—______[tn]... ¿eres tú? —la voz de Kati llegó procedente del otro dormitorio.
—Sí. ¿Qué te parece esta mañana?
—¡Maravillosa, fantástica! —la chiquilla, rebosaba satisfacción—. Soy más feliz que nunca. Me alegra estar otra vez en Creta; y de vacaciones —exhaló un largo suspiro, mientras ______[tn] experimentaba un espasmo de culpa.
Mas no debía permitir que el sentimentalismo interfiriera en sus planes. Tenía que pensar en que su amiga ya había superado sus traumas. La noche anterior había tenido lugar la metamorfosis final, y Katina había aparecido en público como una hermosa y elegante jovencita, muy segura de sí.
Stephanos Liviticos se había dado cuenta de ello, y Justin tendría que estar ciego para no notar las miradas de admiración que gran parte de los jóvenes presentes le habían dirigido a su hermana.
En cierto modo, y en vista de que ya se había cumplido el objetivo de su estancia en Creta, era extraño que Justin no la hubiese despedido ya, pues con su rebeldía, ______[tn] representaba un obstáculo para sus propósitos. Bien, ella le ahorraría el esfuerzo al renunciar de manera irrevocable a su empleo; aunque antes tendría que decírselo a Katina.
No obstante, conforme avanzaba el día, le costaba más encontrar el momento propicio para darle la noticia a Katina, ya que, a pesar de la firmeza de su resolución, el sentimiento de culpa se negaba a desvanecerse por completo en su conciencia. La joven cretense andaba muy alegre por la casa, tarareando canciones populares griegas y charlando con ______[tn] sin ningún propósito.
Hacia principios de la tarde, cuando el entusiasmo de Katina se calmó un poco y anunció que iba a tomar el sol en la terraza, ______[tn] sólo tenía ganas de pensar un rato a solas, dar un paseo en el calor y silencio de aquella tarde cretense y exponer sus turbulentas emociones a la restauradora atmósfera del verano.
Después de dejar a su amiga bien instalada en una tumbona, ______[tn] se puso unos pantalones cortos y unas playeras de algodón antes de salir a caminar hacia las montañas que circundaban Renagia.
Al subir por la vereda, el sol caía a plomo sobre ______[tn]. Cuando llegó a un punto situado a cierta altura, se detuvo por un buen rato para contemplar el deslumbrante mar color turquesa que bañaba la bahía. El famoso Egeo. Sorprendida, sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas. A pesar del poco tiempo, había llegado a amar ese bello país e iba a serle muy doloroso dejarlo.
Escaló más alto, pasando entre olivos y pequeños macizos de cardos, mientras percibía el exquisito aroma de las flores. Los únicos sonidos que se oían era el estridente canto de las cigarras y el zumbido de las abejas.
Cuando volvió a la villa, se sentía tan cansada que le dolía todo el cuerpo, además tenia una sed increíble. Lo peor era que el agotamiento no le había servido de nada, ya que aún se sentía triste y confusa... Lo primero era tomar agua, decidió.
Iba a medio camino de la cocina cuando Katina entró en la habitación como un torbellino.
—______[tn], ______[tn]... ¡oh, nunca lo adivinarías! ¡Se trata de Stephanos! No de un extraño. ¡Es con Stephanos Liviticos con quien Justin quiere casarme!
La chica griega tenía las mejillas ruborizadas, los ojos le brillaban y su amplia sonrisa irradiada una felicidad absoluta.
—Lo siento... —______[tn] se pasó una cansada mano por el cabello. El sol no podría haberla afectado tanto, ¿o sí?—. ¿Quieres decir que no te importa? Pero querida, si cuando tu tía te dio la noticia sobre los planes de Justin, tú te horrorizaste...
Katina sonrió.
