La mujer de nadie:Capítulo 31

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Ese comentario la cogió por sorpresa. Al sentir su voz impregnada de deseo, emitió un jadeo y dio un paso atrás, pero no contaba con espacio suficiente; tropezó y cayó sobre el asiento.

Justin se inclinó hacia ella, le cogió la cara entre las manos y su boca buscó los labios de ______[tn] con voraz energía. En ese momento, ella olvidó todo: Katina, Yana, el hecho de que él la considerara como una aventura intrascendente. Sólo le importaba ese instante. Su dulce y cálido aliento, su fuerza, su exigente y varonil cuerpo que demandaba una fiera reacción como respuesta.

Aturdida, ______[tn] abrió los labios para recibir el profundo beso, a la vez que le rodeaba con los brazos y movía los muslos para amoldarse a los duros contornos de su cuerpo, cuando él la aprisionó contra la suavidad del asiento. Luego, los dedos de Justin se movieron hacia las cálidas curvas de sus senos... y fue entonces cuando ______[tn] recuperó el sentido.

Durante trece días se había acostumbrado a pensar en él como el hermano de su amiga, como su jefe... y aun su amigo, pero nunca como amante. El había ayudado a eso al tratarla con un respeto que ella apreciaba mucho, y si su corazón y su cuerpo le anhelaban durante esas largas noches que pasaba sola en su cama, era un dolor que debía soportar en silencio, ya que no existía alternativa honorable.

Había vivido en su casa, compartido su comida, gozado el placer de su compañía cuando la escoltaba por todo Creta, imbuyéndole su amor por el país que le vio nacer. ______[tn] llegó a confiar en él y a creer que como su invitada, le daba el respeto debido. ¡Qué tonta había sido!

La realidad llegó como un cruel espasmo de dolor a su excitado cuerpo. Justin tenía el propósito de seducirla desde el momento en que había accedido a que Katina se fuese de la villa. Con perversa premeditación había acallado sus temores dedicándose a ofrecerle jornadas de excitación y descubrimiento. Ahora, cuando sentía que la corriente de adrenalina exigía a su cuerpo una respuesta, se encontraba con él en ese lugar solitario.

—¡No! —con fuerza nacida de la desesperación, le apartó, con un gritó agónico.

—¿No? —él parecía aturdido y con los ojos brillantes contempló sus tensas facciones—. No hablas en serio, ¿verdad, jatáki moul ¡No puedes hablar en serio!

—¡No me toques!

Fue un ronco ruego, trémulo de emoción.

Había sido una locura permitirle que la besara. Al responder de manera tan irreflexiva, tal vez le había convencido de que era la mujer desenfrenada, dispuesta a enredarse con cualquier hombre. .. ¡aun con quien iba a casarse con otra mujer! La sangre se le congeló ante tal idea.

—¿Qué sucede, mahtia moul ¿Pasa algo malo, agapi? —Justin frunció el ceño, al notar lo rígida que estaba. Invadida por el pánico, ______[tn] sintió que el pulso se le aceleraba. No había ningún lugar hacia el cual correr. Ni siquiera podía escapar de las persuasivas manos que acariciaban su sedosa cabellera, mientras Justin le murmuraba—. Sabes que te deseo —su voz era baja y seductora—. Desde el momento en que te vi en el aeropuerto, he estado obsesionado por la idea de abrazarte, de besarte y hacerte el amor. ¡Es imposible que no lo hayas notado!

—Déjame —musitó. El gentil del yate al ritmo de la marea, obligaba a ______[tn] a permanecer bajo el peligro de las caricias de Justin, quien la contemplaba con intensidad.

—Has invadido mis sueños y mis horas de vigilia; te has enfrentado a mí y me has hecho enfurecer, pero a pesar de eso siempre te he deseado...

—¡Pero yo no te deseo, Justin! —contratacó desesperada—. No necesito un amante. No soy ninguna turista desenfrenada, ¡aunque no lo creas! —luchó por repelerle, enojada con él por haber roto su palabra, pero furiosa consigo misma por haber sido tan confiada.

La mujer de nadie(terminada) Justin y tn_.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora