¡ᶜʰᵃᵖᵗᵉʳ ⁿⁱⁿᵉ

336 51 28
                                    

Desde aquella noche con el espejo de Oesed, Hestia había tenido sueños extraños y sospechaba que el responsable había sido el director. No pasó por alto su discurso sobre sus recuerdos, lo tenía presente antes de irse a dormir, y sus sueños no eran invenciones de su mente. En sus sueños, una mujer cantaba con una melodiosa voz, llena de dulzura, escuchaba las risas de un bebe y las de un hombre, y veía personas rodeándola, con sus figuras borrosas. También recordaba haber visto un perro grande y negro jugando con una rata, por más extraño que sonara.

Sin embargo, Hestia tampoco había podido sacarse de la cabeza los últimos minutos que había pasado con Harry, cuando la abandonó en la entrada de su sala común.

<Ambos estaban fuera de la capa, y Hestia dudaba en cómo despedirse. Harry aún tenía los ojos rojos y ligeramente hinchados y había notado cómo los dos puntos de color esmeralda observaban un punto fijo, sin querer moverlos.

—Ya sabías la existencia de la capa, ¿cierto? —Hestia lo ignoró. —Por supuesto que sí, siempre sabes todo.

Hestia dio un paso hacia atrás, sin querer lidiar con otra discusión sin sentido. Cuando los ojos de Jamie se iluminaron, como recordando algo.

—Hestia, —La pelirroja lo miró, con una ceja alzada. — feliz cumpleaños.

Y eso había bastado para que la pelirroja frunciera el ceño enojada, sacando su varita y conjurando un hechizo, Harry creyó escuchar la palabra "Anteoculatia" y chispas rojas salieron de la varita de su hermana, lo siguiente que supo fue que tenía un par de astas en la cabeza.

—Buenas noches, Harry.>

Y Hestia definitivamente no se arrepentía. Se lo había contado a Herms ni bien había tenido la oportunidad de robársela a su hermano y a Ronald unos pocos días atrás.

En ese momento, ambas se encontraban juntas caminando cerca de la cancha de quidditch, era viernes y -a pesar de la nieve- era un día precioso.

—Noté que sigues distante con Harry. —Hestia se encogió de hombros, la había realmente molestado la actitud hipócrita de Jamie y siendo honestos, se había hartado de rogarle de rodillas que volviera a ser el mismo niño amoroso con su hermana. —Ha tenido pesadillas últimamente, ¿sabes? Sueña con tus padres desapareciendo debajo de un rayo de luz verde, mientras una alguien se ríe. La describió como aguda, no la supo descifrar muy bien, pero la sentía contenta.

Hestia la miró con curiosidad. —El viejo Dumbledore no se equivoca después de todo, los recuerdos permanecen en nuestra mente aunque sean débiles.

Hermione no le prestó atención y continuó hablando de Harry. —Wood los ha presionado mucho, ¡casi no los deja respirar!

—Herms, Oliver es apasionado a lo que hace y es su responsabilidad como capitán, no puede simplemente dejar que anden de vagos cuando se acerca un partido.

—Pero eso no es todo, Snape será el árbitro en ese partido, ¡Snape! ¿Puedes creerlo? —Hermione se cruzó de brazos, notablemente irritada. Hestia se limitó a suspirar con cansancio. —Ni lo menciones Hest, ya sé lo que dirás pero lo aceptes o no, su presencia dificultará el partido para los de mi casa.

Siguieron conversando de cosas triviales, cuando la pequeña mencionó el nombre de Malfoy.

—¡Le dijo que estaba buscando a alguien para practicar el maleficio, y lo hechizó! —Hermione soltó un gruñido. —Odio a los Slytherin, ¡son todos iguales! ¡Crueles y perversos!

Hestia hizo una mueca disgustada. —Claro que no, que Malfoy y dos o tres personas más se comporten de ese modo no significa que todos sean así, Hermione.

—¿Dos o tres personas? —Hermione la miró ofendida. —¿Debo recordarte a ya-sabes-quién? ¿A Snape? ¿A todas las familias de sangre pura que acabaron en esa casa?

—¿Y debo yo recordarte a Merlín? ¿Debo recordarte a mis amigos? —Hermione bufó.

—Esas son tan solo un puñado de personas, las demás son malvadas y prejuiciosas.

—Oh, ¿de veras? —Hestia preguntó irritada. —Entonces, si tu hijo quedara en Slytherin y el otro en tu perfecto Gryffindor, ¿no lo tratarías diferente por eso? Si la hija menor de los Weasley quedara en Slytherin, ¿realmente piensas que la trataran igual que a sus otros seis hijos? Las serpientes no son los únicos prejuiciosos aquí Hermione, y tú lo estás demostrando bastante bien.

La abandonó en medio de la cancha, dirigiéndose devuelta al castillo maldiciendo a los leones entre dientes. Estaba harta de los estereotipos y prejuicios, harta de la hipocresía de los leones y harta del maltrato que se dirigían unos a otros.

━━━━━━━━ ⇜ ━━━━━━━━

Hestia se encaminaba con paso apresurado a la cabaña de Hagrid, había metido varios libros en su mochila. El mitad gigante le había preguntado disimuladamente qué sabía ella sobre la crianza de dragones, así que, luego de explicarle lo que había leído en la biblioteca, le prometió llevarle sus favoritos.

Tocó tres veces, y escuchó un golpe desde adentro. —¿Quién es?

—Soy Hestia, ¡traje los libros Hagrid! —La puerta de madera se abrió inmediatamente, dándole paso. La pelirroja entró y comenzó a sacar los libros. —Traje los mejores que encontré, en lo personal te recomendaría comenzar con el de... oh, hola chicos.

Hermione la saludó con media sonrisa, Harry y Ronald solo la miraron. Se aclaró la garganta y extendió los libros hacia Hagrid.

—Comienza con el de tapa roja, el que tiene un huevo en la portada. Si tienes alguna duda o quieres platicar sobre lo que leíste, estaré encantada de ser yo a quien busques Hagrid.

El gigante le sonrió contento. —¡Muchas gracias Hestia! —Hest lo observó con la ceja alzada, pidiendo algo más, indirectamente. —Oh, sí, sí, ven.

La llevó hasta la chimenea donde, debajo de la cazuela, había un enorme huevo negro.

—¡Impresionante! Pero debes deshacerte de él cuanto antes, Hagrid, una vez que nazca. Quién sabe qué podría suceder si te descubren, o peor, si crece.

—Hestia tiene razón, Hagrid. —Herms apoyó su mano en el enorme brazo del guardabosque, en forma de consuelo.

—Pero será demasiado pequeño, y morirá.

—Hagrid, entiendo tu preocupación pero entiende nuestra preocupación por tí. —Hestia volvió a colocarse su mochila y se acercó a la puerta. —Este no es su hábitat y tú no eres su madre, los dragones son peligrosos y deben estar bajo cuidado profesional. Mientras tanto haré lo que pueda para ayudarte, nos vemos chicos.

𝚃𝚑𝚛𝚘𝚞𝚐𝚑 𝚢𝚘𝚞𝚛 𝚎𝚢𝚎𝚜 - ʰᵃʳʳʸ ᵖᵒᵗᵗᵉʳ ᵘⁿⁱᵛᵉʳˢᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora