El día de la reunión llegó, los nervios se apoderaban poco a poco de mí. Podía ver a Evolet quien portaba un vestido rosa con detalles en blanco, un cabello perfectamente recogido y un maquillaje tan natural que pasaba desapercibido para cualquiera que vaya desprevenido. Ella se había encargado de repartir las invitaciones, incluso luego de hacerlo muchas chicas se nos acercaban pidiendo asistir, la influencia de la primera princesa es muy notoria, sumado a su perfecta reputación. Pude notar que pese a los rumores que tiene sobre mí bastantes chicas se me acercaron a preguntarme si había lugares o si podían ayudar con algo. El contar con ese apoyo me hacía sentir como si comenzara a formar parte de este mundo.
Esther entró a la habitación, con una cálida sonrisa, hoy parecía especialmente de buen humor.
– Hoy se encuentran preciosas. – Nos informa mientras se acerca a acomodar la falda de mi vestido, lo habíamos elegido juntas, es uno bastante elaborado, el color de la tela es blanco pero tiene encaje en color verde que simulan ser hojas y ramas. – Recuerden mantener sus modales, me encargue de hablar con los repartidores de los pétalos y el conde Alek ya se encuentra allí.
Alek, Evolet y yo estuvimos eligiendo distintas melodías clásicas para el evento, me sorprendió lo bien que se llevaron los dos, dada su personalidad tan tímida, pero lograron congeniar al hablar de música y literatura, me sentí en una reunión con dos amigos que conozco de mi infancia por lo cómoda y feliz que me sentí. Todo estaba listo, solo nos quedaba esperar a la hora acordada.
Todo se encontraba en orden, el delicado sonido del piano iba acompañado de risas cuidadosas de las jovencitas que se encontraban allí, las habíamos acomodado en mesas con personas que son afines a ellas. La expresión de la profesora es neutral, por lo que tratar de saber qué es lo que pasa por su cabeza es un desafío el cual no merece la pena tratar de enfrentar. A lo lejos pude ver al conde Alek, era el centro de atención, todas las damas se emocionaron con su presencia, era de esperarse porque es muy difícil convencerlo de asistir a eventos de cualquier índole.
– Alek se ve tan tranquilo, lo está haciendo muy bien. – Exclame con entusiasmo.
– No está tranquilo. – Expreso la rubia. – Solo puede disimularlo, como yo lo estoy haciendo en estos momentos.
– ¿Te encuentras nerviosa? Pero si todo está saliendo a la perfección. – Trate de calmarla.
– Por si no lo has notado, ya será hora del baile de damas y no veo rastros de que estén por tirar los pétalos. – Comenta manteniendo una voz neutral, ¿siempre oculta sus emociones de ese modo?
Sujete su mano por unos momentos, ella giró su mirada hacía mí, en sus ojos vi su angustia. Mientras más conocía a los demás, más podía verme reflejada en ellos, entendiendo que todos somos mucho más que las expresiones que exteriorizamos.
– Iré a ver. – Le avise en voz baja.
– No. – Objeto. – Las anfitrionas jamás deben abandonar el salón, se debe suponer que toda esta en orden, solo siéntate y espera.
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¡No soy la Princesa Villana! [Finalizada]
FantasiaClover con tan solo dieciséis años cree que su vida está estancada, siempre se forzó a ser algo que no es y nunca podrá ser, una chica perfecta. Durante años construyo una máscara donde nunca decía que no, siempre sonreía y se mostraba dispuesta a a...