—Me equivoqué, ______[tn], ¿no te das cuenta? Pensaba que era algún anciano, ¡pero Stephanos es fabuloso! Es sólo unos cuantos años mayor que yo, y tan apuesto que me parece increíble que esté interesado en mí —declaró con gran entusiasmo—. Justin llegó poco después de que tú salieras y me lo dijo —______[tn] no podía hablar del asombro—. ¡Oh, ______[tn]... estoy tan emocionada! —Katina entrelazó las manos y dio una pequeña vuelta. Parecía una niña feliz de recibir un regalo de cumpleaños, pensó ______[tn] con pesimismo. Con toda seguridad, a la pobre chiquilla la cegaba su entusiasmo y no reflexionaba sobre las posibles consecuencias.
—¿Viste a Stephanos por primera vez en la fiesta?
—Oh, no —respondió Katina con una sonrisa aún más amplia—. ¡Por eso es tan maravilloso! De niños, jugamos juntos muchas veces, y ya de adolescentes, seguimos viéndonos; pero entonces Stephanos se fue a la universidad y yo me quedé en casa con mamá. Tiempo después, se fue a hacer la mili, mi madre murió y yo me fui a Inglaterra... —su voz, entristecida de momento, se animó de nuevo—. Stephanos siempre me ha gustado. ¿Verdad que es el hombre más guapo del mundo?
Al recordar al joven griego, ______[tn] no tuvo ninguna necesidad de mentir.
—Es muy apuesto —expresó con una sonrisa—. Pero, Kati... ¿estás segura de que quieres casarte con él, a pesar de que apenas le conoces?
—¿Y por qué no? —inquirió, divertida—. Justin no pretendía consolidar ninguna relación de negocios, así que su simpatía y confianza por Stephanos deben ser genuinas, ¡por eso estoy tan feliz! ¡Stephanos debe amarme!
______[tn] sufrió un espasmo de angustia al recordar a Yana Theodaxis. Katina debería enterarse de su existencia, pero no era ese el momento oportuno para hablar de ella.
—Justin ha elegido —insistió—, pero no es él quien va a vivir con Stephanos toda la vida.
Katina sonrió complaciente.
—En realidad, los dos son muy parecidos en muchas cosas. Quizá por eso le aprueba Justin, y a mí me gusta tanto...
Con su sed olvidada de momento, ______[tn] contempló a su amiga.
—Eso está bien —sugirió con gentileza—. Pero las cualidades que una acepta en un hermano, no siempre son las que se buscan y desean en un marido.
—¿No? —Katina parecía sorprendida—. Cariño, amabilidad, generosidad...
—¿Y fidelidad? —______[tn] a no hizo ningún intento por ocultar la gran preocupación que sentía—. ¿No sería también importante, Kati? ¿Conoces a Stephanos lo suficiente para juzgar si te será fiel?
—Ninguna mujer puede estar segura de la fidelidad de un hombre —replicó Katina con seriedad, sin alterarse—. Pero Stephanos desea casarse conmigo; y aquí, en Grecia, no se toma el matrimonio tan a la ligera como en otras partes —su joven rostro estaba pensativo al mirar a ______[tn]—. No digo que los maridos griegos no lleguen a ser infieles, pero eso no tiene tanta importancia, pues es muy raro que lleguen a abandonar a su esposa y familia por otra mujer.
—Pero, Kati, ni siquiera has tenido otro novio para poder hacer comparaciones.
—¡Lo cual constituye una razón más para que mi hermana sea tan codiciable!
Justin la observaba amenazador. Muy bien ataviado en un traje ligero que enfatizaba las agraciadas proporciones de un magnífico cuerpo, su mirada era tan fría como la cumbre del Monte Psiloritis durante el invierno.
Con una maldición silenciosa hacia su propia estupidez por no haber pensado que el Mercedes estaba fuera cuando llegó, ______[tn] sintió que el cuerpo se le ponía rígido al percibir en Justin una ruda expresión cerrada a las razones.
La confrontación parecía inevitable.
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La mujer de nadie(terminada) Justin y tn_.
FanfictionEsta novela no es mía,pero es una de mis favoritas.