-¿Como me voy a ver perfecta, si ni siquiera se cómo mierda hacerlo?
Vamos a ser claros.
Yo no era como las super modelos que veías a cada rato en televisión. A veces me preguntaba por qué Piero me había escogido para hacer esto.
Era muy delgada, de esas que comen tanto pero no son capaces de engordar; no tenía culo abultado, mi culo era muy normal apenas para llenar unos feos jeans; tampoco tenía tetas. Mi mamá siempre me decía que un bicho me había picado en los pezones y de allí habían salido las pequeñas protuberancias. Mierda, ni siquiera sabía cómo mi ex se había acostado conmigo sin temor a partirme en el intento.
Tenía una cara muy común. Los granitos y los barros me salían en las entradas del cabello y eso lo agradecía porque estaban escondidos, pero sobre la nariz y los pómulos tenía pequeñas pecas; mis ojos eran de un color marrón muy normal y mi cabello era castaño hasta la cintura también muy normal.
Piero parecía el tipo que podría conseguir a una vieja tetona y de unos ojos azules hermosos. ¿Que demonios?
-Bueno si, la verdad es que no entiendo porque te escogió. Estás bien fea -dijo mi muy mejor amiga detrás de mí.
-Gracias por recordarlo, amiga.
Volví a mirar el armario lleno de lujo. Anoche había tenido que reprimir las ganas de preguntarle si tenía que ir con vestido largo o podía llevar un jean. Es obvio que lo del jean no se puede.
Dentro de mi, algo quería causar una enorme impresión, que Piero me viera y quedará con la boca abierta pero veía los vestidos y quería llorar. Yo no tenía como llenar un vestido de esos ¿por qué demonios lo escogí?
-Señorita Mary -se asomó Angelo en la puerta -, el estilista ha llegado.
-¿Estilista? -. Yo no había llamado a tal persona.
-Shh -me dijo Miranda levantando el dedo -. Dile que pase.
Angelo se fue y mire a mi amiga asesinamente.
-Yo lo llame, es obvio que tienes que causar buena impresión y necesitamos de un profesional.
-Creo que el dinero se te subió a la cabeza.
-Hay que aprovechar, amiga.
Un hombre con atuendos de leotardo y estampados extravagantes entro escoltado por Dante a quien le pedí que se retirará. El hombre se veía gay pero no actuaba como tal, solo su apariencia y su ropa me hacían verlo así, parecía de película.
-¿Donde esta el desastre que tengo que reparar? -dijo con los brazos en jarra.
Miranda me señaló sin mirarme.
-Oh -exclamo el hombre... mujer, bueno, como sea. Se acercó a mí, tocó mi cabello y mi rostro -. Tienes una piel y un cabello muy bien cuidados para verte así...
Me mire de arriba abajo, tenía unos pantalones anchos y la blusa de la pijama sin sostén.
-No te preocupes linda. Te prometo que los dejarás con la boca abierta...
Mi amiga se sentó a un lado mirando todo el procedimiento que se hacía en mi cabello y el maquillaje en mi cara luego de haberme dado una ducha. Empecé a no reconocerme, tenía un maquillaje que remarcaba mis pómulos, casi no se veían las pecas, mis ojos se veían intensos con la sombra negra y el delineado de gato y mis labios eran de un discreto brillo.
-Te enseñare: cuando marcas tus ojos de esta forma -señalo -, tus labios no pueden ir igual de intensos. Y si tus labios son intensos hay que utilizar un maquillaje discreto en los ojos ¿entendiste?
ESTÁS LEYENDO
Dama De Compañía [EDITANDO]
Novela JuvenilMary no sabía en lo que se metía al ingresar a una página para citas y darse cuenta que su cita, además de ser un atractivo hombre italiano, era un terrible sicario. Un contrato para ser su dama de compañía. Nada sexual, solo para lucirla. Un enemig...