¿El enemigo...?

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Perdí la cuenta del tiempo que llevo aquí, sé que tenía otra vida, tengo algunos recuerdos de Mina, algo me dice que debería extrañarla. También tengo un vago recuerdo del chico que me gustaba, de un vecino con el que solía volver después de clases. No puedo recordar el rostro de mis padres, debería llorar de desesperación pero en realidad comienzo a ver mi vida como si fuera algo externo. ¿Qué paso con mi cuerpo? ¿A caso estoy muerta en esa realidad? Conozco mi personalidad de antes, pero no la vida que llevaba. Lo único que recuerdo es todo lo que quiero cambiar.

Un sonido en seco me retiró de mis pensamientos, al girar a ver de quien se trataba me encontré con Harvey quien mantenía una imagen más sería.

– ¿Buscabas algo? – Interrogue sin mucha emoción.

Para mi sorpresa el chico levanto mi mentón con una de sus manos, acercándose bastante a mí. Sus ojos brillaban al tener las pupilas dilatadas. Mire para un costado.

– ¿Quién eres tú? – Interroga de mal modo. – Ni siquiera te estas defendiendo, Audrey.

Me aparte de manera rápida. – No me veía amenazada. – Mentí.

– No, no puede ser así. – Se quejó. – ¡Tienes que intentar ganarme, tienes que gritarme y decir que soy un inútil!

– Harvey cálmate. – Le respondí viendo que captamos la atención de más personas.

– ¿Recuerdas lo que me dijiste el día que nos conocimos? – Pregunta.

Harvey y Audrey se conocieron en el doceavo cumpleaños del chico, fue la primera fiesta a la que la chica asistía, él por accidente volcó una bebida en mi vestido, le grite, mucho. Harvey se enojó mucho más, pero al finalizar Audrey dijo que lo consideraría su enemigo de por vida.

– Éramos solo unos niños... – Declare un tanto exasperada por la discusión.

– Éramos solo niños, a ninguno le importaba la corona que tenía el otro. – Y dicho esto se marchó.

Sentí un fuerte impulso por seguirlo, preguntarle que quería decirme, pero elegí seguir mi camino. En definitiva no le agradaba al pelinegro, no tenía caso insistir. En cuanto llegue a mi habitación me encontré con Esther quien me estaba esperando con una taza de té, ya no tengo que insistirle para que se siente conmigo. Ella al notar mi cara pálida no dudo en preguntarme que me sucedía.

– Solo es que no entiendo al príncipe Harvey. – Respondí.

– Pensé que le odiabas. – Comenta mi doncella. – No creo que haya mucho que comprender, es el segundo príncipe, se dice que su linaje es el más puro y su reino pese a ser pequeño es bastante prospero. La mayoría de las chicas lo tienen en la mira.

– Creía que la mayoría iba por Merredit, es decir, es el primer príncipe, de un reino rico y en buen estado económico, el más poderoso de los reinos y con más alianzas con los demás.

– Ya veo que examinas bien tus objetivos, ¿es a quien quieres conquistar? – Interroga.

– Solo me refería a que si es por posiciones la mayoría de las damas apuntarían a él. – Explique.

– No todas las damas son ambiciosas como usted. – Comenta con una leve risa. – Merredit es inaccesible para la mayoría, solo las mejor posicionadas se atreven a intentar algo con él, las demás van por Harvey.

Ignore la sugerencia de Esther a que voy por Merredit, algo en mí tenía ganas de recordarle su posición de doncella, pero me contuve. No soy Audrey, soy... ¿Cuál era mi nombre?

¿Me estoy comenzó a olvidar? ¿Y si me convierto en Audrey...? 

¡No soy la Princesa Villana! [Finalizada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora