La terraza del restaurante se encontraba en una meseta rocosa con vista al valle. Una gruesa parra crecía contra los muros para cubrir el enrejado de bambú que había sobre sus cabezas.
Si hubiese podido, se habría negado a aceptar aquella invitación después de incidente en el mar, pero no podía hacerlo sin ofender a Katina.
Una vez que llegaron a la playa principal, ella buscó su pareo y sus sandalias en el lugar donde los había escondido y se anudó la tela sobre el hombro y la cadera para formar un vestido abierto a un lado, segura de que Justin, quien observaba la transformación con intenso interés, notaba cuánto le temblaban los dedos.
Al llegar a la villa, esperó a que ______[tn] se cambiara de ropa, mientras charlaba con Katina, quien se negó a salir con ellos.
Sentada a su lado en el coche, ______[tn] deseó con todo corazón poder soportar la prueba de comer con él y fingir que nada había pasado. Cuando Justin le preguntó que si tenía alguna preferencia, ella movió la cabeza.
—Algo ligero... no tengo apetito.
—Endaxi.
Para alivio suyo, aceptó su solicitud. Pero no le fue posible relajarse y gozar del maravilloso panorama. ¡Maldición! ¡Quizá él pensaba que se había resbalado a propósito sobre aquella roca!
En ese momento, sus turbados pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de la comida que Justin había pedido para los dos. Desconcertada, notó que la carne ya estaba cortada y que no les había puesto cubiertos.
—Se toma con los dedos —le informó Justin, quien se aprestó a hacer una demostración práctica: eligió un trozo de carne, lo humedeció en salsa y se lo llevó a la boca, mientras ella le observaba muy atenta—. Pobre ______[tn]... nuestras costumbres le parecen muy anticuadas, por no decir incivilizadas, ¿verdad?
—No —se apresuró a negar e imitó sus acciones, mientras él sonreía.
—¿Sabe? Existe un antiguo proverbio cretense que dice: «La mano de un hombre descubre el cielo cuando toca la carne suave o la piel de una mujer hermosa» —suspiró—. Al parecer, hoy la fortuna me sonríe, pues he descubierto el cielo más de una vez.
Desconfiada ante el súbito atisbo de broma en su profunda voz, ______[tn] le dirigió una mirada para decirle que se controlase, pero él no se dejó impresionar—. ¿Es que no puede perdonarme un error?
¡Un error! Según él; ella estaba plagada de errores! Con resolución, ______[tn] apartó el molesto recuerdo de su comportamiento en el aeropuerto, que se había prestado a ser mal interpretado.
—No me había dado cuenta de que buscara la absolución —replicó ______[tn] cortante, mientras tomaba una rebanada de tomate de la fuente de la ensalada.
—Por supuesto que la busco —dijo él con calma—. Pero está aún demasiado enojada conmigo porque siempre antepongo los intereses de Katina —¡Pero los intereses de Katina son los que me preocupan!, pensó ______[tn]—. En muchas ocasiones la autoridad es una molesta carga, pero en lo concerniente a mi hermana, protegerla es tanto un placer como un deber, y usted debe permitirme ser el mejor juez sobre la forma de hacerlo.
Observó el rostro de ______[tn] en busca de señales de oposición, pero al no encontrar ninguna, pareció relajarse.
—La vida de Katina ha sido muy cerrada... mucho más de lo normal, aun en Grecia. Tenía sólo seis años cuando nuestro padre murió de un accidente de buceo. Transcurrieron dos días antes de que encontraran su cuerpo, y la tensión de las plegarias y de la espera de noticias casi acaba con la cordura de mi madre. Después, ella pareció perder todo interés en la vida y se dedicó a Katina en cuerpo y alma, cuidándola y protegiéndola como si en cualquier momento se la fueran a arrebatar —los recuerdos provocaron sombras de tristeza en su rostro mientras continuaba su relato, inclinando sobre la mesa para captar la ávida atención de ______[tn]—. Yo no estaba de acuerdo con eso, pero era poco lo que podía hacer, aparte de asegurarme de que Kati recibiera una buena educación. Mis viajes de negocios me alejaban mucho tiempo de casa, pero me consolaba pensando que Kati no estaba mal cuando estaba sin la compañía... en su solitario ambiente.
—Continué —le alentó ______[tn] con suavidad al hacer él una pausa—. Katina nunca me ha hablado de su niñez —y ella nunca le había preguntado, pues algo le advertía que su amiga preferiría no hablar de ello.
—No hay mucho que decir —Justin se encogió de hombros—. Con el transcurso de los años, mamá llegó a depender cada vez más de la compañía de Kati. Cuando yo llegaba a casa, trataba de que mi hermana tuviese algo de vida social, pero cuando yo estaba fuera Kati parecía muy a gusto con mamá. »Como ya le dije, cuando sufrió el síncope cardíaco, Kati se encontraba con ella en casa. Lo intentó todo, pero no había la menor oportunidad de revivirla. Después, Kati pareció perder toda su fuerza y vitalidad. Era como si hubiese perdido todo interés en la vida —durante un momento permaneció en silencio, mientras pensaba en el pasado—. Fue entonces cuando el doctor sugirió una ruptura total con el pasado. Yorgos e Irini la recibieron gustosos en Inglaterra, y Kati... bueno, pues a ella no le importaba nada. El resto ya lo conoce usted.
—Su recuperación ha sido extraordinaria —______[tn] recordó el contraste entre la tímida e introvertida adolescente de hacía un año, y la encantadora chica en que se había convertido durante los meses que llevaban siendo amigas. Por primera vez, comprendió las razones que se albergaban tras el deseo de Justin, de que su hermana contara con una compañera de fiar mientras él se iba a trabajar.
—-Gracias a Dios. El estar con una familia, interesarse en sus asuntos, hacer amistades... todo eso ha obrado maravillas. Pero después de los primeros meses, todo lo que deseaba era regresar a Creta. Me di cuenta porque se translucía en las cartas que me escribía, y temí que pudiese sucumbir a su antigua depresión.
—Entonces convenció a Yorgos y a Irini de que vinieran con ella —______[tn] asintió, comprensiva, pero en su interior agregó: «Después usted podría en marcha sus planes para proporcionarle a su hermana un hogar permanente, y quitarse así problemas».
—Parecía la solución ideal —expresó Justin con una mueca—. Irini representa la influencia estable y madura que creí necesitaba Katina. Alguien que la quiere y que pueda aconsejarla. Al venir los tres a la villa, Petros podría haberse hecho cargo del restaurante —suspiró, y en su boca se formó un gesto que pudo ser una sonrisa—. ¿Quién iba a adivinar que el pobre tío Yorges iba a padecer arnemovlogial. ¡El nombre de la enfermedad tenía un horrible sonido en griego!
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La mujer de nadie(terminada) Justin y tn_.
FanfictionEsta novela no es mía,pero es una de mis favoritas.