𝚃𝚑𝚛𝚘𝚞𝚐𝚑 𝚢𝚘𝚞𝚛 𝚎𝚢𝚎𝚜 - ʰᵃʳʳʸ ᵖᵒᵗᵗᵉʳ ᵘⁿⁱᵛᵉʳˢᵉ

¡ ᶜʰᵃᵖᵗᵉᵗ ᵒⁿᵉ

El primero de Septiembre había llegado nuevamente y el físico de Hestia había cambiado con notoriedad. Estaba más alta, su melena más larga y desarreglada, intensificando su color rojizo, y ya comenzaban a formarse algunas curvas en su cuerpo.

Calliope se había vuelto mucho más que una mascota, así como le había dicho el director, el ave se había vuelto una compañera de vida, una amiga, la acompañaba a todos lados y era doloroso separarse. Como si estuviesen unidas por una especie de lazo que tenía principio y final, impidiendoles separarse muy lejos sin que les estrujase el estómago. En ese momento, Calliope –o Callie, como Hestia solía llamarla– se encontraba aferrada a su hombro luciendo su majestuoso plumaje mientras caminaban por los pasillos del tren, Hestia se había separado de las Berkshire por un rato ya que quería encontrar a Harry.

A pedido de Dumbledore, Hestia había abandonado Privet Drive el 20 de julio para quedarse con las mellizas hasta el primer día de clases, aunque claro, también había pasado tres semanas en la mansión de los Selwyn. La pelirroja no había encontrado palabras para explicarle a su hermano la razón por la que no estaría con él en su onceavo cumpleaños, ¿cómo decirle que su futuro director le había ordenado dejarlo afrontar el descubrimiento del mundo mágico por su cuenta? Era absurdo, pero Hestia quería confiar en que Dumbledore tenía motivos para pedirle semejante disparate.

Hestia frenó en seco cuando tres niños, dos regordetes y uno albino, salían corriendo y chillando del compartimiento a su derecha. Calliope pasó su cuello por detrás del cabello de la chica haciéndole cosquillas, y picoteando en el vidrio. Hestia miró confundida y se sorprendió al ver a su hermano acompañado de un niño pelirrojo y flacucho con pecas, una lechuza blanca y una rata gorda y vieja, rodeados de cantidades numerosas de dulces. Sin dudarlo, Hestia entró al compartimiento.

—¡Harry! —La pelirroja corrió a abrazarlo, espantando a Calliope quien abandonó el hombro de Hestia. —¡Te extrañé tanto Jamie! ¡Juro que quería contarte, pero Dumbledore no me lo permitía!

—¿Tú sabías de todo esto? ¿Desde cuándo? —Harry se separó confundido de los brazos de su hermana, quien lo miraba con una gran sonrisa. —¿Desde que te enviaron a ese internado raro del que nunca me hablabas? ¿Desde hace dos años que sabías lo que sucedió con mamá y papá y jamás pudiste contarme?

—No, James. No lo tenía permitido, yo quería pero Dumbledore-

—No sé quién es Dumbledore y tampoco me interesa Verena, ¿cómo pudiste? —Hestia se levantó lentamente, con el ceño fruncido y la boca torcida. Le echó una mirada al pelirrojo, que miraba su chocolate como si fuera lo más interesante y que había visto jamás. —Y por si fuera poco, me abandonaste dos meses, ¡dos meses Verena! ¿Tienes siquiera una idea del infierno que fueron los Dursley? Oh no, espera, no lo sabes ¡porque no estabas ahí!

—James, entiendo que estés enojado pero debes entender que eso no estaba en mis planes. Me partía el corazón cada vez que debía dejarte solo con los Dursley pero Dumbledore, nuestro director, me dejó estrictamente prohibido contarte cualquier cosa relacionada al mundo mágico, y eso incluye a mamá y papá. —Hestia le hizo una seña a Callie, quien gustosa volvió a su hombro. —Esperaba encontrarte enojado pero también esperaba que escucharas y comprendieras.

—¿Qué quieres que comprenda, Verena? ¿Qué preferiste hacerle caso a un viejo con un título importante en vez de decirle la verdad al único familiar vivo que tienes? —Harry hizo una pequeña pausa. —Los Dursley no cuentan, ellos no son familia.

—Harry, eres mi hermano y te amo más que a nada en el mundo y justamente por eso, porque soy tu única familiar viva esperaba que comprendieras porqué hice lo que hice. Esperaba que me abrazaras y me dijeras que me habías extrañado y así darte todas las explicaciones que quisieras. Quería comer dulces juntos, que me contaras lo emocionado que estabas, cómo te había ido en el Callejón Diagon y por fin ser felices juntos. —Hestia se acercó a la puerta. —Pero soy un ser humano y entiendo de sentimientos y emociones fuertes, así que te daré tu espacio y el tiempo que necesites. Cuando estés listo buscame, Jamie.