¡ ᶜʰᵃᵖᵗᵉʳ ᶠⁱᶠᵗᵉᵉⁿ

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Bajaron por la escalera de mármol. Lo que necesitaban en aquel momento era a alguien de Slytherin a quien pudieran seguir hasta la sala común, pero no había nadie por allí.

—Cuando los de Slytherin bajan a desayunar, creo que vienen de por allí. —Ron señaló con un gesto la entrada de las mazmorras.

Harry y Ron bajaron corriendo los escalones de piedra y se internaron en la oscuridad. Los corredores estaban desiertos. Fueron bajando más y más pisos, mirando constantemente sus relojes para comprobar el tiempo que les quedaba. Después de un cuarto de hora, cuando ya estaban empezando a desesperarse, oyeron un ruido delante.

Repentinamente, resonó una voz detrás de Harry y Ron. Draco Malfoy caminaba hacia ellos, y por primera vez en su vida, a Harry le encantó verlo.

—Están aquí. ¿Han pasado todo el tiempo en el Gran Comedor? Los estaba buscando, quería enseñarles algo realmente divertido. —Indicó a Harry y a Ron que lo siguieran, ambos salieron a toda prisa detrás de Malfoy.

Malfoy se detuvo ante un trecho de muro descubierto y lleno de humedad.

—¿Cuál es la nueva contraseña? ¡Ah, ya! «¡Sangre limpia!» —Se abrió una puerta de piedra disimulada en la pared. Malfoy la cruzó y Harry y Ron lo siguieron.

La sala común de Slytherin era una sala larga, semisubterránea, con los muros y el techo de piedra basta. Varias lámparas de color verdoso colgaban del techo mediante cadenas. Enfrente de ellos, junto a la chimenea, se encontraban algunos miembros de la casa Slytherin, acomodados en sillas de estilo muy recargado. Harry visualizó a Lestrange en uno de los sillones, estaba solo y leía un libro. Harry estaba seguro que se trataba de las Artes Oscuras.

—Esperen aquí. —Les indicó un par de sillas vacías al lado de Lestrange. —Voy a traerlo. Mi padre me lo acaba de enviar.

Harry y Ron se sentaron, intentando aparentar que se encontraban en su casa.

—¿Trajeron lo que les pedí? —Se miraron alarmados. Lestrange soltó un bufido. —La tarta de cereza que prometieron traerme.

Harry pasó saliva. —Nos... nos la comimos.

—Par de inútiles. —Lestrange rodó los ojos y devolvió su vista al libro.

Malfoy regresó con un recorte de periódico. Se lo puso a Ron debajo de la nariz. —Te vas a reír con esto.

Ron abrió los ojos, asustado. Leyó deprisa el recorte, rió muy forzadamente y pasó el papel a Harry. Era de El Profeta:

INVESTIGACIÓN EN EL MINISTERIO DE MAGIA

Arthur Weasley, director del Departamento Contra el Uso Indebido de la Magia, ha sido multado hoy con cincuenta galeones por embrujar un automóvil muggle. El señor Lucius Malfoy, miembro del Consejo Escolar del Colegio Hogwarts de Magia, en donde el citado coche embrujado se estrelló a comienzos del presente curso, ha pedido hoy la dimisión del señor Weasley. «Weasley ha manchado la reputación del Ministerio», declaró el señor Malfoy a nuestro enviado. «Es evidente que no es la persona adecuada para redactar nuestras leyes, y su ridícula Ley de defensa de los muggles debería ser retirada inmediatamente.» El señor Weasley no ha querido hacer declaraciones, si bien su esposa amenazó a los periodistas diciéndoles que si no se marchaban, les arrojaría el fantasma de la familia.

—¿Y bien? ¿No les parece divertido? Arthur Weasley tiene tanto cariño a los muggles que debería romper su varita mágica e irse con ellos, por la manera en que se comportan, nadie diría que los Weasley son de sangre limpia.

Harry hizo una mueca. Odiaba a ese tipo.

—¿Qué te pasa, Crabbe?

Ron estaba hecho una furia, pero debía disimularlo o toda la operación se iría por el desahogue. Harry lo miró con los ojos exageradamente abiertos. Ron gruñó en respuesta.

𝚃𝚑𝚛𝚘𝚞𝚐𝚑 𝚢𝚘𝚞𝚛 𝚎𝚢𝚎𝚜 - ʰᵃʳʳʸ ᵖᵒᵗᵗᵉʳ ᵘⁿⁱᵛᵉʳˢᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora