Capítulo 45: ¿Where am I?

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Janette

Siento un inmenso dolor de cabeza. Poco a poco abro los ojos, entonces recuerdo lo que había sucedido. Intento levantarme, pero ne doy cuenta de que tengo unas fuertes ataduras en las manos y en los pies. Abro los ojos como platos de no tener ni idea de dónde estoy al ver a mi alrededor.

-Logan... - murmuro asustada.

¿Qué le habrá pasado...?¿Quién es esa gente?¿Por qué me han capturado?

Intento deshacerme de mis ataduras. Nada, imposible. Vuelvo a mirar a mi alrededor asustada del oscuro y demente ambiente. Parece que estoy en una espécie de avión... Mantengo la calma intentando pensar en un plan, pero con ese dolor de cabeza era imposible. Oigo un ruido de una puerta abrirse, segundos después, vei a un hombre con una arma y tapado con una máscara.

-¡Venga, arriba! - me ordenó.

-¿Cómo esperas a que me levante, capullo? - solté fríamente refiriéndome a las ataduras de los pies.

El hombre no dijo nada, y me dio una patada en el estómago.

-¡Hijo de puta! - exclamé como pude por el dolor.

El hombre cortó las ataduras de mis pies y exclamó:

-¡Obedece!

Yo, con todo el rencor, obedecí sin rechistar. El hombre me daba empujones indicándome hacia dónde debía ir. Efectivamente salí de un avión, y ahora me encontré en una espécie de base militar, o eso parecía por los hombres que había, vestidos igual que el hijo de puta que me dio esa patada.

-Entra. - dijo el hombre, refiriéndose a una cosa parecida a un ascensor.

Yo entré. El hombre mi miraba de arriba a abajo. Reprimí mis ganas de darle una patada en sus partes, y me dediqué a pensar en Logan. Logan... Dios, ¿qué está pasando...?

Salimos del ascensor. Ahora estaba en una espécie de laboratorio. ¡¿Laboratorio?! Paré de andar al ver todas esas agujas que me recordaron a un mal pasado.

-¡¿Por qué te paras?! - espetó el hombre amenazando con una pistola. - ¡Vamos, camina!

Seguí andando temerosa de aquel lugar. Habían cabinas de metal, agujas, tijeras, camillas, mantas ensangrentadas... Nada bueno.

-Quieta aquí. - me dijo el hombre, quién se marchó.

Miré a mi alrededor de nuevo. Miedo y temor envaucaban mi corazón.

-Vaya, vaya, vaya... - apareció un hombre con unas gafas y una bata blanca. - Mira a quién tenemos aquí...

Yo no dije nada, estaba confusa. Esperé a ver qué decía ese miserable.

-Janette... - murmuró acercándose a mí.

-¿Cómo sabe mi nombre? - pregunté sorprendida y algo enfadada.

-Bueno, eres como un trofeo para la familia. - dijo ese hombre sentándose en una mesa metalizada. - Mi abuelo me contó sobre ti, al igual que mi tatara abuelo a él. Mi tatara tatara tatara tatara tatara abuelo fue tu creador, Janette.

-¿Qué...? - preguntó Janette en un murmuro al sentir que su corazón se paró.

-Sí, verás. Tengo una meta. - dijo el hombre. - Acabar lo que mi abuelo no pudo.

En cuanto escuché eso, decidí a arrancar a correr, pero recibí un golpe por parte del hombre que me trajo hasta ahí. Un golpe que me hizo caer al suelo.

-Janette, no intentes huir. - dijo el nieto del científico. - Voy a serte sincero.

Yo lo escuchaba, mientras me recuperaba del fuerte golpe. El científico se agachó cerca de mi y dijo:

-Tú... eres única. Fuiste el gran resultado del experimento de mi abuelo, un experimento que quedó a medias. A demás, eres la respuesta a todas las preguntas que la humanidad se hace: El porqué, el cuando, el cómo, el dónde... Tú podrías revelar cómo se creó todo desde un principio. Podrías descifrar códigos antiguos que aún no se han resuelto. Podrías desmentir el mito de Jesús y Dios. Podrías hacer tantas cosas, Janette... ¿Qué me dices?

Yo levanté mi rostro y le escupí en la cara.

-Muy bien, entonces. - dijo el científico mordiéndose la lengua. - Aunque no quieras, lo harás.

-Nunca... - mascullé aún en el suelo.

-Llévala a la celda. - le ordenó al hombre, esquivando mi comentario.

El hombre me cogió de un brazo y me levantó.

-¡NUNCA AYUDARÍA A GENTE TAN DESPRECUABLE COMO DE TU FAMILIA! - espeté. - ¡NI AHORA, NI NUNCA!

El científico me echó una mirada como si no le importara lo que decía. Yo grité mientras el hombre me arrastraba por el suelo llevandome hacia una celda.

Logan

Sientíque alguien me llamaba. Abrí los ojos de golpe y estaba rodeado por Hank, Kitty, Tormenta y Charles.

-¿¡Dónde está!? - me levanté de golpe buscando a Janette.

-Logan... - murmuró entristecida Tormenta, indicándome lo que había sucedido.

-No... - murmuré temeroso, a punto de estallar. - Dime que no es verdad...

-Lo siento... - murmuró Tormenta con la mirada hacia abajo.

Grité de la rábia. No podía creerlo. Se la habían llevado, y probablemente cuando la vi caer al suelo, sería la última vez que la vería. Caí de rodillas al suelo, reprimiendo las ganas de llorar.

-Logan... - intentó decir Charles, pero yo le interrumpí.

-Hay que buscarla y salvarla.

-Y eso haremos. - intervino bestia.

-Sí, pero no sabemos cuanto tardaremos. - añadió Charles.

-Mientras esté viva, no importa... - murmuré, con sed de venganza.

Una mutante nueva (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora