—¿Qué ocurre? ¿Tan pronto la ha abandonado su pareja?
Quien se le había aproximado mientras observaba a los demás invitados y balanceaba un poco el cuerpo al compás de la música, era un sonriente y elegante joven moreno, unos cuantos centímetros más alto que ella.
«Por lo menos habla inglés», pensó.
—Me temo que sí —respondió en tono alegre.
—Pues es una suerte que haya pasado por aquí. Le presto mi hombro para que llore mientras bailamos.
—¡De acuerdo! —exclamo ______[tn], y de súbito la velada le pareció más animada —. Gracias, me encantaría bailar.
Estrechándola entre sus brazos, su nuevo compañero la condujo con facilidad entre los concurrentes.
—Parece que Bieber la ha abandonado pronto. Es sorprendente, aun para alguien con una reputación, como la suya, de no prolongar ninguna relación.
Sorprendida, ______[tn] perdió el compás, vaciló y luego se disculpó.
—¿Es usted amigo suyo?
—Lo conozco. Por cierto que al verla llegar con él y con su hermana me he sentido muy intrigado —comentó mientras la conducía en el baile con habilidad—. Todo el mundo sabe que su última amiguita dejó el apartamento de Heraclión, pero se cree que Justin le ha puesto otro en algún lugar discreto, para que su presencia no perturbara a la pequeña Katina cuando volviera del exilio. De pronto aparece usted en escena. Suficiente para que empiecen a hablar todas las lenguas de Heraclión.
Titubeando entre el asombro y la diversión, ______[tn] levantó las cejas en burlona sorpresa.
—Pues entonces están muy mal informados, pues ignoran que Justin ha contratado a una acompañante para su hermana.
—¿Entonces usted no?... —su asombrado compañero dejó de bailar un momento—. Pues, cielos, señorita, debe disculparme.
—No se preocupe —le consoló ______[tn] con frialdad—. Y le aseguro que entre el señor Bieber y yo no existe otra clase de relaciones que no sean normales entre jefe y empleada —ni siquiera amistad o respeto mutuo, reflexionó con pensar. Mas, por el bien de todos, era imperativo que cesara la corriente de falsos rumores—. Para ser sincera, le diré que el señor Bieber ni siquiera me había visto antes de que viniera a Creta y, cuando me conoció, su primera reacción fue decirme que no era la persona idónea para acompañar a su hermana —declaró ofendida.
—¡En realidad no sé qué decir! —dijo entre risas su acompañante—. Usted no es una más entre la multitud. ¿En dónde la encontró?
—Yo era profesora en la escuela a la que Katina asistía en Inglaterra —respondió ______[tn], cansada ya de ese interrogatorio—. ¿Y usted? ¿Es algo más?
—¿Quiere decir entre la gente de Chigwell? —sin esperar la confirmación prosiguió—. Pues sí, me llamo Bob Grafton. Me dedico a la adaptación de guiones.
—Eso me parece muy interesante —aseguró ______[tn] mientras hacía un esfuerzo para no pensar en la vida íntima de Justin. No tenía por qué interesarse en su amante de turno. Al menos, él había tenido la decencia de llevársela a otro lado para no avergonzar a Katina.
—Sí, ¿verdad? —Bob sonrió, feliz de poder hablar de sí mismo—. En la actualidad, me dedico a la adaptación de los trabajadores de Hércules, pero estoy indeciso entre darle la imagen de macho de los antiguos griegos, o volver el asunto en una cosa alegórica al mostrar a Hércules como un atleta negro que tiene problemas para llegar a los Juegos Olímpicos.
—Oh, Bob... —______[tn] rió con deleite, empezándose a divertir por primera vez en aquella noche—. ¿No se ha hecho eso ya antes?
—¿Y no ha sucedido así con todo? —rebatió él con simpatía—. Ya no existen ideas vírgenes; en general, ya no hay nada inmaculado.
—Quizá no hayas sabido en dónde buscar.
—¿Se trata de una invitación?
—¡No! —exclamó al reprocharle su audacia con fingida severidad—. Sólo me refería a que las familias griegas ponen especial cuidado en proteger la virginidad de sus hijas.
—En efecto —estuvo de acuerdo con aire de triunfo—. Y por ello no están al alcance de cualquiera. Son comprometidas en matrimonio desde que están en la cuna, y se les enseña que su papel en la vida es ser buenas madres y amas de casa.
—¿Es normal en Grecia que las familias concierten los matrimonios?
Bob se encogió de hombros.
—¡Le sorprendería saber cuánto! A las mujeres no se les fuerza, pero puedo asegurarle que, en las islas en especial, existe todavía una marcada tendencia a creer que las chicas deben ser guiadas por su familia en algo tan importante. Y debo decir que, según el punto de vista del hombre, es una situación ideal, pues... ¿a qué hombre no le gusta tener amoríos con las turistas extranjeras que invaden nuestras playas cada verano, si sabe que cuando se aburra de ellas, puede escapar hacia los brazos de una sumisa virgen que le admire y le considere su amo y salvador?
—¡Cielos! —exclamó ______[tn]—. ¡Y pensar que yo consideraba a Justin Bieber el mayor antifeminista!
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La mujer de nadie(terminada) Justin y tn_.
FanfictionEsta novela no es mía,pero es una de mis favoritas.