Roce

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No quería ver a nadie ni mucho menos estar en su departamento sola mientras esperaba que el maldito Hyūga no se apareciera en este. Si bien tuvo que hacer una ligera investigación, había conseguido por su cuenta cambiar el jutsu de protección que tiempo atrás él le ayudó a poner, pero no se confiaba solamente en este. Estuvo vagando sin rumbo por algunas calles, las tiendas empezaban a prepararse para el eventual arribo de muchos posibles turistas por los exámenes y en general el bullicio pululaba por doquier. Le servía estar en lugares públicos, por más que Neji hubiera dicho que el Clan ya no lo vigilaría tanto como antes, igual no es como si pudiera buscarla en medio de todos. Pensó incluso en ir a la floristería y solo sentarse en una esquina mientras Ino hablaba de las flores de la temporada, pero sabía que a la rubia no le pasaría desapercibido su estado y que al igual que a ella no le gustaría que estuviera en el mismo grupo que el hombre.

¿Podría pedir el cambio de escuadrón? No creía que fuera posible pues hasta donde tenía entendido los habían dividido a todos de acuerdo a sus habilidades. No había forma en que fuera aceptada en el equipo médico, el aburrido juego de shōgi le había recordado que la estrategia no era su fuerte por lo tanto era otra área descartada, tal vez en el de vigilancia de la aldea pues cualquier enfrentamiento previo al inicio de los exámenes estaba prohibido y era motivo de descalificación, pero hasta donde sabía era una tarea que le sería designada a los ANBU y si era así, significaba entonces que se toparía a Osamu. Aunque la verdad es que quería ver al imbécil para reclamarle que fuera por ahí hablando de ella, sobretodo tras enojarse en el bar la noche que salió con sus amigas porque volvió a rechazarlo, al menos estas habían coincidido en que querían que saliera con quien fuera pero ese hombre particularmente no se veía como un buen prospecto.

Llegó a su vivienda entrada la noche tras haber cenado por fuera y se dio una ducha tratando de lavar su frustración del día, le costó conciliar el sueño y cuando la mañana llegó se quedó un rato viendo el techo antes de decidirse a levantarse. No pensaba ser de nuevo la primera en llegar al salón e incluso estaba pensando en no asistir, pero su compromiso con su trabajo era más fuerte. No se iba a arriesgar a lanzar por la borda todo lo que había avanzado en su carrera como kunoichi solo porque su exnovio era un idiota que al parecer no entendía lo que era un no por respuesta.

Su plan tuvo el resultado que esperaba, cuando llegó a la academia y a su reunión correspondiente ya se encontraban un par de sus compañeros sentados, así que se fue de nuevo a las sillas del fondo, prestando atención a lo que era expuesto y cuando fue el momento pasó al frente para explicar específicamente lo que le correspondía. Tan pronto se dio por terminada la reunión desapareció del lugar y así evitar tener que quedarse de nuevo a solas con el Hyūga. Era solo un día más antes que tuvieran que ir directamente al bosque a recorrerlo, la ventaja es que el equipo médico también estaría presente y al estar distribuidos esperaba le fuera fácil buscar a alguien en caso de requerirlo.

Yoshino y Shikaku estuvieron felices de volver a verla en la casa, aprovechando el mayor para preguntarle todo lo que podía sobre el tratado militar. En todos los años que llevaba siendo un shinobi activo jamás había llegado a imaginar que algo de tal magnitud ocurriera en todo el continente y mucho menos que lo vivirían desde tan cerca. Los recuerdos que ella les llevó los pusieron en una repisa que tenían en la sala y finalmente luego de solo un par de cervezas se fue a la cama. Estaba agotada pues había llegado esa misma mañana, por lo que no le tomó muchos refunfuños lograr acomodarse en la cama ajena y en el momento que Shikamaru entró a la habitación para acomodarse a su lado ella ya estaba más dormida que despierta, así que solo se acostó a su lado sin más.

En la academia había contenido sus ganas de querer saber cómo le estaría yendo a Tenten, en ese momento la prioridad era tener lo relacionado a los exámenes listo pues en un par de días las diferentes comitivas y participantes empezarían a llegar, por lo que para ese momento ya deberían tener todo listo. Enfocó su atención en las pruebas, recordando porqué le gustaba la compañía del Nara, siempre encontraba de cierta forma estimulante los debates que tenían y el planear diferentes estrategias juntos cuando la situación lo requería. Antes que la jornada terminara se excusó con necesitar ir al baño y se dio una pasada por el piso inferior, viendo que la primera en salir era la castaña, mientras en el salón todavía se sentían muchas otras presencias.

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