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𝕯𝖆𝖓𝖙𝖊

Hace 5 años atrás...

Mis siguientes víctimas: Los Rodríguez.

Son una familia. Mi intención es ir a por los padres, hacia los niños no tengo ningún tipo de necesidad de hacerles daño, es mejor esperar a que crezcan y luego que tengan el mismo destino que sus progenitores.

No tengo ningún motivo por el que asesinarles, lo hago solo por diversión y placer a mi mismo. Ya los he visto varias veces montados en algunos de sus coches de alto costo, sí, son una familia adinerada, consiguen todo cuando quieren y como quieren.

Mi plan es esperar que vuelvan de su viaje, asaltar la casa y luego torturarles.

Siempre es mejor ver como sufren, lloran, agonizan, gritan, dan patadas, intentan soltarse. Creo que mis víctimas piensan que me van a dar pena haciendo ese tipo de acciones, pero no, lo único que consiguen es crearme más y más satisfacción.

(...)

16:45 de la tarde y los Rodriguez ya están llegando a su casa, con los binoculares fui haciendo zoom hasta que logre ver cómo los guardaespaldas de la casa se iban retirando.

Cada vez estoy más cerca de entrar.

Los Rodríguez cada vez están más cerca de su muerte.

Yo cada vez estoy más cerca de conseguir lo que quiero, el placer a través del dolor ajeno.

En cuanto cierran la puerta, me dirijo rápidamente hacia la ventana de el cuarto grande, es ahí donde me debo esconder para que no me pillen.

Se empieza a escuchar el ruido de las escaleras, hasta que se escucha la puerta de la habitación.

Ya es mi momento. Está la señora quitándose sus joyas y poniéndolas en su joyero cuando empiezo a caminar hacia adelante, le tapo la boca con un paño para adormecerla, la tumbo en la cama y espero a que venga el señor.

Tarda unos minutos en volver a escucharse el sonido de las escaleras, me escondo detrás de la puerta esperando su llegada, cuando el señor entra a la habitación va hacia su mujer, con rapidez y agilidad, me tiró encima de el poniéndole el trapo en la boca  durmiendolo también.

Con sumo cuidado para que no se escuche nada ni se despierten, los bajo por la misma ventana que he entrado.

Cuando ya estamos abajo los subo a mi hombro como un saco de patatas y me dirijo hacia mi casa lo más rápido y silencioso posible.

(...)

Tengo que tener sumo cuidado para que los vecinos de alrededor no me vean salir. A primera vista, parece que en mis hombros cargo con bolsas de basura gigantes, pero en realidad, solo quedan dos cuerpos que están a punto de quedarse sin vida.

Al final de la calle, logro ver la chimenea de mi casa, me dirijo rápidamente hacia ella y abro la puerta, vigilando a mi alrededor que no haya nadie. Cuando me aseguro, entro en mi casa y suelto a los dos cuerpos a un lado.

Que empiece el juego.

Llevo a los señores Rodríguez a mi sótano, este es de gran profundidad, no hay apenas muebles, lo que causara mucho eco. Los gritos de mis víctimas hacen eco aquí dentro y para mi, es como música para mis oídos.

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