Dante
El coche tenia un aura muy intranquila, de esas que no sabes lo que puede pasar. Sebastián aparco en un descampado, estaba cerca de el mirador, de echo, se podía ver de lejos.
No había nadie al rededor, ningun coche, ni animales cantando, nada, el lugar estaba totalmente desierto.
—Te voy a proponer algo —dijo Sebastián.
Quise salir de aquí, por un momento me arrepentí de no haber salido disparado sin importarme lo que pudiera pasar.
—Espera, seguro que te va a interesar —Emma tomo mi brazo.
—¿Quieres que Ruth viva en paz para siempre verdad? —susurró el hombre a mi lado.
—Eso tiene un precio —intervino Emma.
—Si haces un sacrificio... Ruth jamas volverá a sufrir.
—¿Que quieres decir con eso?
—Un sacrificio... tu sacrificio ¿te atreves?
Sus ojos temblaban, las ojeras eran demasiado notables. Sebastián estaba en las últimas.
Al final va a ser cierto eso de que el loco termina muerto por su falta de cordura.
—¿Me estas pidiendo que me mate?
—Bueno... será algo indoloro si así lo deseas —sonrió con sus ojos abiertos.
Me di cuenta que a Sebastián no parpadeaba, al tener los ojos tan resecos y sin parpadear ni una sola vez los tenia irritados y rojos, tanto, que las venas se notaban.
—¿Por qué no lo haces tú?
—No vas a hacerlo ¿verdad?
—No voy a morir.
—Si lo haces... nosotros también lo haremos y te aseguro, que no habrá más problemas.
—¿Cómo? —dijo Emma sorprendida.
—¿Quieres que te lo demuestre? —saco un arma de su chaqueta y apunto a Emma con decisión.
Su pulso temblaba, mordía sus labios con dureza, sacaba y guardaba su lengua como si de un perro se tratase.
Emma se volvió chiquitita ante Sebastián, puso sus manos en forma de puño y le rogo que no lo hiciera. Se puso de rodillas en el suelo, con sus manos entrelazadas suplicando piedad. Mentiría si digo que esa escena no me causo satisfacción, ver su sufrimiento encendía algo en mi, algo no muy bueno. La violencia.
Mi mente comenzó a imaginarse escenas de las mil maneras de matar a Emma, hacerla sufrir, hacerla sangrar, verla agonizar.
Prometi no volver a caer en esto, alejarme y calmarme sin imaginarme este tipo de cosas, pero realmente siempre fui así, siempre disfrute de el dolor ajeno.
—Hazlo. —Sebastián me miró con una sonrisa —Sé que lo deseas, sé cuanto te gusta, adelante —se acercó a mi a paso lento y me entregó la pistola.
No iba a matar a Emma. Solo gire mi mano apuntando al pecho de Sebastián. Aprete el gatillo, esperando que la bala saliera disparada y así acabar con el de una vez por todas, pero eso no ocurrió, la bala no salió.
—Veo que es imposible confiar un poquito en ti, a la mínima que te descuidas ya la estas clavando por la espalda —Sebastián rio.
La expresión de Emma se tranquilizó, su rostro paso de ser uno asustado y lleno de impotencia a uno completamente lleno de furia y alivio.
Sebastián comenzó a reír de manera descontrolada, en una de las carcajadas comenzo a toser, se agarraba la parte de su abdomen apretandolo para evitar el dolor.
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Escucha Mi Voz © ✔
Misteri / ThrillerPortada hecha por la magnifica @LeyMaxwell Dante, un asesino de primera, le encanta ver sufrir y agonizar a las personas, sobre todo si él es el causante de ese dolor. ¿Qué hará cuando se tope con una víctima totalmente diferente a las que tiene ha...