Capítulo Treinta y Cuatro

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Dejó que Rafael me tome de las mejillas y acerqué sus labios a mi frente. Estoy nerviosa, no quiero que mi madre salga de la casa y vea la escena... ella es un poco... bombera.

— Vendré por ti ¿de acuerdo? —me dice Rafael.

Solo asiento con la cabeza y le sonrió. Luego de lo que sucedió la noche anterior, ni yo sé cómo sentirme, bueno, ustedes dirán "¿pa' que abriste las patas, mija?" Y si, tienen toda la razón pero fue un momento de inconsciencia, mi lado sexual y caliente pateo y escupió mi lado razonable y tomo el control. Aunque admito que me gustó bastante.

Lo que me preocupaba era Piero y el hecho de que pudiera enterarse. ¿Acaso una tinta chica mexicana sería capaz de levantar una guerra entre mafias por acostarse con ambos?

«Ay Dios, ya no quiero pensar en las consecuencias»

—Nos veremos pronto, Mary.

Finalmente sonrió y se marchó. Se negó rotundamente a que uno de sus hombres me trajeran y pospuso todo lo que tenía que hacer solo para traerme a la casa. Si lo piensas bien, puede resultar un poco posesivo y hasta tóxico. Tengo que alejarme bien... si tan solo no cogiera tan bien.

Sacudo la cabeza y entró a la casa, donde está mi madre en el comedor con una taza de algo ahumeante, puede ser café. Escucha el cerrar de la puerta y me sonríe como bienvenida.

—Debería castigarte —dice —, me dijiste que llegarías en la noche.

—Lo sé, lo siento. La noche se alargó para mí.

Entorna los ojos y me escanea. Odio que haga eso, así descubrió que me habían quitado la virginidad y que había probado el cigarro.

—Se nota que te han dado una cogidota —suelta.

—¡Ay mamá, por Dios! —me dirijo a mi habitación.

—¿Que? Tienes el cabello hermoso y hueles a jabón de motel —no pude evitar reírme.

—No es jabón de motel, era su apartamento y además, ¿tú cómo sabes a qué huele ese jabón?

—Ah, porque tú padre y yo...

—¡Ay, no quiero saber! —levanto una mano para detenerla.

Sonrió y me encierro en mi habitación para poder pensar con la cabeza fría y no con el coño caliente.

Ok, ok. Es obvio que la he liado un poco más, estoy más que segura de que Rafael querrá restregarle a Piero lo que ha hecho conmigo la noche anterior y allí ya tenemos un problema. Piero no me lo va a perdonar nunca, se lo posesivo que es con esas cosas, bueno, no es que yo sea una cosa pero él y yo tenemos un trato y la pendeja Mary se ha acostado con su enemigo más poderoso. Bien Mary, cagándola desde tiempos inmemoriales.

Por otro lado, ¿donde coño está Piero? Sé que en nuestro trato para que yo viniera a ver a mi madre fue que no podría saber nada de él durante mi "exilio" pero antes le había escrito y llamado para avisarle lo de Rafael y nunca atendió, ni siquiera ha visto el mensaje. Ni él, ni Angelo, ni Dante aparecen y supuestamente a cualquier emergencia que tuviera ellos estaría ahí... Pues no lo están.

Suspiro sonoramente y trato de no pensar en eso, tal vez algún día resulte muerta por iniciar tremenda guerra. Así que había que disfrutar un poco la vida.

[...]

Estaba muy emocionada por empezar a laborar y producir en mi carrera. Ya había hecho varios avisos publicitarios ofreciendo mis servicios, pues quería trabajar independientemente antes de estar en un bufete de abogados.

Dama De Compañía [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora