Denuedo

Nadeshiko

De reojo pudo notar que Temari estaba de mal humor y decidió irse a su propio mundo, el estado de ánimo cambiante de la rubia no era una novedad por lo que prefería esperar que se le pasara o que empezara a maldecir en voz alta como hacía a veces, lo que ocurriera primero. Tenía en sus pendientes agradecerle por lo que había hecho por ella en la travesía del barco, especialmente la última noche durante la tormenta, pero era claro que eso tendría que esperar o lo único que conseguiría era que le contestara de mala forma y le echara en cara que era una debilucha o algo por el estilo.

Chiasa las guio por la aldea hasta una zona que parecía ser residencial, con muchos árboles rodeando todo, lo que hacía olvidar por un momento que estaban en una isla. Se detuvieron frente a una puerta de una casa pequeña e ingresaron. Evaluó todo con la mirada, parecía ser una casa tradicional antigua aunque la cocina había sido remodelada al igual que los muebles, lo que le daba un ligero toque moderno.

- Pueden usar con tranquilidad todo lo que hay aquí, ha sido equipada para ustedes — encima del comedor se podía ver una taza con varias frutas tropicales — si necesitan algo más, no duden en avisarnos

- Muchas gracias Chiasa-san

- Mañana a las ocho pasaré por ustedes — ella asintió, y cerró la puerta cuando fueron dejadas a solas.

Temari se había ido a lo que suponía era una de las habitaciones, así que ella fue a la otra para dejar allí sus cosas. No le habían dado un tiempo exacto para esa misión, aunque el estimado de Shizune es que estaría al menos dos semanas en esa aldea mientras la rubia hacía su trabajo y ella el suyo, igual el tiempo en el que ella tendría que hacer lo suyo estaba supeditado al de la otra mujer, en cuanto esta dijera que había terminado regresarían juntas. Lo importante de eso es que era el tiempo suficiente para que valiera la pena desempacar varias cosas, tenía un baño dentro de la habitación así que invocó todos sus productos de aseo y los ubicó en su lugar, lo mismo con algunas de sus prendas, aunque después de una semana de viaje tenía que lavar varias cosas y ya que tenía la tarde libre debía aprovechar.

Una vez tuvo todo debidamente lavado y seco lo dejó en el armario y se fue a la cocina, le estaba empezando a dar hambre y ya que habían ingredientes en la cocina iba a preparar algo. Uno a uno fue abriendo los cajones de la alacena y curioseando lo que había allí, podía ver algunas especias que no conocía y que no estaba del todo segura de cómo usar. No es que fuera la mejor cocinera del continente, pero tantos años valiéndose por sí misma le habían enseñado a defenderse en ese ámbito. No quería algo muy pesado, por lo que puso a hacer a arroz mientras cocinaba un poco de kombu para usar como base en una sopa de miso. Mientras este se preparaba se dedicó a picar algunos hongos, el tofu y vio una hermosa calabaza que decidió agregar, recordaba que su madre solía hacer a veces la sopa con esta pero dado que a Neji no le gustaba la calabaza ella casi nunca la preparaba. Agregó los ingredientes a la olla cuando fue el momento y al estar finalmente todo listo dudó si llamar o no a Temari para que cenaran juntas, la rubia no había dado ninguna señal de vida desde que se había encerrado.

- Preparé la cena — dijo tras dar dos golpes en la puerta y no escuchar nada tras esta, justo como en ese momento — en la estufa quedará por si quieres comer — se encogió de hombros, había cumplido con ser educada y avisarle por lo que se sentó sola en el comedor y comió. Lavó lo que había usado y se fue a su propia habitación, tomando el libro que había estado leyendo en el barco hasta antes de la tormenta. Era el segundo de las opciones que le había ofrecido Temari, pasado un rato escuchó que una puerta era abierta y ruidos en la cocina, entre esos el de las ollas por lo que sonrió y siguió en lo suyo. El tiempo fue avanzando y estaba concentrada en las letras frente a ella cuando la puerta de su propia habitación fue abierta sin preguntar