Capítulo 22

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Capítulo 22

But my dreams they aren't as empty / As my conscience seems to be.

Pero mis sueños no están tan vacíos como mi conciencia.

Limp Bizkit – Behind blue eyes



ASTORIA

El restaurante era magnífico y, desde luego, estaba muy concurrido los viernes por la noche. Era un sitio caro, uno de esos con fusión de comida de varios países distintos. Esa era la primera vez que Astoria iba allí y su compañía era, nada más y nada menos, que el agradable Chay Nott, su prometido.

Sus padres la habían prometido con él durante su último año en Hogwarts. A decir verdad, no tenía mucha relación con él, nunca la había tenido. Charles Nott era educado, atractivo y... sí, agradable. Agradable era la mejor descripción que Astoria podía hacer sobre él.

Pero no lo quería, ese era el mayor problema.

A decir verdad, ninguno de los dos fingía estar enamorado del otro. Su relación era una de tantas dentro de la comunidad mágica de «sangre pura» —aunque ese término hubiera quedado ya obsoleto—. Los matrimonios apalabrados aún seguían siendo comunes entre familias como las suyas. Quizás, más que el estatus de sangre, lo que los movía ahora era la riqueza y el patrimonio familiar.

Chay y Astoria se veían de vez en cuando, cenaban juntos un par de veces al mes, charlaban sobre la boda, para la que solo quedaban dos meses. Lo último que existía entre ellos era chispa, para ser sincera. Además, no había mucho que tuvieran en común: Chay no trabajaba, tan solo se dedicaba a ser... el hijo pequeño de los Nott. Y, en un par de ocasiones, le había insinuado que ella tampoco tendría que trabajar cuando estuvieran casados. Astoria no le había dicho aún que ella no pensaba dejar su puesto en la Residencia. No se sentía cómoda compartiendo cosas tan personales con Chay.

—Madre ha elegido el color de los manteles de la nueva casa —comentó él, animadamente, frente a su plato en el restaurante—, serán grises, para que combinen con las paredes de nuestra mansión. ¿Te parece bien?

Astoria tardó unos segundos en prestarle atención a su prometido y en procesar lo que acababa de decirle. ¿Manteles grises? Muy bien. Le daba igual.

—Sí, sí, claro. Perfecto. ¿Me disculpas un momento, Chay? —preguntó en un susurro—. Necesito... retocarme.

Astoria se levantó de la silla. Se había vestido de negro ese día y, durante unos minutos, había dudado si debería recogerse el pelo rubio. No lo tenía tan largo como para conseguir un moño decente, así que había decidido no prepararse demasiado. Apenas había dado un paso cuando la mano de Chay consiguió agarrar la suya. El joven se giró hacia ella, aún sentado en su silla. Tenía el cabello castaño y los ojos verdes, era guapo. Se parecía un poco a su hermano Theo.

—Astoria... creo que no te lo he dicho hoy, pero... estás muy guapa.

El tacto de sus dedos sobre la palma de su mano la incomodó. Consiguió zafarse de su agarre con la mayor discreción posible, disimulando su disgusto. La simple idea de tener que pasar toda la vida junto a él se le figuraba un infierno en el futuro. Chay Nott no era lo que ella quería, pero sí lo único que tendría. Pronto se quedaría embarazada y sus familias se emocionarían con la llegada de uno, dos, tres... —daba igual la cantidad— niños rubios y de sangre pura corriendo por los interminables pasillos de sus mansiones. Y, en realidad, a ella esa imagen le resultaba casi una pesadilla.

—Gracias, Chay. Volveré en un minuto.

Cruzó el restaurante, intentando no atraer la mirada de nadie. Conocía a la mitad de las personas que se encontraban allí cenando esa noche y lo último que quería, después de haberse librado de Chay por un instante, era tener que cumplir con su agenda social y saludar a todos los magos y brujas que quisieran hablar con ella. Alcanzó el elegante aseo de señoras y abrió la puerta, colándose dentro como si ese fuera el único espacio seguro que quedaba en Charing Cross.

Nunca le hagas cosquillas a un Dragón herido. [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora