Aproximación

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El barco era pequeño, tenía tan solo seis recámaras para viajeros sin contar el espacio de la tripulación, así que en total eran veinte turistas incluyéndolas a ellas y no había contado todavía cuantos trabajadores, pero creía que alrededor de diez. La primera mañana había visto a Tenten a lo lejos caminar incómoda por la cubierta y desaparecer por ratos, ella por su parte estaba intentando encontrar algo en que ocuparse o iba a enloquecer por solo ver agua hacia cualquier lugar que dirigiera sus ojos, y ni hablar del bamboleo constante que la había hecho sentir mareada esa mañana mientras trataba de tomar una ducha.

Al almuerzo la castaña se sentó a su lado pero comió poco, o eso le parecía de lo que recordaba de las veces que habían compartido comidas, no es como si le importara o siquiera interesara. Chasqueó la lengua a mitad de tarde cuando un hombre se le acercó a contarle que iba junto a su familia para la isla de Jiro, en donde el barco pararía primero antes de llegar a Nadeshiko, no se tomó la molestia de fingir que le prestaba atención a lo que estaba escuchando, pero el problema es que realmente no tenía mayor cosa que hacer.

En la cena de nuevo vio a Tenten escasamente mordisquear lo que le habían servido y luego irse a la cubierta, esquivando a cualquier persona que tratara de acercársele. Quería leer un rato en la habitación pero entonces notó que los libros que había llevado para entretenerse los había guardado también en el pergamino y no estaba segura de cuales eran los sellos para sacarlos, por lo que solo se dedicó a ver una diminuta planta casi marchita que estaba en una de las esquinas. La castaña entró un rato después, metiéndose a la cama y buscando sus labios de una vez. Así como se había rendido al sinsentido en la posada la anterior vez, lo iba a hacer en ese barco, a fin de cuentas no había nada más para hacer y tenía que admitir que dormía mucho mejor.

Al día siguiente después de la cena y notar que nuevamente su acompañante seguía esquiva y comía poco durante todas las comidas decidió buscarla, encontrándola en la popa del barco sosteniéndose del borde y observando a todos lados pero sin enfocarse en nada en sí.

- Pareces un condenado gato encerrado — no tuvo respuesta — ¿qué mierda pasa contigo?

- Nada — no era su intención tomarla de la mano, ni nada parecido, pero le señaló la madera de la que se sostenía y en la que estaba dejando marcas de uñas, como acto reflejo retiró la mano pero no dijo nada más

- No te gusta viajar en barco — le pareció ver algo parecido a un asentimiento — a mí tampoco, odio que nunca deja de moverse y por encima de todo que es una maldita prisión flotante, casi un ataúd con... — se quedó callada de golpe por la mirada que recibió ante esa palabra que eligió para describirlo

- ¿Cuál es la historia? — era muy notorio su aburrimiento porque no tenía absolutamente nada más para hacer, de lo contrario no estaría preguntando estupideces

- Mis padres... — guardó silencio y cerró los ojos — regresábamos de un viaje a la isla de Nagi, fueron a hacer unos negocios y me llevaron porque yo no conocía nada fuera de Konoha. Solo son dos días de camino pero... — abrió los ojos, se veían húmedos — el barco naufragó... yo... ni siquiera sé cómo o porqué sobreviví

- ¿Cuántos años tenías? — acababa de notar que nunca le había preguntado a Tenten por sus padres o la había escuchado hablar sobre ellos, bajo ninguna circunstancia, tampoco es como si le hubiera importado antes, lo único que sabía es que había crecido bajo la tutela de la aldea

- Siete — parecía tratar de inhalar profundo — no le tengo miedo al agua... pero los barcos...

- ¿No habías vuelto a subir a alguno?

- Sí, un par de veces con mi equipo... mi sensei, Lee... hasta Neji hacían lo posible por distraerme... es la primera vez que tengo que viajar sola y...

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