Capitulo 83: Lágrimas y confesiones

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Era un día nuevo para todos y el primer sábado del curso. Lo primero que hizo Janette fue despertarse, claro, pero no hizo lo mismo de siempre, que es levantarse, vestirse, e irse a desayunar. Si no que se quedó en la cama, mirando hacia el techo y en silencio. No esperaba que nadie la buscara, al contrario, deseaba que nadie lo hiciera para tener su momento de tranquilidad para que la mente pensara con claridad, sin bullicios ni ataduras... Aunque en el fondo sabía que tarde o temprano Tormenta iría a buscarla. Pero eso para ella era lo de menos ahora. La situación de ayer con Logan no paraba de rondarle por la mente, quisiera o no. Sabía que esto era un bache en su relación, un gran bache, pero... ¿los baches, no están para pasarlos? Eso era lo que se decía a sí misma.

Y, como lo dedujo, tocaron a la puerta, pero aún así, no respondió. Volvió a oír los toquecitos en la puerta de madera. Nada. Al cabo de unos segundos, dejó de oír esos toquecitos, lo cuál se extrañó. Miró el reloj. Las 9 de la mañana, y aún así tenía intención de seguir en ella. Cerró los ojos mientras mantenía al esperanza de volverse a dormir, pero estaba más despierta que nada. Ahora era solo alguien que quería desaparecer manteniendo su cuerpo en la cama, y su mente en otro lugar.

Cansada ya de estar en la cama, se levantó y se fue al baño. Se miró al espejo por unos segundos, y entonces la vio, a Janette. A la persona que había enfrentado la muerte, que había superado las muertes de sus seres queridos, la que se sacrificó por amor, la que poco había ablandado su corazón por aquel mismo amor, la que enfrentó sus temores por la mutación... y la que intentaba seguir adelante siendo feliz, y a la vez intentando que otra persona lo fuera...

Y se dio cuenta. Cogió la suficiente valentía que le quedaba en el corazón y disparada se fue a cambiar para rápidamente enfrentarse al día que le esperaba hoy. Salió de la habitación y lo primero que vio fue un revuelo de alumnos por los pasillos.

-¡Janette! - escuchó que la llamó una voz femenina.

Se giró y vio a la pelo plateada. Se acercó a ella con una sonrisa y ella fue la primera en hablar.

-Ya era hora de que te levantaras...

-Sí - rió -. Sé que has llamado antes.

-¿Yo? Yo no he llamado - le dijo extrañada -. Ya sabes que yo habría entrado sin permiso.

-Pues... - murmuró perpleja.

Y Tormenta lo comprendió.

-Cuando vino al comedor se le notaba extraño... - le dijo.

Automáticamente, la mirada y alma de Janette se debilitó al recordar lo que estaba pasando.

-Habla con él...

-No estoy lista... Bueno, lo estaba, pero... No, no lo estoy... - murmuró sintiendo una presión en el pecho.

-A ver, clama. Ante todo, calma, Janette. ¿De acuerdo? - intentó tranquilizarla, y Janette asintió - por el momento, ¿por qué no comes algo y vamos a dar una vuelta?

-Está bien...

Amabas comenzaron a ir hacia el comedor, hasta que Janette se paró en seco la caer en la cuenta de algo.

-¿Charles sabe algo?

Tormenta la miró y negó.

-No a menos que te lea la mente.

Y Janette, más relajada, continuó el camino. Al llegar, desayunó como habían dicho y se fueron al jardín. Caminaron sin decir nada, solo con sus pensamientos.

-¿Sabes dónde está ahora? - murmuró Janette.

-No...

-¿Puedo confesarte algo? - murmuró aún sin mirarla, y Tormenta sonrió alagada al ver la confianza puesta en ella.

Una mutante nueva (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora