Capítulo 61

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Hola, amores <3

Actualización sorpresa, porque es un capítulo muy cortito y no quería subirlo y dejaros esperando una semana.


Capítulo 61

It feels like there's oceans / Between you and me once again.

Parece que hay océanos / entre tú y yo una vez más.

Seafret - Oceans


HARRY

Subió las escaleras del edificio de Hermione con rapidez. Harry vestía una gabardina oscura y sus mejillas estaban enrojecidas a causa del frío nocturno. Era muy tarde ya, pero él estaba más que despierto. En la mano derecha, el Gryffindor llevaba su varita, sujeta con fuerza.

La puerta del apartamento de Hermione estaba cerrada, pero él se valió de la magia para abrirla. Llevaba un buen rato intentando contactar con su amiga: por medio de cartas, de su chimenea, del sistema de comunicaciones del Ministerio... y nada funcionaba. Por eso estaba allí.

Harry Potter tan solo tuvo que empujar la puerta del apartamento para encontrarla: Hermione estaba tendida en el suelo, con un golpe rojizo en la frente y algunas gotas de sangre seca pegadas a su brazo. Harry se arrojó al suelo de inmediato.

—¡Hermione! —gritó.

Su cuerpo estaba caliente, por suerte. No estaba muerta, no, solo dormida.

Rennervate.

Pronunció esas palabras con miedo, pues aún no comprendía qué demonios le había sucedido a Hermione. Como si quisiera explicárselo, Crookshanks apareció en el otro lado de la sala y se quedó mirándolo con sus inmensos ojos felinos.

Miau.

Si eso era una explicación, Harry no la comprendía. El gemido de Hermione llamó su atención y él volvió a dirigir sus ojos verdes a su mejor amiga. Comenzaba a despertarse.

—¿Estás bien, Hermione? —preguntó él.

Y como si escuchar su nombre la obligara a volver a la realidad, Hermione trató de incorporarse de golpe. Gimió de nuevo, llevándose la mano a la cabeza. Harry supo que le dolía a horrores.

—Harry... tenemos. Hay... —balbuceó ella, sin mucho sentido—, pararlo. Debemos pararlo.

—¿Quién te ha hecho esto? —preguntó Harry con voz calmada—, ¿ha sido Scholz?

Esta vez recibió una mirada de inmensa confusión por parte de ella.

—¿Scholz? —preguntó Hermione—, ¿dónde está Scholz?

—No lo sé. Ha conseguido escaquearse de la seguridad, por eso estoy aquí. Pensé que quizás él... estaba intentando hacerte daño.

—¡Hay que encontrarlo!

Hermione se agarró a él para conseguir ponerse en pie. Le resultó complicado, pues aún parecía aturdida, pero no dudó en buscar su varita mágica y apretarla en su mano.

—¿Quién te ha hecho esto? —preguntó Harry.

—Ha sido... ha sido Malfoy, ¿vale? Pero todo tiene una explicación.

—¿Malfoy? También lo hemos buscado por todas partes, pero no está en su casa —Harry apartó la mirada cuando volvió a hablar—. Si te soy sincero, creí que estaría aquí.

Todo eso no tenía sentido. ¿Por qué le haría daño Draco Malfoy a su tutora? Harry no esperó entenderlo, en realidad. Tenía cosas más urgentes sucediendo en ese momento, como, por ejemplo, el principal sospechoso de un crimen huyendo de la autoridad.

—¿Conseguiste hablar con Malfoy? ¿Va a testificar?

Hermione salió de la casa y él la siguió. Ella cojeaba ligeramente, como si también se hubiera hecho daño en la pierna. Por el amor de Dios, ¿qué demonios le había pasado a Hermione ese día?

—Sí, testificará. Pero hay que encontrarlo —afirmó ella—, antes de que lo haga Scholz.

Tenía toda la razón. Harry había dado por hecho que, si Scholz quisiera tomar represalias contra alguien, probablemente lo hiciera contra Hermione: ella era la primera persona en acusarlo de ser el culpable de las torturas en Azkaban, todo había comenzado gracias a ella y sería la principal receptora de toda su rabia... a excepción de alguien más: su víctima. Draco Malfoy estaba en peligro.

Ambos salieron a la calle. La oscuridad envolvía el ambiente y Harry notó cómo el frío era tal que cada una de sus respiraciones abandonaba su cuerpo en forma de vaho.

—Llamemos a los aurores. Hay que localizar a Scholz —dijo él con decisión—. Todos saben que es culpable, tan solo están esperando a mi señal para ponerse en marcha.

Sin dudarlo, Harry apuntó con su varita hacia el cielo negro y una brillante luz roja salió disparada de su varita. Repitió la operación dos veces más, convocando al cuerpo de aurores del Ministerio de Magia. Esas luces podían verse desde varios kilómetros alrededor.

—Harry, lo pondrás en sobre aviso —susurró Hermione, preocupada—. Scholz sabrá que vamos a por él.

Y el Niño que Vivió le dirigió una sonrisa torcida antes de hablar de nuevo.

—Eso es precisamente lo que quiero —susurró con convicción—. Estoy seguro de que él lo sabe. Está desesperado, este es... su último golpe.

Tras escucharlo, Hermione asintió con la cabeza y, sin ninguna duda, imitó a su amigo. Tomando aire profundamente, apuntó al cielo con su varita y apretó los labios. Tres intensas luces rojas salieron despedidas hacia el firmamento, produciendo un sonido similar al de los fuegos artificiales explotando. Después, Hermione observó una vez más a su amigo Harry.

—¿Y ahora?

—Ahora esperamos.

Harry se sentó sobre la acera, sabiendo que sus compañeros no tardarían en aparecer. Odiaba que alguien como Scholz hubiera sido capaz de actuar delante de sus narices durante más de un año. ¿Cómo no se había dado cuenta de que era un psicópata? Quizás precisamente porque lo era, por eso se había escondido muy bien bajo la fachada del joven y amable agente mágico alemán. Ese hombre le asqueaba, Hermione sentía que era más criminal que los propios mortífagos. Ellos, al menos, habían actuado bajo las órdenes de alguien más.

—Scholz es un montón de mierda —dejó escapar de pronto.

Hermione lo miró, sorprendida, aunque no pudo evitar reírse ligeramente ante sus palabras.

—Un montón de mierda muy poderosa —opinó ella.

—No lo suficiente.

Harry se quedó callado, posando sus manos en sus rodillas mientras contaba los segundos. De algo estaba seguro: esa misma noche atraparían a John Scholz.


Nos vemos el martes en el capítulo nuevo :) Mil gracias por leerme, sois un amor. Acabo las universidad el jueves, solo me quedarían los exámenes para terminar todo, así que aprovecharé para escribir las cositas que me faltan del final.

¡Mil besos y nos vemos!

¡Mil besos y nos vemos!

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Nunca le hagas cosquillas a un Dragón herido. [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora