Cuando el río suena...

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Relato corto.

Cuando el río suena...

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¿Qué es lo que realmente importa en la vida?
¿A qué tenemos que aspirar?
¿Qué debo sentir?

Muchas veces no sé como reaccionar ante una situación para la que no me he preparado, no se me da bien expresarme, decir al mundo lo que llevo dentro, dejarme ver, que me vean como soy.
A veces dudo hasta de como soy en realidad... Todo es confuso en mi cabeza.
Menos ahora.

Ahora no hay nada.

Ojos cerrados, músculos relajados, respiración controlada.
La nada más absoluta retumbando en mis oídos.
Ahora me siento bien, el agua que hay debajo de mí me permite flotar, acaricia mi piel y rodea mi cara, no me muevo, no me balanceo, estoy parado en mitad de la piscina, sin importarme que donde más me siento yo, ahora mismo estoy siendo ilegal.

No debería estar aquí.
No es mi piscina.
Estoy lejos de casa, o de lo que conozco como ello.

"-No te metas en líos, Hugo."
"-Haz caso a tu entrenador."
"-Iremos a verte ganar."

A ganar... Siento que es eso lo único que importa cuando a mí dejó de importarme hace años.
Una medalla.
Otro trofeo.
Una foto para alguna revista local.
Un clic en alguna página web.
Y un gran recibimiento al llegar a mi casa.

Todo eso es lo que importa.
La posición.
Lo material.
El seguir.
Entrenar más tiempo del que tengo, rutinas estrictas que hace tiempo que dejaron de llenar lo que un día no sabía que estaba vacío.

Abro los ojos, los clavo en el techo cubierto, esta oscuro pero las luces del fondo son suficientes para que pueda ver las vigas sobre mí.
¿Qué pasaría si se cae y el techo se precipita hacia mí?
¿Me movería?
¿Intentaría escapar?

Un suspiro se escapa de mis labios al darme cuenta de que no tengo clara esa respuesta.

-¿Esto es algún ritual tuyo antes de cada competición? ¿Le echas algo al agua para ganar ventaja? -Giro la cabeza para identificar a la chica que me mira desde el borde de la piscina y mi cuerpo se hunde en el agua al verla. Muevo los pies y las manos para mantenerme a flote, en vertical, mirándola.-
-¿Lo dirías si así fuese?
-Posiblemente, no eres santo de mi devoción.

Sonríe aunque sé que no ha dicho ninguna mentira. Avanzo con largas brazadas hasta llegar al borde donde ella se encuentra, y retrocede para que el agua no le salpique.
Ahora puedo verla mejor, ver que trae una toalla colgada del hombro, una camiseta larga y ancha que debajo debe esconder su traje de baño.

Me apoyo con ambos brazos fuera de la piscina para mirarla, para ver como esos ojos azules se vuelven oscuros y podrían verse mucho mejor dentro del agua.

-Hazlo, ve, di que has encontrado a Hugo en la piscina por la noche. Con suerte me expulsarán y no me dejarán volver a los campeonatos de dentro de tres meses. Yo prometo no moverme de aquí.

Sonríe, cree que es irónico, que no lo digo enserio, que estoy de broma... Pero no tengo claro que las palabras salgan con esa intención.
Me metería en muchos problemas si hiciese eso.
Volver a casa sería un infierno mayor de lo que sería volver habiendo ganado.

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