La vida es como una caja de bombones, nunca sabes el que te va a tocar.
Forrest Gump
1944
POV Gèrard
Me dolía tremendamente la cabeza. Me costaba incluso llenar los pulmones de aire. Estaba mareado y, cuando intenté abrir los ojos, no pude. Notaba algo tapándome parte de la cara y lo toqué con cuidado. Era algún tipo de tejido. Intenté abrir el ojo que notaba libre y poco a poco mis párpados se fueron separando. Tarde varios parpadeos en lograr enfocar algo. Tenía un bulto negro al lado. Según pasaban los minutos pude distinguir que ese bulto era, en realidad, el pelo rizado de Anne. Miré más allá porque no podía incorporarme. Esta habitación no era la de Berlín. Entonces lo supe. Brusendorf. ¿Qué hacíamos aquí?
Lo último que recordaba era a Greta como una poseída escupiendo palabras de odio y rencor. Recordé, de repente, el cuchillo en su mano y luego sobre mi carne. Luego, nada más, salvo un fuerte dolor en el pecho. Y ahora estábamos aquí. Necesitaba respuestas.
- Anne, Anne, Anne...
Notaba mi boca pastosa y me costaba articular hasta su nombre. Estaba volviendo a marearme. No quería volver a perder el sentido sin tener ninguna respuesta. Ella comenzó a moverse, debía de estar dormida. Quizá llevaba horas aquí. Le acaricié el pelo y volví a llamarla reuniendo fuerzas.
- ¿Gèrard? - sus ojos verdes buscaron mi voz.
- Anne, ¿por qué estamos en Brusendorf? ¿Y qué llevo puesto en la cara?
- Sh... Tranquilo. ¿Te duele la cabeza? - asentí y ella se giró para coger algo de la mesilla. Me puso una pastilla en la boca - Intenta tragar. Toma agua - intentó ayudarme a incorporarme un poco y casi me desmayo. La habitación comenzó a girar demasiado rápido.
- Anne, me mareo muchísimo.
- Está bien. Le diré a Hanna que me ayude a ponerte algún cojín para incorporarte sin que tú te esfuerces.
Cuando parecía que la habitación volvía a estar en su sitio, volví a preguntar.
- Anne siento que no voy a aguantar mucho despierto, necesito respuestas.
- Gèrard ya habrá tiempo para eso. Tuvimos que huir de casa. Mis temores se hicieron realidad y todo se descontroló. Hablar con Hanna fue un acierto y, gracias a ella y Ernest, pudimos salir a tiempo.
- ¿Ellos están metidos en esto? Has dicho que Hanna te ayudaría con los cojines, ¿acaso están aquí?
- Ernest condujo el coche desde Berlín hacía aquí. Me ayudó en un control de carretera. Le debemos la vida a los dos.
- ¿Y Greta?
- No tienes que preocuparte por ella.
- Anne... - volví a buscar sus ojos. Ella no me lo dijo, pero lo supe.
- No podrá hacernos más daño. Ya no.
- ¿La has matado?
- Greta tuvo lo que se merecía. Ojo por ojo. Y no me arrepiento Gè. Con mi familia no se juega - sus ojos se aguaron y estiré mi brazo tirando de ella para abrazarle.
- Está bien Anne. No voy a juzgarte. Hiciste lo que tenías que hacer. Estoy cansado y siento que necesito dormir. Solo una cosa más, ¿qué me hizo en la cara? Recuerdo un cuchillo en su mano y luego sobre mi piel.
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Fräulein Anne
RomanceEn 1938, Anne se ve obligada a huir de su país por la tensa situación política, dejando atrás a su familia y a la persona que ocupa su corazón. La guerra cambia a las personas pero, ¿podrá el amor sobrevivir a la mayor guerra jamás conocida?