¡ ᶜʰᵃᵖᵗᵉʳ ᵗʷᵉⁿᵗʸ·ᵒⁿᵉ

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Hestia cayó al suelo abruptamente golpeándose la cabeza con este, Calliope ya la esperaba allí y se había acercado a ella para volver a colocarse en su hombro. Debido a la tubería, estaba cubierta de lo que creía que era barro, y sus prendas estaban algo húmedas.

—Lumos. —Agitó su varita y acostumbró sus ojos a la nueva luz. Notó marcas en el suelo y supuso -o más bien deseó- que eran de su hermano.

Le sorprendió el silencio que había en los túneles, mientras más avanzaba, sentía que el silencio se hacía más irritante. Comenzó a apurar su paso, aplastando cráneos de pequeños animales desparramados por el suelo. Dobló por una curva y una roca le dio en la cabeza.

—Ay. —Calliope chilló y desplegó sus alas, defensiva. Hestia se masajeó la frente, levantó la varita y su expresión se ablandó. —Ronald... —su ceño se frunció. —y, profesor.

—¡Vaya! Que niña encantadora, ¡quizás ella sepa quién soy! —El rostro de Hestia se contrajo y sus ojos se clavaron en Ron, el niño bufó cansado.

—Ha estado robando las historias de otros magos y brujas usando el encantamiento obliviate y trató de usarlo en nuestra contra, —bostezó. —pero tomó mi varita, que está rota, y el hechizo salió por el otro lado.

Asintió comprendiendo. —¿Y Harry?

Ronald señaló el muro de piedras. —Del otro lado.

—¿A qué te refieres con del otro lado? —Se acercó a los sopetones. —¡¿Has estado todo este rato aquí y no has ido a pedir ayuda?!

—Pues, no puedo hacer mucho.

—No me interesa, Weasley. Te vuelves de inmediato y tratas de subir la tubería o mínimo te quedas en esa zona. —Tomó la muñeca de Lockhart y lo empujó hacia Ron. —Y te lo llevas contigo, no lo quiero cerca.

—¿Y tú qué harás? —La miró receloso, haciéndola rodar los ojos.

Yo tengo una varita en perfecto estado, y resulta que soy excelente con los hechizos explosivos. —Alzó su varita y la apuntó hacia el muro. Se aclaró la garganta y pronunció uno de sus hechizos favoritos. —Bombarda máxima.

Una violenta explosión generó que el muro se derrumbara, las piedras volvieron a caer, mas de una forma diferente, dejando una especie de pasaje en medio.

Hestia sonrió orgullosa. —Ahora, váyanse. Ya.

Continuó avanzando por el túnel, el frío le recorría la columna y los sonidos que emitía Calliope la ponían nerviosa. Finalmente, se topó con una pared con dos serpientes semi ocultas talladas en ella, con esmeraldas adornando sus ojos. Se sintió observada. Pasó entre ellas, encontrándose con una sala muy grande con columnas con más serpientes talladas que se enlazaban para sostener el techo apenas visible por la oscuridad.

Una estatua al final de la sala llamó su atención, era gigante y demasiado alta. Se trataba de un mago del que, gracias a los libros de historia y los relatos de la Dama Gris, Hestia conocía muy bien: Salazar Slytherin. Junto a los pies de este, visualizó una figura tirada e inmóvil. El corazón le dio un vuelvo, temiéndose lo peor.

Se acercó despacio y dejó soltar el aire que estaba conteniendo al distinguir que se trataba de Ginny Weasley y no de su hermano. Se agachó a su lado y apoyó su mano en su mejilla. Estaba congelada.

Le dio un vistazo a Calliope, el pájaro pareció entender porque se acercó a la niña, estaba a punto de soltar las primeras lágrimas cuando una voz las espantó.

—No está muerta, si es lo que te preguntas. —Su voz era suave pero intimidante a la vez. —Al menos, no está muerta aún.

—¿Quién mierda eres? —Hestia ya se había puesto de pie y lo apuntaba con su varita. El chico le ofreció una sonrisa reconfortante.

𝚃𝚑𝚛𝚘𝚞𝚐𝚑 𝚢𝚘𝚞𝚛 𝚎𝚢𝚎𝚜 - ʰᵃʳʳʸ ᵖᵒᵗᵗᵉʳ ᵘⁿⁱᵛᵉʳˢᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora