Capítulo dedicado a Promangaka, que ha vuelto <3
Capítulo 20
Los nuevos demonios son los vasos y los besos...
La Maravillosa Orquesta del Alcohol – Hay un fuego
HERMIONE
Se habían besado. Bueno, lo había besado. No, no. Le había dejado besarla.
—¿Pero qué te pasa, Hermione? —se reprochó a sí misma, golpeándose la frente con la palma de su mano.
En la lista de cosas que un tutor no debía hacer con su protegido en el PRASRO, daba por hecho que «besarse» estaba en el primer puesto. Bueno, vale, quizás en el segundo.
El lunes por la mañana, a las siete y cincuenta y ocho minutos, ella ya esperaba a Scholz en la puerta de su despacho. Su jefe aún no había llegado y ella daba vueltas en el pasillo. Apenas había dormido durante los últimos dos días, en ocasiones sentía que se estaba volviendo loca. ¿Sería eso? ¿Hermione Granger había perdido la cabeza?
—Hermione, ¿estás bien?
La voz de Scholz la sobresaltó y ella se dio la vuelta, tomando aire. Fingió una sonrisa —últimamente se pasaba el día haciendo eso en el trabajo— y se aproximó a John un par de pasos. Él estaba tan guapo como siempre, sin importar la hora que fuera. Ella apenas se había arreglado ese día, no tenía la cabeza puesta en qué ropa combinar, precisamente. Lo único que había hecho esa mañana era cepillarse el pelo, pues no quería parecer una completa desquiciada.
—Sí, todo bien. ¿Podríamos hablar un momento?
Scholz abrió la puerta de su despacho y le cedió el paso a ella para que entrara antes que él, era todo un caballero. Su oficina personal estaba muy ordenada, con una máquina de escribir negra sobre la mesa y varios papeles doblados, colocados perfectamente. John no se sentó en su silla, sino que, de un modo más informal, se apoyó sobre su escritorio de madera oscuro. Hermione no supo qué hacer al respecto y permaneció de pie, apartada de él unos metros.
—¿Estás bien? —se interesó Scholz—, pareces algo pálida.
Pálida era una forma muy amable de calificarla. Estaba ojerosa y muy nerviosa. Hermione tomó aire profundamente.
—Me gustaría renunciar al caso de Draco Malfoy —dijo sin dudar.
Había planeado esa conversación mil veces en su cabeza y en todas ellas, Scholz sonreía, le palmeaba el hombro y decía algo así como «no pasa nada, no te preocupes, Hermione». Eso no fue lo que sucedió, pues él enarcó una ceja.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó—. ¿Te ha hecho algo?
Y esta vez la realidad era que sí, le había hecho algo. Algo que la hacía retorcerse cada vez que lo recordaba. Diablos, había sido una experiencia totalmente primitiva, irracional. Hermione jamás se habría dejado llevar por una situación así si hubiera tenido un segundo para pensar.
—No. No me ha hecho nada.
—¿Y entonces por qué quieres renunciar al caso?
Esperaba que se lo preguntara, sí. Y tenía una respuesta preparada para la ocasión.
—Señor Scholz... es decir, John —se corrigió—. Draco Malfoy fue mi compañero en la escuela durante muchos años, ambos asistíamos al mismo curso en Hogwarts. Y me temo que... mi historia pasada con él me impide ser una tutora correcta para su caso.
ESTÁS LEYENDO
Nunca le hagas cosquillas a un Dragón herido. [Dramione]
FanfictionDraco Malfoy está roto y a estas alturas no hay nada que pueda arreglarlo. Tras salir de Azkaban, solo hay una opción para recuperar la libertad de nuevo: permitir que Hermione Granger se ocupe de reincorporarlo a la Sociedad Mágica. Hermione, por...