Relatos Cortos

No me voy a ir.

Relato corto.

No me voy a ir.

Hace dos horas y media que Hugo se ha ido con la excusa de que va a ver a sus padres. Yo sé que no es a esa casa a donde ha ido.
Suspiro mirando el reloj que avanza sin detenerse, sin ser consciente que cada segundo que marca, que pasa, me acerco un poco más a un precipicio al que pensé no asomarme nunca.

Pero aquí estoy, acariciando lentamente mi abultada barriga, intentando no transmitirle mis nervios al bebé, intentando no pensar cosas que no son.
Tengo que confiar en él.
Confiar en que aunque haya ido a la casa que tenía con Carla, solo es para ponerle el punto y final que no puso hace años cuando, siendo el mayor loco de la historia, se montó en un avión conmigo, sin maleta, sin nada más que sus ganas y las mías por empezar algo que no sabíamos como iba a ser, pero sí que nos marcaría para siempre.

Y joder si nos ha marcado, una persona pequeñita es la mayor consecuencia de esa huida a la desesperada, un bebé, algo de los dos que puede estar en medio de nosotros y ser lo único que nos una en un futuro.

Vi el mensaje en su teléfono, no lo hice queriendo ni fui a buscarlo, solo lo llamaron y me pidió que lo cogiese, al colgar la notificación estaba ahí.
No lo había abierto aunque hacía horas que se lo había mandado.
Sabía que Carla no iba a dejar las cosas estar, ella tenía su vida planificada con Hugo, nunca nos llevamos bien y no porque yo no lo intentase.

Escucho el tintineo de las llaves entrando en la cerradura y la puerta abriéndose.
Mi corazón comienza a latir a un ritmo demasiado rápido y el bebé me da una patada en señal de que también es consciente de mi estado.
Mis ojos lo buscan, sonrío cuando lo veo y me mira.
Hugo imita mi sonrisa y camina directamente hacia el sofá donde estoy sentada.

-Hola.
-¿Qué tal con tus padres?

Y es una pregunta que esconde muchas cosas, sin él saberlo, de su respuesta dependen muchas cosas en un futuro.
Quiero que me diga la verdad, que no ha estado con ellos y que ha ido a ver a Carla.
Que ha estado casi tres horas en casa de su ex novia, y que no ha pasado nada entre ellos, que sus ojos me convenzan al igual que sus palabras, todo lo que no sea eso, significará el fin de los dos para mí.

Se esfumará la familia que pensábamos ser, Sofía tendrá un papá y una mamá, pero que no estarán juntos.
Sé que seremos los mejores para ella porque no me opondré nunca a que la vea, a que pase tiempo con ella, solo que no lo dejaré acercarse a mí.

El silencio se extiende unos segundos de más en los que hago mi mayor esfuerzo por no comenzar a llorar, porque no vea como mis ojos comienzan a ponerse cristalinos, porque no se dé cuenta del nudo que casa vez me aprieta más en la garganta.
Revuelve los mechones de su pelo y se sienta a mi lado, poniendo la mano sobre mi pierna.

-No he ido a ver a mis padres. -Esperaba oír eso, pero no esperaba que me produjese alivio e inquietud a la vez. ¿Qué pasa si ha decidido dejarme? ¿O si no lo hace solo por el bebé?- Yo... -Un suspiro de escapa de sus labios.- He ido a ver a Carla. A la casa que compartíamos. Perdóname por mentirte antes, no quería que te pusieras nerviosa.
-Dime que no tengo que perdonarte por nada más.

Cierro los ojos, esperando la confesión o la negación a mi frase.
Un "no ha pasado nada" estaría muy bien, ahora mismo estaría muy bien.
Una patada en mi barriga que rebota en mi mano es la forma que tiene nuestra pequeña de decirme que también espera esa respuesta de su padre.

-Quería hablar conmigo, me mandó un mensaje antes de venir, incluso estaba en el aeropuerto cuando llegamos.
-Hugo...
-No estaba seguro de ir, no quería que eso afectase a lo que tenemos y...
-¡Hugo! -Muerde su labio y me mira.- ¿Qué ha pasado?