Regálame un minuto de tu tiempo y te lo agradeceré con besos.
Daniel Spiegel
NOTA: Este capítulo es obra de @UnMensajeTuyo
Infinitamente agradecida por su inestimable ayuda, por todo lo que hace siempre desde las sombras. Espero que lo disfrutéis tanto como yo cuando lo leí. Mil gracias Andrea .
1944
POV Gèrard
Por fin, después de años, había conseguido una semana libre en el trabajo. El estrés y la presión me consumían y creo que el resto se habían dado cuenta. Así que, cuando propuse coger la próxima como descanso, no pusieron ninguna objeción.
Tenía planeado llevarme a Anne a un pequeño pueblo, no muy lejos de Berlín, pero lo suficiente como para olvidarnos del barullo de la ciudad y los enfrentamientos que en ella se producían.
Brusendorf había sido mi lugar de escape cuando ella se fue hacia Palestina. Allí, compré una pequeña casa junto al río Dorfgraben y me escaba cuando podía, nadie conocía su existencia. Esta vez, sería la primera en que iba acompañado.
En realidad, anhelaba el momento en que ella entrara conmigo en aquella casa. Ella, que viviría en un bosque si pudiera de lo amante de la naturaleza que es. Le iba a encantar.
Su respiración acompasada sobre mi pecho desnudo se paró, justo en el momento en el que lo hicieron mis pensamientos. Varios sonidos de queja salieron de su boca y yo tuve que reprimir una carcajada.
Abrió un ojo y me miró. Yo le dedique una sonrisa.
- Buenos días, princesa - le dije en tono jocoso. Ella frunció el ceño en señal de desagrado y yo besé su frente.
- Mmm... ¿Qué hora es? - dijo, volviéndose a acurrucar en mi pecho.
- Serán sobre las 10, yo creo - ella abrió los ojos y se incorporó rápidamente.
- ¡Gèrard! Que llegas tardísimo al trabajo - dijo empujándome fuera de la cama. Yo no pude más que reír, a lo que ella me miró desconcertada.
- No trabajo hoy - le dije divertido - Bueno, ni hoy, ni toda la semana - añadí.
- ¿En serio? - sus ojos brillaron de la ilusión.
- Muy en serio, ya lo necesitaba - ella asintió y dejó un pequeño beso en mis labios que me supo a poco. Aleteó las pestañas como cuando era adolescente.
- Entonces... Nos podemos quedar en la cama toda la mañana... - dijo en tono sugerente, mientras se sentaba encima de mí. Mi piel se puso alerta enseguida.
- En realidad - carraspeé nervioso y ella me miro coqueta - Tenemos que hacer la maleta - dije mientras la apartaba de mi cuerpo.
- ¿A dónde vamos? - dijo con curiosidad.
- Si te lo digo, ya no sería una sorpresa - le dije picándola. Ella hizo un puchero que sus labios, que besé para hacerlo desaparecer.
Me levanté de la cama y estiré mi mano hacia ella, que la tomó enseguida saliendo de la cama también.
Allí, delante de mí, con su camisón puesto, sus rizos despeinados y su cara de dormida, me pareció la mujer más preciosa que había visto en mi vida y no pude contener mis palabras:
- Eres preciosa
- ¡Gè! - dijo mientras le invadía la vergüenza - No seas exagerado anda... ¡Qué mira que pelos! - sus mejillas se tornaron de un color rosáceo que contrastaban con su nívea piel.
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Fräulein Anne
RomanceEn 1938, Anne se ve obligada a huir de su país por la tensa situación política, dejando atrás a su familia y a la persona que ocupa su corazón. La guerra cambia a las personas pero, ¿podrá el amor sobrevivir a la mayor guerra jamás conocida?