Propósito

154 21 1
                                    

Respiró profundo intentando recuperarse un poco por la carrera que acababa de tener y antes de poder pensar en algo más tuvo que tirarse al suelo para cubrirse de la nueva ráfaga de viento que destruyó la mitad del árbol tras el que se ocultaba. Rodó por el pasto en busca de un nuevo escondrijo mientras pensaba que estaba muy cerca de conseguirlo, solo unos pasos más y su plan funcionaría, o eso esperaba.

Otra ventisca provocada por el abanico de Temari surcó el aire y su cabello revoloteó, hasta ese momento notaba que el peinado que ahora usaba se soltaba más fácil en esas condiciones, sus anteriores chonguitos jamás se habían desarmado sin importar nada. Todavía agachada avanzó hacia la que era su meta e hizo los sellos para activar la trampa, desconcertada al ver que nada había pasado, repitió los sellos y de nuevo pasó lo mismo, o sea nada. Evaluó todo a su alrededor en busca de un nuevo plan, estaba a punto de correr a esconderse detrás de otro árbol para tratar con su puntería aunque probablemente fuera inútil y al ir a dar el primer paso sintió que era detenida por un tirón en su cinturilla.

- Sigues siendo una debilucha — en lugar de fruncir el ceño se giró y sonrió ante la rubia que hizo a un lado el abanico para besarse — no estuvo mal, pero sigues siendo predecible

- ¿Te parece? — contestó mordiéndole el mentón y moviendo su mano para hacer notar que tenía una kunai en esta y que podría cortarle la vena del interior de su pierna con facilidad — creo que gané

- El encuentro terminó, esto es trampa

- Nunca dije que me rendía... y conseguí que soltaras el abanico — la rubia frunció el ceño y ella se empezó a reír, soltando la kunai que se desvaneció en el aire para regresar al pergamino — ese era mi objetivo ¿no?

- Lo declararé un empate

- Perdiste, admítelo

- ¿Ante una debilucha como tú? Jamás — nuevamente volvió a reír — vamos, creo que por hoy es suficiente

- Yo puedo seguir — mintió para provocarla

- Tu apariencia dice otra cosa — le dio la espalda y tras recoger el abanico empezó a alejarse de regreso a la pequeña villa en la que se estaban quedando — apresúrate, todavía nos falta la última parte

De su pulsera invocó una cinta para hacerse una coleta temporal en su cabello pues se sentía enredado y no sería hasta que estuvieran en la posada que podría peinarse. Empezando a seguir a Temari que la tomó de la mano en cuanto estuvo a su lado, estaban prácticamente en medio de la nada así que podían permitirse esas muestras de afecto. El anciano que atendía el lugar solo las vio pasar sin decir nada, solo por si acaso habían tomado una habitación con dos camas matrimoniales, pero obviamente estaban durmiendo solo en una.

En el momento que cruzaron la puerta corrió y se lanzó a la cama, estaba agotada y quería una siesta, aunque también necesitaba una ducha. Pero el agua le quitaría cualquier rastro de sueño, aunque también podía bañarse con agua caliente y de paso ayudar a su magullado cuerpo a sentirse mejor. Era una decisión difícil que al final se resolvió cuando la rubia le preguntó si se metería a bañar con ella, ahí la razón por la que no estaba tomando siestas y ese viaje la estaba demoliendo, pero definitivamente esperaba que lo valiera. Diría su sensei, estaba exprimiendo al máximo su llama de la juventud y seguro se sentiría orgulloso de su mejoría.

¿Qué estaba pasando? En su último viaje a Suna, Temari por fin le había contado lo que pasaba, todo lo de la nueva fuerza y la verdad es que la idea le había parecido fascinante, servir a todas las naciones, no tener a Konoha como sede, continuar viajando por el continente y ser reconocida como una shinobi de un nuevo tipo de élite. El pero era primero que se consideraba hacer equipos y ella se había acostumbrado a las misiones individuales y segundo obviamente era el tener que aprender a crear estrategias para que no fuera un aspecto por el que pudieran reprobar el examen escrito, de ahí la insistencia de la rubia con los libros y de paso le creo una nueva rutina de entrenamiento para los días que tuviera libres. Se sabía que no solo el examen iba a ser devastador, planeaban un entrenamiento aniquilador y si quería pasarlo debía incrementar su resistencia, si es que era posible.

DenuedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora