Denuedo

Ataque

El día había comenzado mal, o la semana, de hecho su vida en general al parecer había empezado mal. El día anterior había salido a comprar algunas cosas y pudo verla, por primera vez desde que se había anunciado el compromiso de Neji lo veía acompañado de su prometida. La mujer observaba a todos en la aldea como si fueran insectos mientras caminaba agarrada del brazo de él, era el único gesto que delataba que estaban juntos pues el Hyūga como siempre se veía serio. En un momento sus miradas se cruzaron, blanco contra chocolate y el blanco simplemente no la determinó y siguió avanzando como si nada a donde sea que se dirigían.

Intentó no sentirse afectada, a fin de cuentas sabía que dicha mujer existía y por más que él le prometiera que haría hasta lo imposible por impedir la boda el tiempo avanzaba y no había ninguna solución. Por lo que tenía que hacerse a la idea que Neji se casaría y punto, pero igual le dolió, sobretodo por su mirada, esperaba que al menos sus ojos le hubieran transmitido algo como una disculpa o algo así cuando se vieron, pero no, tan solo la ignoró.

Así que se había levantado por el lado contrario de la cama esa mañana, se sentía completamente irritable y estaba pensando seriamente en no asistir a la fiesta de Hinata pues esta además le había comentado con tono de disculpa que había invitado a su primo y este había aceptado asistir, así que le vería la cara esa noche en medio de todos y probablemente tendría que fingir que no le afectaba verlo asistiendo a una fiesta cuando nunca lo hacía a menos que ella le rogara mucho y para completar lo más probable es que fuera nuevamente acompañado de su prometida. Se duchó mientras maldecía que se le había olvidado comprar champú y finalmente resignada se puso la ropa interior para esa noche y se fue para la casa de Ino pues sabía que de no presentarse a tiempo la rubia era capaz de ir a su departamento y sacarla a rastras. Sin exagerar.

Después de vestirse y mientras Sakura la peinaba dejó que su cabeza se fuera de nuevo a lo que eran las reuniones con amigos mientras ella y Neji oficialmente eran pareja, a ella siempre la invitaban a todo, desde barbacoas, idas a las termales hasta ir a bailar y por lo general si el tiempo y su bolsillo lo permitían asistía, le encantaba pasar tiempo con sus amigos y reír un rato con estos. Rock Lee siempre invitaba al Hyūga y ella a veces repetía la invitación pero este se negaba y era absurdo insistir, pero cuando empezaron a salir ella igual quería ir a estar con sus amigos mientras que él quería que aprovecharan el tiempo de otra forma. No quería que creyeran que no le gustaba pasar tiempo con ellos y que eventualmente la dejaran de lado porque siempre decía que no, así que le pidió a su novio que la acompañara y este dijo que no, usó todos los recursos que se le ocurrieron para convencerlo obteniendo más negativas, hasta que finalmente decidió que si él no la quería acompañar entonces iría sola. A pesar de todo él era un caballero, y también era posesivo, por lo cual la idea no le gustó, siendo ahora él quien le decía que no fuera, pero al notar que no cambiaba de parecer solo exhaló pesadamente y la tomó de la mano antes de encaminarse al restaurante en donde se verían con los demás. Todos se veían sorprendidos al principio, pero pasado un rato se acostumbraron a su presencia y se volvió una constante que si ella iba a la reunión, él estaba a su lado.

Neji no tomaba, no bailaba y escasamente hablaba, pero igual la acompañaba incluso cuando el plan era ir a bailar con sus amigas, ningún hombre con un poco de cordura se le acercaba a invitarla a la pista pues él los ahuyentaba a todos, así que salía a la pista con Ino y con Sakura, era eso o directamente no bailar nada.

Cuando la relación terminó oficialmente a ella la siguieron invitando a todo, un par de veces los rechazó por no estar de ánimo o porque ya había retomado el verse con el Hyūga a escondidas y él la convencía de no salir y quedarse juntos pues a él directamente no lo invitaban, ni siquiera Rock Lee. Hinata era la única que lo hacía a su cumpleaños pues seguía siendo su primo, el año anterior él había rechazado asistir, pero ese sí había aceptado. Y ahora ahí estaba ella, enfurruñada por ese motivo y probablemente explosiva por ser el día del mes que sus hormonas se rebelaban a todo. Gruño en su mente cuando la ojijade tiró de su cabello, aunque finalmente le dijo que ya estaba. El vestido era lo suficientemente llamativo para necesitar algo elaborado en su cabello o cara, así que le había hecho una coleta alta y su maquillaje era casi natural.