Unos golpes en mi ventana captaron mi atención, de no haber estado despierta seguramente no me hubiera percatado de estos. Esther se encontraba en la otra habitación, de haber estado en el cuarto que comparto con Evolet podría tan solo despertarle y preguntarle si es buena idea ir a ver no. Lo dude por unos momentos, pero mi curiosidad acabo por ganarme. Me levante de la cama y acomode mi pijama que consiste en un largo camisón blanco, prendí una de las velas de mi velador y camine hacía la ventana. Poco a poco fui corriendo la cortina, dejándome ver a August, quien en sus manos trae una margarita. Me apure a abrir la ventana, el tan solo guardo silencio por unos momentos y por mi parte tan solo podía esperar a que me diga algo, ¿Cómo debo tratarlo? ¿Me detesta?
– Fui a buscarte a la celda, pero me avisaron que ya te dejaron salir. – Me explica mientras se apoya en la ventana, hay poca luz pero puedo verlo gracias a la vela. – ¿Por qué me pediste una margarita?
La sujete con cuidado, posándola en mis manos. Seguido de esto alce mi vista a sus ojos verdes, los cuales estaban expectantes a mis acciones.
– Una vez alguien me dijo que podía obtener respuestas con las margaritas. – Comencé a explicarle, mientras arranque uno de sus pétalos. – Si me recuerdas...
El siguió mi juego, cortando el siguiente pétalo, sosteniendo con la otra mano el tallo de la flor, y con este mi mano. Su tacto logro ponerme nerviosa.
– No te recuerdo. – Respondió.
– Sí, me recuerdas. – proseguí cortando el próximo pétalo.
– No, no te recuerdo. – Responde mientras arranco otro, con una leve sonrisa en su rostro.
– Si, si me recuerdas. – Insistí cortando otro.
– No. – Prosiguió.
Ambos continuamos así hasta que tan solo queda un pétalo y lo corte. – Sí, si me recuerdas.
Sus ojos se giraron a verme, parecía desorientado, pero bajo su vista a ver mi pulsera, la pulsera que él me regalo. La toco con cuidado, verificando que esta sea real. Y lo es, todo esto es real y su cercanía tan solo me lo confirma.
– ¿Por qué estás aquí? – Interroga. – Tu cuarto es con Evolet y, ¿Qué está sucediendo?
Tan solo me tire a sus brazos y lo abrace, creí que lo había perdido, que jamás me recordaría. Pero ahora lo sé, tan solo tengo que mostrarles cosas que les recuerden quien soy, los secretos que he compartido.
– ¿Te encuentras bien? – Interroga sin rechazar mi abrazo, tan solo acariciando un poco mi cabello.
– Ahora lo estoy.
Luego de esto nos quedamos conversando un poco más, no le explique sobre el juego, tan solo le dije que no terminaba de entender lo que sucedía, lo cual no era del todo mentira.
El no dormir por la noche no me está jugando una buena pasada, estoy fallando por completo en mis clases y no puedo encontrar un momento para poder hablar con Evolet. Lo cual me termina por desesperar un poco. Ella me está evitando y la entiendo, en la historia original Audrey no ha hecho más que aterrorizarla. Puede que lo mejor sea esperar el momento, pese a estar en una carrera contra el reloj a veces es mejor no forzar nada.
Tan solo me limite a volver a mi residencia, pronto buscaría la mejor manera para arreglar todo esto. Mi recorrido fue interrumpido por el primer príncipe, podía ver que mi presencia no le agradaba, pero también estaba segura que antes de buscarme hizo un repaso de todo lo que me diría, como lo haría y con qué entonación, el lugar donde nos veríamos y posiblemente incluso pensó en que le respondería.
– Desconozco los planes que tienes con mi madre. – Expresa con cautela, mirándome desde arriba. – Pero te advierto que debes tener cuidado o podrías lamentarlo.
No me encontraba de ánimos para responderle y pese a ser algo grosero tan solo me marche, dejándole con la palabra en la boca y guardando su monologo que tan solo busca hacerme sentir amenazada. Y en cierto modo, lo está logrando. Pero ahora mismo necesitaba ir a descansar para poner ver el recital de Alek mañana.
ESTÁS LEYENDO
¡No soy la Princesa Villana! [Finalizada]
FantasiClover con tan solo dieciséis años cree que su vida está estancada, siempre se forzó a ser algo que no es y nunca podrá ser, una chica perfecta. Durante años construyo una máscara donde nunca decía que no, siempre sonreía y se mostraba dispuesta a a...