La reunión de damas fue una experiencia increíble, pero nada se comparaba a las tardes de té con Evolet y Esther, que por fortuna quedaron como una tradición luego de tardes y tardes para planear. Un pequeño silencio está presente, pero no es incómodo, es esa intimidad que solo se puede tener con pocas personas, donde ninguna tiene la necesidad de hablar, solo disfrutamos de nuestra compañía.
–Princesa, me han invitado a participar como una de las damas del primer príncipe en la elección de sus atuendos y preparación del día de la batalla. – Me comenta bastante entusiasmada. La rubia y yo intercambiamos miradas y sonreímos, Evolet fue quien la recomendó. –Me preguntaba si podría asistir.
–La próxima vez que tengas un evento, no me pidas permiso. – le pedí. – Solo avísame con algo de tiempo, como ahora.
–Eso no corresponde a la etiqueta... –Se quejó.
–No es necesario, somos amigas. –Respondí con una sonrisa, no tenia porque ser todo tan formal.
Luego de esto nos quedamos felicitando a Esther, viendo que ropa llevaría y claro está, hablando del día de la batalla. Es un evento organizado por todas las estudiantes de segundo año donde los estudiantes de primer y segundo año se enfrentan entre sí en un enfrentamiento de espadas. Generalmente el hombre le pide a la dama que ate su pañuelo a su muñeca y al pelear él lo hará protegiendo a la chica. El mismo día se votan y nominan a las candidatas a reina de la primavera, una fiesta que es en unos meses.
–¿Quieres que me encargue de seleccionar su vestido antes de irme? – Interroga Esther.
–Eso solo sería más trabajo para ti y lo mejor es que te concentres en ser una de las damas del primer príncipe. Evolet y yo nos ayudaremos y tendremos una dama provisionaria ese día.
El escuchar esto tranquilizo a Esther quien se encontraba empacando para irse al palacio del primer reino. Todos los estudiantes de segundo año volvían a sus castillos para practicar, solo se quedaban los de primero y tercero. Esto es ya que es su último año para ganar el primer puesto lo cual los suele poner un poco nerviosos.
Les informe a mis amigas que saldría a dar una vuelta, Esther estaba ocupada empacando y Evolet se encontraba tan sumergida en la lectura que no me atreví a molestarla. Un ruido capto mi atención, me pareció que alguien gritaba mi nombre a la distancia, al girar a ver de quien se trataba me encontré con Harvey, quien se dirige a donde estoy a un paso apresurado.
–Caballero, buenas tardes. –Lo salude, parecía nervioso, como si me tuviera que pedir algo.
–Solo quería felicitarte por la reunión de damas, me han informado que fue un éxito. – Expresa un tanto apenado. – Pero esto no quita el hecho de que ha sido muy descortés.
–Lo lamento, ¿en qué me he comportado de manera errónea? –Le pregunte algo apenada.
–¿No vas a enojarte por lo que dije? – Pregunta desconcertado.
Esa pregunta a esta altura me molesta un poco, pero por mi poca interacción con el segundo príncipe es algo que puedo dejar pasar. Me limite a negar con mi cabeza, sin ánimos de contradecirle.
– Como viejos amigos, se me hace imperdonable que no venga a despedirme, dado que sabe que me iré por un tiempo.
Sonreí ante su comentario. Harvey y Audrey son amigos en el juego, es con una de las personas que más tiempo pasa, aunque vivan discutiendo, peleando y maldiciéndose, son amigos y enemigos declarados, aunque siendo la villana no me he acercado mucho a él. Debería cambiar eso, si pude ser amiga de mi doncella y Evolet tal vez pueda ser la suya y demostrarle que no soy la persona que cree.
– La próxima vez me asegurare de tener el detalle de ir a verlo antes de partir. – le avise con una sonrisa.
–¿Por qué tienes esa actitud conmigo? ¿Crees que voy a creerte? No temas mostrarte cómo eres, no conmigo. – Me pide.
– Harvey, me muestro como soy. –Respondí un poco impacientada.
–En verdad no te creo, ahora viajare con un sabor amargo en mi boca. – Se queja mientras acomoda su cabello negro hacía atrás.
–Entre mis preocupaciones para nada esta si te gusta lo que digo o no. – Reitere en voz alta, ya sacada de quicio por el no tan amable Harvey.
Para mi sorpresa, él sonrió. – ¡A eso me refería! – Suelta mientras acorta un poco la distancia, logrando ver sus ojos rojos con claridad. – Se bien quien eres, Audrey.
Y dicho esto se marchó, dejándome desconcertada. ¿Sabe bien quién soy? ¿Se refiere a Audrey o a Clover?
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¡No soy la Princesa Villana! [Finalizada]
FantasyClover con tan solo dieciséis años cree que su vida está estancada, siempre se forzó a ser algo que no es y nunca podrá ser, una chica perfecta. Durante años construyo una máscara donde nunca decía que no, siempre sonreía y se mostraba dispuesta a a...