Cuando era pequeño solía jugar bastante con mi hermana y con August, como solo me llevo un año con ellos pudimos ser cercanos, aunque con Audrey tenía una relación especial, éramos mejores amigos. No había momento donde no estemos juntos, juguete que no compartamos, anécdota de mi infancia que no la involucre, ella era dulce, amable, valiente y con modales impecables, la admiraba y deseaba ser tan habilidoso como ella.
Creía que seriamos así por siempre, pero todo cambio el día donde nos anunciaron que nuestra madre no volvería. El sol se encontraba cálido, el cielo brillaba como nunca, pero los dos sabíamos que algo no estaba bien...
Mama era la mujer más amorosa que alguna vez conocí, nos leía cuentos de fantasía antes de dormir sobre viajes a otros mundos, tarareaba una melodía dulce al caminar y nunca estaba lejos de nosotros más de unas horas. El día que nos anunciaron que se iría de viaje la despedimos, mi hermana le pidió nuevos vestidos y yo le pedí espadas a medida. Para el día en el que se supone que debía volver fuimos al salón principal, allí en la mesa estaban nuestros regalos, nuestro padre estaba delante. Mi padre es y fue mi figura a seguir, un hombre fuerte y admirable, de pequeño, en mi idealización, podría haber jurado que jamás lloraba, pero me di cuenta que estaba equivocado cuando de sus firmes ojos brotaron unas cristalinas lagrimas.
– Su madre no va a volver. – Su voz se escuchaba quebrada y en su mirada se notaba seriedad.
Audrey corrió a su habitación, yo me quede a preguntarle a que se refería, no obtuve respuesta. Trate de hablar con mi hermana luego de esto, pero ella se enceró en su habitación y no dejaba que nadie entrará.
Me prometí que iba a cuidarla, pero la distancia entre nosotros crecía demasiado rápido y cuando quise notarlo, no era la persona que conocía. En su lugar estaba una persona caprichosa, clasista, egocéntrica y cruel. Mi mejor amiga ya no estaba, mi confidente se volvió alguien a quien querer lejos, pero no podía rendirme con ella, mi mamá se había ido, no podía tolerar perder a mi hermana tambien.
A mis catorce años me sentí verdaderamente solo, mi padre me anuncio un compromiso con Franella, una princesa de reinos vecinos con los que quería una alianza, pese a siempre estar en contra de ello. Pensé en hablarlo con Audrey, pero no era ella, no podía hacerlo. Tampoco podía hablarlo con August quien se ofendió con Audrey, desconozco la razón, por lo que durante un año no nos visito, año en el que me anunciaron mi compromiso. La única persona que estuvo para mí, fue irónicamente, la razón de mi problema. Franella y yo nos escribíamos cada día, hablábamos de lo indignados de la situación, sobre nuestras responsabilidades como miembros de la realeza, nuestros objetivos y sobre cómo fue nuestro día. Nunca la vi en persona, se bien que la vería el día de nuestra boda, pero no me importaba, porque me había enamorado de su alma. ¿El color de su cabello? ¿El color de sus ojos y piel? ¿La anchura de su cuerpo? ¿Es más alta o más pequeña que yo? No tengo idea, pero me ha cautivado, sea cual sea su apariencia será la más hermosa para mí.
Todo parecía bien, hasta que el año pasado me informaron que mi matrimonio se anuló. El hermano mayor de Franella murió cabalgando a caballo, lo cual significaría que yo debería transportarme a su reino si deseaba casarme con ella, para gobernar desde allí, pero mi padre no lo permitió, porque Audrey rechazo un matrimonio con August, por lo que si me voy, nuestro reino quedaría en solitario. Nunca he hablado con ella sobre esto, sobretodo porque ahora que veo cambios en ella y siento que la he recuperado, no quiero meter presión en ella.
Pero no todo es tan malo, estoy conociendo a una chica bastante agradable y ahora que tengo otra vez a mi hermana no me siento tan solo.
Aunque desearía volver el tiempo atrás, casarme antes con Franella, ser un mensajero el cual pueda expresarle lo mucho que la he amado y amo. No importa con quien me case, mi corazón tiene grabadas sus iniciales.
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¡No soy la Princesa Villana! [Finalizada]
FantasyClover con tan solo dieciséis años cree que su vida está estancada, siempre se forzó a ser algo que no es y nunca podrá ser, una chica perfecta. Durante años construyo una máscara donde nunca decía que no, siempre sonreía y se mostraba dispuesta a a...