Llegar a tu corazón

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Lo más lindo del atardecer es la luz que desprende, en ese instante donde todo lo tiñe en tonos dorados. Mire a mi alrededor, perdí de vista a Evolet y Merredit hace unos momentos. No me encuentro preocupada, sigo dentro de los parámetros del castillo el cual es por completo seguro.

– Parece que solo somos tú y yo querida Molly. – Le hable al caballo con el cual me lleve bien de manera instantánea. Es de color blanco con algunas manchas en marrón.

Continúe cabalgando hasta que frene cerca de la altura de una montaña, podía ver el cielo, pronto va a oscurecer por lo que debo volver pronto sino quiero preocupar a nadie. Escuche las pisadas de un caballo y me gire a ver, allí estaba Merredit sobre su caballo negro.

– Te estábamos buscando. – Comenta con calma. – Me alegra ver que estas bien.

– Gracias, me deje llevar y me fui un poco más lejos. – Le explique.

Juntos comenzamos a avanzar hacia el castillo, me daba más seguridad estar junto a alguien que conoce mucho mejor el lugar. El silencio no se siente incómodo, pensé en sacar algún tema de conversación pero recordé que a mi acompañante le gusta tener las cosas planeadas y por el momento no quería incomodarlo, pero para mi sorpresa él fue quien hablo.

– ¿Golpeaste a Bell? – Interroga con la voz firme.

– Sí. – Respondí sin sentirme intimidada.

En otro momento estaría temblando, más si se trata de conversar con una figura como la del primer príncipe, pero si logre discutir con mi padre puedo hacerlo con él.

– Harvey me ha comentado lo que sucedió, supongo que es verdad, no has cambiado. – Procede a hablar sin bajar la guardia.

– Si cambie, solo fue un desliz. Suelo ser paciente pero Bell logró decir algo que me sacó de mis casillas, es un asunto personal espero que entiendas sino te digo textualmente sus palabras. – Solté un pequeño suspiro. – No tienes por qué creerme si no quieres, pero hay mucho que no puedo decirte.

– Es egoísta. – Se queja.

– ¿A qué se refiere? – Interrogue desconcertada.

– Todo el mundo parece abrirse con usted, pero tú no tienes ninguna intensión en mostrar tus verdaderas dudas y temores. – Sus ojos se encontraron con los míos y aunque no lo dije sentí que me advertía que descubriría mi secreto. – Quiero saber qué clase de magia tienes, como es que puedes llegar al corazón de los demás.

– No es ninguna magia, no es algo intencional ni de lo que haya sido consiente antes de que lo mencionaras. Pero, ¿Cómo sabe esto? ¿A caso he llegado a tu corazón? –.

– No, pero eres la única persona que quiero que lo haga. – Tras decir esto pude notar que sus mejillas se tornaron de color rojo. – Lo sé por mi hermana, ella te adora y confía ciegamente en ti aun cuando es muy reservada, lo mismo sucede con Harvey, con August, con tu doncella. Toda persona que te rodea parece sentirse cómoda y a gusto contigo.

Nuestra charla se vio interrumpida con la llegada de Evolet, quien se acercó a nosotros. Merredit se alejó, pero mi corazón palpito con fuerza por unos momentos, ¿quiere que sea quien llegue a su corazón? 

Mi amiga se acercó con una leve sonrisa, con su cabello y ojos soñadores, estoy agradecida de tenerla en mi vida. Quisiera decirle a Esther y a Evolet que esto es un juego, pero si saber que estoy atrapada en uno me genera cierta ansiedad no quiero imaginar cómo sería saber que no eres más que un personaje en una historia para chicas.

– No pude escuchar evitar parte de su conversación. – Comenta con una leve sonrisa. – Tiene razón, admiró como puedes llegar a los demás, te envidio un poco, hasta mi madre parece confiar en ti, desearía tener esa habilidad.

– Evolet eres una chica increíble, si dejaras que más personas te conozcan lo sabrían, eres divertida, puedo hablar contigo de cualquier cosa y siempre me siento cómoda si estás conmigo, me das mucho valor. – La trate de animar.

Sabía bien como se sentía, con Mina me pasaba exactamente lo mismo, mi mejor amiga brillaba y yo tan solo la admiraba en la distancia, no quiero que Evolet se sienta de ese modo conmigo.

– Es que no puedo adorarte más. – Me dedica una gran sonrisa. – Mamá está feliz de que estés aquí, no suele ser muy expresiva pero cuando tu estas ella es menos estricta.

Luego de seguir hablando llegamos al castillo donde tuvimos una cena agradable junto a toda la familia, me alegro saber que estaban hablando mucho más que de costumbre. 

¡Muchas gracias por todo el apoyo! Los adoro

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¡No soy la Princesa Villana! [Finalizada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora