𝚃𝚑𝚛𝚘𝚞𝚐𝚑 𝚢𝚘𝚞𝚛 𝚎𝚢𝚎𝚜 - ʰᵃʳʳʸ ᵖᵒᵗᵗᵉʳ ᵘⁿⁱᵛᵉʳˢᵉ

¡ᶜʰᵃᵖᵗᵉʳ ᵉⁱᵍʰᵗ

Harry Potter se encaminaba a paso apresurado a la sala común de Ravenclaw debajo de la capa de su padre, había hecho un descubrimiento dos noches atrás y, en contra de su moral, había decidido que debía compartirlo con su hermana.

Llegó a la entrada y se detuvo en seco, Hestia le había comentado una vez que la contraseña era resolver un acertijo. Se quitó la capa y esperó la pregunta.

—Ponme de lado y seré todo. Cortame a la mitad y seré nada. ¿Qué soy? —Harry tragó duramente, sin saber qué decir. Estuvo una gran cantidad de segundos tratando de pensar, cuando una voz inundó sus oídos.

—El número 8. —Harry se dio vuelta, con temor. Una chica de cabello rubio y destellantes ojos azules lo miraba con seriedad.

—Tu hermana está dentro Potter, apúrate y no hagas que me arrepienta. —Y, agitando su largo cabello ondulado, la mejor amiga de su hermana se adentró entre las paredes blancas.

Harry asintió, aunque Athenea Berkshire ya no pudiera verlo, se colocó nuevamente su capa y entró. Su labio inferior cayó al ver la sala, era demasiado diferente a la de Gryffindor: llena de libros y ventanas, permitiéndole a la luz de la luna alumbrar sus rincones, a pesar de la hora, varios alumnos seguían despiertos, conversando o leyendo, no importaba. El ambiente era único y perfecto.

Harry ubicó a Athenea subiendo las escaleras y se apresuró a llegar a su lado. Débilmente, le preguntó:

—¿Cuál es su habitación? —La rubia paró en seco, sus labios formaron una sonrisa traviesa.

—No la encontrarás de este lado Potter, sube por las otras escaleras, gira en el tercer pasillo y busca la "S", hay solo una puerta con esa letra, no te será muy difícil.

Harry frunció el ceño, pero decidió hacerle caso.

Se encontró con varios chicos subiendo las mismas escaleras que él, entrando y saliendo por las puertas. Se llevó la sorpresa de que los apellidos estaban ordenados alfabéticamente, y no al azar como en el caso de su casa, facilitando su búsqueda.

Pasaron unos minutos hasta que dio con la única puerta que tenía apellidos que comenzaban con "S": «Russell, Crius; Selwyn, Laurent; Skiadas, Gavriel; Tyler, Fenrys.»

Harry Potter escuchó la fuerte risa de su hermana demasiado cerca de la puerta. Se movió justo a tiempo cuando la puerta se abrió y salió seguida de un chico más alto que ella, de piel ligeramente oscura y cabello más claro que el de él.

—Ya no me dejas dormir contigo. —Harry observó a su hermana cruzarse de brazos. El chico se rió.

—No es mi culpa que seas como una garrapata y te aferres a mí cuando duermes, la mente de esos tarados ya están pensando cosas que no son.

Hestia rodó los ojos. —Te diría que vayas tú a mi cuarto pero no quiero que te rompas una pierna tratando de subir.

Harry apretó fuertemente los labios, deseando interrumpir.

El chico soltó una leve risa y abrazó a Hestia, dejándole un beso en la cabeza. —Descansa.

—Tú igual, Lau. —Lau cerró la puerta y la pelirroja acomodó su cabello. Harry tosió, haciéndola sobresaltar.

—¿Hola..?

—Hestia, —se quitó la capa de su cabeza. Su hermana lo miró, por primera vez en mucho tiempo, rencorosa. —hay algo que debo mostrarte, ven.

Hestia se colocó debajo de la capa y siguió a su hermano, sin hacer preguntas. Harry supuso que se debía a la sorpresa, después de todo él, desde que había comenzado el año escolar, no le había dirigido la palabra a propia voluntad, sólo respondía a medias cuando ella se acercaba.