sus brazos... ¡lo que significaba un peligro mayor que una magulladura contra una roca!

—¿Sería tan amable de soltarme? —preguntó, casi sin reconocer su propia voz. Justin la obedeció, mas al hacerlo el cuerpo de ella descendió muy poco a poco, en un apretado deslizamiento contra el suyo, sin que sus manos la soltaran. ______[tn] sentía que la piel le ardía, por la sensación que el estrecho contacto le producía. Bajo el agua, sus piernas se entrelazaron debido a la fuerza de la corriente, con lo que sus cuerpos quedaron en un perfecto ajuste, como piezas de un rompecabezas.

—______[tn]...—su nombre fue un suspiro en los labios de Justin; entonces, él la hizo volverse, le puso una mano tras la cabeza y la otra en su espalda, al tiempo que se apoderaba de su boca.

El temblaba y su beso sabía a agua de mar, a sol y a la indefinible excitación que era la esencia del mismo Justin.

Cálida y seductora, aquella boca la convenció de entregarse por voluntad propia a la magia de esa caricia, hasta que ______[tn] tuvo que jadear para recuperar el aliento bajo el exceso de sus demandas.

Cuando por fin los labios de Justin soltaron su presa, lo hicieron con una gentileza que casi con una disculpa.

Asombrada y confusa, ______[tn] sintió que no podía decir nada y que lo único que debía hacer era alejarse de aquel cuerpo que le había hablado con tanta claridad como su boca, y cuyo mensaje también era inaceptable.

¡Cielos! Era Justin Bieber, el hermano de la chica a quien, se suponía, ella debería proporcionar virtud y adecuada compañía. Entre toda la gente del mundo, él era el último a quien ______[tn] debería permitir despertar los extraños anhelos y emociones que hacían que la sangre le cantara en las venas como si acabase de descubrir una fuente de gozo interminable.

Momentos antes había tenido la esperanza de que la opinión que Justin tenía de ella se hubiese elevado, pero con lo que acababa de pasar, sería todo lo contrario.

Cuando él extendió un dedo para tocar con deliberada lentitud una de sus ruborizadas mejillas, ______[tn] se quedó rígida, mientras rogaba que no la insultara de nuevo.

Por suerte, el oscuro abanico de sus pestañas veló la expresión de sus elocuentes ojos al escuchar el suave murmullo de Justin.

—¿Ve a lo que me refiero? —la abrupta ronquera de su voz era acusación suficiente—. Usted no es la persona adecuada para este empleo, jayáki mou. ¡De ninguna manera!

La mujer de nadie(terminada) Justin y tn_.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora