Causalidad

245 21 6
                                    

Avanzó por la posada detrás de Temari hasta la puerta con el número quince allí escrito, el mismo que estaba en la llave. Las dos ingresaron y un silencio total invadió la habitación, por lo que ella simplemente optó por actuar de forma normal y prepararse para poder descansar. Descargó su maleta y de esta extrajo un pergamino, invocó sus implementos de aseo y se metió de una vez al baño para poder darse una muy necesaria y merecida ducha.

Salió del compartimiento con una toalla pequeña envolviendo su cabello a modo de turbante y otra alrededor de su cuerpo, ensimismada y con un único objetivo en mente que era poder dormir al menos seis horas seguidas teniendo en cuenta que ahora no eran necesarios los turnos de guardia, los cuales durante todo el viaje le habían partido la noche pues le había tocado el tercero. Regresó al baño para ponerse su pijama, desenredó su cabello y lo trenzó para que no se le esponjara en la noche por acostarse con este húmedo.

- ¿Qué crees que estás haciendo? — la voz de la rubia la sacó de su cabeza, deteniéndola cuando empezó a dirigirse hacia la cama — dormirás en el suelo

- No — contestó de forma automática

- ¿Todos los shinobis de Konoha siempre son así de insubordinados? — ella solo respiró profundo — la condición de la habitación con cama matrimonial es que alguien dormiría en el suelo

- Eso dijiste tú, yo no estoy dispuesta a hacer tal cosa — una mirada enojada fue su respuesta — si prefieres el suelo es tu decisión, no la mía — continuó su camino

- ¡No vamos a compartir la cama! ¡Y no pienso dormir en el suelo!

- Yo tampoco — su cuerpo pedía un descanso apropiado, si todavía estuvieran en medio de la nada no tendría problema en acomodar su bolsa de dormir en el pasto o incluso se podía valer de una rama grande en un árbol, pero la visión de una cama disponible a solo unos metros de ella hacía que esa opción no le pareciera viable — Temari, no me he quejado de absolutamente nada hasta el momento, pero voy a dormir en la cama

- Es tu trabajo

- Así es, y creo recordar que dentro del cumplimiento de mi trabajo también está algo sobre el descanso apropiado de los shinobis ¿no? — no le contestó — mira, "princesa" que no piensa en nadie más que sí misma — simplemente estaba agotada y su paciencia se había terminado, el rostro de la rubia se puso rojo — a ti se te dio el primer turno de guardia para que pudieras dormir tranquila todo el resto de noche mientras que a mí me dieron el peor. Así que voy a acostarme en esa cama aunque digas que te quejarás ante mis superiores 

El silencio nuevamente apareció, terminó de dar los pasos que la separaban de la cama y sin esperar nada más se metió bajo la cobija, y cerró los ojos dando la espalda a donde se encontraba la mujer que parecía estar a punto de hiperventilar. Los minutos fueron pasando lentamente hasta que escuchó algunos pasos y que la puerta del baño era abierta y cerrada con fuerza para posteriormente ser el grifo del agua el que sonaba.

Refunfuñando mentalmente contra la condenada kunoichi impertinente e insubordinada finalmente había alistado sus cosas y se había metido a la ducha. Admitiría solo para sí misma que la castaña tenía la razón parcialmente, cuando tenía misiones era bastante usual que ciertas preferencias fueran mostradas hacia ella y por eso obviara que no era igual para todos. Por ejemplo lo de los turnos de guardia, el primer turno siempre era el más sencillo pues abarcaba casi desde que se sentaban a cenar hasta pasadas las diez de la noche, el siguiente solía ser peleado entre los demás pues era desde ese momento hasta antes de la una, nadie quería nunca el tercer turno pues no permitía dormir bien ni antes ni después y a la persona del cuarto turno solo le tocaba levantarse más temprano.

DenuedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora