Clover con tan solo dieciséis años cree que su vida está estancada, siempre se forzó a ser algo que no es y nunca podrá ser, una chica perfecta. Durante años construyo una máscara donde nunca decía que no, siempre sonreía y se mostraba dispuesta a a...
No podía ver mucho debido a la oscuridad, pero los jardín brillaban de una manera hermosa, mi acompañante mantenía su mirada en alto. Él no es una ruta, pero siento como si lo conociera de algún lugar, me siento cómoda en un total silencio, creo que es de las personas que hablan poco. Nunca fui de las personas que decían mucho, de esas que siempre tienen algo que decir o un comentario ocurrente que dar, pero en esta vida puedo intentarlo. En esta vida puedo ser libre.
– Hemos estado caminando juntos y aún no se tu nombre. – Solté tratando de sacar un tema de conversación.
– Mi nombre es... - Iba a decirlo pero alguien se interpone entre nosotros, el hombre sujeta mis dos manos y se arrodilla un poco, por la poca luz me costaba descifrar de quien se trataba, pero al ver esos ojos ámbar como los míos, note que se trata de mi hermano.
– ¡Audrey! Te he estado buscando dentro de todo el castillo, te seguí para ir juntos pero ¡Me cerraste la puerta! No sabes lo preocupado que estaba por ti, ¿Tuviste miedo? – Comenzó con un mini interrogatorio, no pude evitar reír al escucharlo.
– ¡Te hubiera abierto la puerta si me decías que eras tú en vez de seguirme como un acosador! – Me queje.
– ¿Me hubieras dejado acompañarte? – Repone incorporándose y cruzándose de brazos. – "Esta es mi misión lo voy a hacer sola no me importa si me muero". – Intento citarme.
– No lo dije así, pero no, no te hubiera dejado. – Confesé. – Pero si sabía que estabas cerca me iba a sentir tranquila, de no encontrarme con él estaría aterrada.
Pude ver detrás del hombro al chico de cabello blanco, una pequeña sonrisa se distinguía en su rostro. Mi hermano se giró a verlo y ambos estrecharon sus manos.
– Arthur, sexto príncipe. – Se presenta.
– Alek, conde del primer reino. – Responde quitando mis dudas. – Me asegurare de llevar a Audrey segura hasta el complejo de las mujeres. – Le aviso.
Una mirada de desaprobación se formó en el rostro de Arthur, pero Alek le ignoro y me miró para que le siga. Podía decirle que mi hermano se encargaría de llevarme, eso subiría puntos con él además de que Alek no es una ruta.
¿Alex o Arthur?
– No lo hagas esperar. – Repuso el pelirrojo salvándome de mi decisión. Luego de saludarlo el conde y yo seguimos caminando. Al poco tiempo llegamos a las puertas de la residencia.
– ¿Sabes que tu hermano nos estuvo siguiendo todo este tiempo? – Interroga.
– Sí, ya reconozco sus pisadas. – Respondí.
– Te cuida, eres la sexta princesa del segundo reino más poderoso, trata de no vagar hasta altas horas. – Comenta adquiriendo un tonó más serio.
– Tendré cuidado, gracias Alek, por todo.
Dicho esto me despedí de él.
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Toda la mañana me la pase pensando que le diría al comité, porque Alek me pidió que no hablará de él, a la vez tengo que buscar una forma de decirlo sin mencionarlo y sin mentir. En cuanto abrí la puerta de la sala pude visualizar a Alek entre las personas del comité. Merredit se acercó a mí en cuanto llegue.
– Audrey, muy buen trabajo. – Responde. – No solo descubriste el misterio del fantasma sino que también trajiste al miembro ausente del comité.
Los demás miembros del comité comenzaron a llegar, tome asiento junto a Evolet, Alek se encontraba en el asiento en el que se había sentado mi hermano antes, quien al ver esto trajo una silla para seguir allí.
– Audrey, el conde nunca ha sido visto. – Comenta la rubia. – Llegue a creer incluso que era un mito, mi única pista de su existencia era el hecho de que sus padres son dueños de la compañía de correos que funciona en todos los reinos, ¿Cómo lo hiciste?
– No hice nada. – Respondí. – solo pudimos hablar por casualidad.
En cuanto la reunión acabó me acerque a la salida, donde el chico de cabello estaba apoyado en una de las paredes, me entregó una carta y se marchó, no la leí hasta llegar a mi habitación.
"Audrey;
Gracias por tus comentarios dándome ánimos, parecerá poco pero me has ayudado bastante. Si necesitas algo no dudes en buscarme, saber dónde encontrarme.
- A."
Sonreí para mí misma tras leer la carta, sobretodo porque acaba de desbloquear un objeto. Al parecer los personajes secundarios pueden ayudar.
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