Capítulo 36

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De verdad que este es uno de mis capítulos favoritos. ¡Mil millones de gracias a Angela-MG por el montaje HERMOSO!


Capítulo 36

In silence, no one answers / But I still hear your voice.

En el silencio nadie responde / pero yo aún escucho tu voz.

Janet Suhh - In silence


HERMIONE

Ahora entendía por qué el pastel de Alcacia Williams era tan famoso: ¡estaba delicioso! Hermione se comió una porción entera y tuvo que rendirse al haberse tomado la mitad de otro pedazo, pues ya estaba demasiado llena.

Si alguien le hubiera dicho, aunque solo fuera unos días antes, que acabaría comiendo en Navidad junto a los Malfoy, jamás se lo habría creído; pero ahí estaba. Durante la comida, la tía Alcacia fue de lo más agradable, preguntándole sobre su trabajo en el Ministerio y su experiencia como hija de muggles.

—Tommy lo encontraba muy divertido —había comentado la mujer—, decía que tanto el mundo mágico como el mundo muggle eran fascinantes y que no podía decidirse por uno solo.

Después, como recordando que su hijo Tommy ya no estaba allí, había bajado la mirada en un gesto de tristeza que Hermione no era capaz de categorizar con palabras. Ella sabía lo que significa perder a un ser querido, pero, perder a un hijo... tenía que ser horrible. Los ojos de Hermione viajaron de inmediato hacia Draco cuando pensó que él había experimentado algo similar: la muerte de su madre.

Intentaba no pensarlo demasiado, pues eso activaba una suerte de compasión en su cerebro que le hacía querer aliviar a Malfoy. Cada vez que recordaba qué había hecho él, intentando resucitar a su madre, su corazón se encogía un poco. Hermione había tardado demasiado en dejar de ver a Malfoy como un estúpido por intentar llevar a cabo el hechizo vulnus mortis. Ahora sabía bien que no era estupidez, sino desesperación.

—Será mejor que recoja todo esto —dijo Alcacia, poniéndose en pie.

Estaba claro que necesitaba unos instantes a solas para recuperarse de la inesperada imagen de su hijo Tommy. Hermione la detuvo, negando con la cabeza.

—Por supuesto que no, señora Williams. Yo me encargaré de la limpieza.

—En absoluto, Hermione, tú eres mi invitada. Milli y yo lo haremos.

Hermione insistió. Le parecía de mala educación no ser ella quien limpiara después de que Alcacia le hubiera brindado un banquete increíble.

—Malfoy yo nos ocupamos de limpiar, de verdad.

Meter a Draco en la ecuación pareció satisfacer a Alcacia, que se sentó en su silla de nuevo. El rubio se quejó desde la esquina en la que estaba sentado.

—Yo no puedo usar magia.

—Los muggles limpian sin necesidad de magia, Draco —le recordó Alcacia.

Malfoy bufó, pero se puso en pie a regañadientes y tomó un par de platos en sus manos. Hermione, con una sonrisa de suficiencia, agitó su varita y varios platos se alzaron, flotando en el aire y dirigiéndose a la cocina como si alguien los estuviera llevando. Sabía que eso molestaba a Draco y precisamente por esa razón lo hacía.

La cocina de Alcacia era oscura y elegante, con solo unos pocos muebles. El techo era más alto que en el resto de la casa y una inmensa ventana daba directamente al jardín trasero de la casa. A Hermione le gustaba esa casa: era cómoda y acogedora.

Nunca le hagas cosquillas a un Dragón herido. [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora