Una vez más. Parte 4. Final.

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Suspiro antes de apagar la radio y bajar del coche.
Unos acordes que he escuchado demasiadas veces suenan.
La voz de Eva inunda el espacio dentro del vehículo y todo parece estar bien aunque nada lo esté.

Lo bien que estaríamos solos, imagina por mí.

Tienes toda la razón, estaríamos muy bien solos, en una isla donde nadie nos conozca, donde nadie nos juzgue, donde no quieras meterse en nuestra vida, donde solo seamos tú y yo.

Inspiro oxígeno y algo de valor antes de girar el picaporte de la puerta de la que hasta ahora, llamaba mi casa.

"La vuelta a Barcelona ha sido larga, llena de pensamientos.
Anaju no se merece que ahora, después de tantos años, la deja a un lado de mi camino así sin más.
¿Pero qué hago cuando todo me pide estar con Eva? ¿Cuándo ella quiere lo mismo que yo?

Haga lo que haga, alguien saldrá lastimado y eso es lo que no quiero, lo que me aterra.
Lo único que me da miedo de esta situación.
Si me quedo con Anaju, con Olivia, en mi vida de antes, será Eva quien termine rota.
Si hago caso a mi corazón, si agarro la mano de Eva, si vivo cada día perdiendo el en sus ojos, será Anaju y la pequeña quienes sufran.

-¿Hola? -A la entrada nadie viene a recibirme. Camino con la sensación de ir directo al matadero. Me acerco al salón, donde la morena con la que he compartido mi vida estos años me espera sentada, en el sofá.- Hola.
-Has venido. -Dudo si sentarme a su lado o quedarme en pie.- Siéntate, si quieres, claro.
-Lo siento.
-No sientes una mierda Hugo. -Intento entrelazar sus dedos con los míos, pero no llego a hacerlo, aparta su mano bruscamente.- ¿Has venido por tus cosas?
-He venido a hablar.
-Creo que hay poco que decir. -Deja delante de mí varias páginas abiertas en su teléfono, nos han hecho fotos y escrito sobre una posible relación entre Eva y yo. Intento coger aire, para que las explicaciones que le debo salgan solas.-
-No pretendía que todo saliese así. De verdad.
-¿Y qué esperabas? ¿Qué ella te parase los pies? ¿Dejar en sus manos tu futuro? -Hace una pausa en la que muerde sus labios por dentro, intentando quizás contener las lágrimas.- Seamos sinceros Hugo, aunque duela, nos lo debemos.
-La quiero.

Después de unos segundos que se han hecho eternos, esas dos palabras salen de mi boca solas.
Es una verdad que quema, que escuece pero que necesitaba soltar.
Quiero a Eva, no quiero acabar mal la historia que hemos tenido Anaju y yo, pero nunca pude verla como debería haberlo hecho.
Ella lo sabía, y así lo aceptó.
Me siento mal por como está acabando esta historia.

-¿Te vas a ir con ella? ¿Vas a olvidarte de nosotras?
-También es mi hija.
-No Hugo, no lo es. -Suspira y se levanta, alejándose de mí.-
-Es como si lo fuera, no me voy a olvidar de ella Anaju.
-No queremos limosnas. -Hace una pausa en la que esas palabras duelen dentro de mí.- Si mis palabras te queman es porque encendiste una hoguera, una en la que parece que quieres arrojar toda nuestra historia.

Olivia no es mi hija biológica, Anaju ya estaba embarazada cuando la conocí.
Yo decidí hacerme cargo del bebé como si fuese mío."

Y a día de hoy no me arrepiento.

Marco un número en mi teléfono que siempre me he sabido de memoria.
Espero los tonos suficientes para que descuelgue la llamada.

-¿Aceptarías ser mi billete de viaje con destino felicidad?
-Eres un cursi Hugo. -Su risa a través del altavoz del teléfono me hacen despejar todas las nubes grises que he vivido hace unas horas. Provoca una estúpida sonrisa en mis labios que solo quiero borrar con un sinfín de sus besos.-
-Te echo de menos.
-Yo a ti también.

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